Capítulo 8 - ¿Habéis roto?

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Subí a mi cuarto, cogí un pantalón de pijama a cuadros color naranja y blanco, cogí una básica blanca de manga corta y fui a ducharme.

Cogí el Iphone y puse el reproductor de música en marcha, entré en la ducha y a los 10 minutos salí.

Me sequé el pelo y el cuerpo y salí del cuarto de baño. Bajando por las escaleras vi que Martín se había quedado dormido viendo la tele, me acerqué y apagué la tele.

- Oye, que la estoy viendo..- dijo medio dormido.

- Sí claro, anda.. sigue durmiendo.- dije mientras apagaba la tele.

Le puse una manta encima y se volvió a quedar dormido. Yo me tumbé a su lado, y apoyando la cabeza en su hombro me quedé dormida.

Me desperté, vi que Martín seguía durmiendo, miré el reloj, eran las 10:30 de la noche. Tenía hambre, así que muy despacio, intentando que Martín no se despertara fui a ver si había algo en la nevera. Nada. Había dos yogures de chocolate y un paquete de galletas. Fui a pedir algo de comida, cuando Martín me elevó por los aires.

- ¡Martín!.- dije mientras me dejaba en el suelo.

- Qué bien he dormidohermanita, ese sofá tuyo es una maravilla.- dijo estirándose.

- Eso será de lo cansado que estabas.- dije guiñándole un ojo.

- ¿Y qué hacías?.- dijo sentándose en una silla de la cocina.

- Me muero de hambre, he ido a comer algo pero no hay nada, se me ha olvidado hacer la compra. Voy a pedir algo de comer ¿quieres?.- le dije.

- Sí por favor, yo también me muero de hambre.

- ¿Pizzería, Chino, Mejicano?.- dije esperando una respuesta.

- ¡Chino!.- dijo saltando de la silla.

- Vale.- reí- ¿te gusta todo?

- Sí, pide lo que quieras.- dijo cogiendo un vaso de agua.

Pedí unos rollitos de primavera, tallarines y arroz tres delicias. A los 5 minutos ya lo habían traído. Le pagué al repartidor, pusimos la mesa y nos sentamos a comer.

Durante la comida no hablamos a penas, estuvimos mirando la tele, a mi hermano le interesaba un programa y no quise molestarle.

Acabé de cenar y dejé mi plato en el lavavajillas. Martín se levantó detrás de mí e hizo lo mismo. Quitamos la mesa y nos fuimos a dormir. Me iba ya para mi habitación cuando Martín me cogió del brazo impidiendo que entrara.

- Buenas noches Lucía, gracias por lo que estás haciendo por mí a pesar de lo que pasó, te quiero.

-Buenas noches petardo, eres mi hermano y te quiero más de lo que piensas, descansa feo.

Nos dimos un abrazo y nos fuimos a nuestras habitaciones.





«Me buscabas justo cuando te encontré»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora