Capítulo 1

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¿Quieres saber cómo es que luce la miseria?

Échale un vistazo al espejo.

—I.A.M.


Ever.

¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me dejaste sola? ¿Por qué?

Esas eran las preguntas que no paraban de rondar en mi mente, las repetía una y otra vez, un ciclo interminable de culpa rondándome en la memoria. Quería saber sus razones, aunque de momento ya las imaginaba y estaba casi segura de que habían formado parte de su horrible decisión, pero... ¿Acaso había olvidado la promesa que hicimos? ¿En serio no tuvo ningún significado para ella?

Por supuesto, no recibí respuesta alguna.

Hacía poco más de tres horas que el entierro había terminado, y yo era la única que seguía allí. No podía dejarla sola, no aquí, aunque ella ni siquiera había pensado en mí al hacer lo que hizo.

No pensó en nadie además de sí misma.

—¡Ever! —mi nombre sonó, alto y claro, y sólo por un momento, pensé que era su voz.

—¡Ever! escuché como Rony me llamaba con un toque de desesperación en su timbre—. Vamos ¡Eres muy lenta! ¡Corre! insistió.

—Calma Rony, no es para tanto dije totalmente exhausta de correr todo el camino—. Podríamos venir otro día, ya lo sabes.

—¡Oh no seas aguafiestas! Hoy es un día especial, ¡tiene que ser hoy! masculló tomándome de la mano y arrastrándome en dirección a la enorme fila.

—Está bien, ya te escuché –-dije malhumorada—. Pero no entiendo porque no compramos los boletos por internet en vez de estar aquí formándonos la miré con reproché—. Además podríamos haber venido mañana, hoy hay demasiada gente –señalé a mí alrededor.

—Evey, cariño... ¿Cómo te lo explico, eh? dijo, colocando su mano en su mentón y frunciendo ligeramente su ceño—. ¡Oh sí! ¡Es mi banda favorita! —gritó—. Solo una verdadera fan sacrificaría un día entero formada para obtener su boleto, créeme, si me limitara a comprarlos vía internet sería como... como si los defraudara. ¿Entiendes? ¡Nunca me perdonaría!

Volqué mis ojos, ¡Dios! Rony era tan dramática algunas veces—. ¿Ah sí? ¿Y cómo esperas que se enteren? Vamos Rony ellos no saben de tu existencia y probablemente nunca lo sabrán.

Me sorprendió ver en su rostro una expresión de ternura, como si le diera pena que yo no lograra comprender en absoluto su amor hacia algo tan lejano como un grupo musical.

—Algún día —me miró con una sonrisa soñadora—. Algún día ellos se darán cuenta de que existo, y entonces Brandon Flowers se enamorará de mí.... me haré del rogar por supuesto, pero al final aceptaré casarme con él —soltó un largo suspiro con la mirada perdida en la nada.

—Y vivirán felices por siempre. ¿No? contesté risueña.

Nos miramos la una a la otra y no pudimos evitar reír a carcajadas. Por eso adoraba a Rony, solo ella me hacía reír de esa forma.

—¡Oh Ever aquí estás! —alguien puso su mano en mi hombro despertándome de mi ensoñación. No medí mi reacción, me alejé bruscamente al contacto y me di la vuelta para ver a Santiago, mi hermano, quien estaba con su brazo estirado en mi dirección.

Lo que no conoces de mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora