Capítulo 12

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-¡Señor, una fuerte lluvia a hecho que saliéramos heridos en la misión de rescate!- dijo un guardia intentando ponerse lo más firme posible por el cansancio.

-Debe de haber sido la diosa del agua...- dijo furioso el rey -esta de parte de esa chiquilla...- se molestó.

-¿Qué debemos hacer?

-Dejar la misión, la princesa no volverá jamás... ni la diosa necesita tanta magia para detenernos... ella no volverá... -dijo indignado él y el guardia se fue de la sala dejándolo solo.

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¡Les vuelvo ha decir que soy la princesa de este mundo, y deseo ver al príncipe Daniel!- dije yo, ya cansada de repetirles a los guardias del castillo Jaral lo mismo.

-Lo siento señorita, le esta prohibido pasar- solo repetían lo mismo.

-¡Vale!- y dí media vuelta para ir al bosque del reino, ahí me esperaban Morion y el unicornio.

-¿Qué te dijeron?- preguntó mi amigo.

-Me esta prohibido el paso, ¡a mí!- dije furiosa mientras daba vueltas en círculo con los brazos cruzados.
Morion solo me miraba, sabía que él no tenía ningún plan de ayuda.

-¡Lo tengo!- dije chasqueando mis dedos -entraremos al castillo sin que se enteren-.

-¿Entraremos? Pensé que solo querías que te acompañara en tu viaje.

-Sí, pero necesitaré de tu ayuda, no puedo entrar yo sola...sería sospechoso que una criada ande sola...- dije con una mirada picara.

-Un momento, ¿criada?¿ese es tú plan? pensé que te interpondrías ahí con tu unicornio gigante- dijo señalando a la criatura.

-No es mala idea...pero me gustaría entrar sin armar alboroto y hablar ,sin que nadie sepa, con Daniel y preguntarle que esta pasando.

-Vale, pero me niego a seguir ordenes de las criadas de palacio.

-No te preocupes, ya estas muy cansado- dije con ironía y reímos.

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Paso la mañana y de alguna manera pudimos conseguir del pueblo ropa normal...Morion y sus trueques supongo. Y también llevabamos unas cestas de manzanas recogidas.
Los guardias me miraron como si me hubieran reconocido, pero no sospecharon y nos dejaron entrar. Todo perfecto. Dejamos las cestas en la cocina, donde no había gente y recorrimos discretamente el castillo.

Morion salió de ahí pero antes se despidió.

-Mucha suerte, espero poder verte de nuevo- me dijo con una sonrisa.

-Gracias por todo, a sido un placer conocerte- y nos dimos un abrazo. En más ni menos desapareció.

Empecé a recorrer los pasillos con mucho cuidado, y con suerte, vi una puerta media abierta enseñandome la figura de Daniel. Estaba mirando por la ventana de la biblioteca.
Al verlo se me puso el corazón a cien de las ganas que tenia de abrazarlo.
Él se dió cuenta de mi presencia y no mostró reacción ninguna.

-Daniel- dije tartamudeando -,¿por qué no has vuelto al reino?,me tenias muy preocupada- dije derramando unas pocas lagrimas mientas poco a poco me acercaba a él.

-Perdón, pero ¿quien es usted?

Y ahí fue cuando el corazón se me quebró y deje de andar. ¿Cómo que quién soy?¿Se ha olvidado de mí?¿Qué le pasa? ¿Lo han hechizado o algo parecido?

-Daniel, soy yo, Anastasia, te estaba esperando en en el castillo y... ¿por qué no vuelves al palacio?

-Porque me voy a casar con la princesa de Jaral, Yasmine.

El Triángulo de las BermudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora