16-El lago

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• Sam

Una vez dentro del coche todo quedó en silencio, Theo no dijo ni una palabra y su semblante serio no hacía más que incomodarme. Me puse a pensar en que tal vez hice algo malo como para que esté así, pero realmente no recuerdo haber hecho algo fuera de lugar. Además estaba un poco nerviosa por lo que dijo sobre la canción, esa canción que dijo que sería nuestra, era de amor. Pero tal vez él no le puso mucha atención a la letra y dijo aquello por decir.

-Estamos llegando Sammy.- Me advirtió y quedé sorprendida por aquel apodo-.

-No hay muchas luces aquí y ya está oscureciendo- Dije observando aquel lugar al que nos acercamos para aparcar-.

-Traje linternas y una soga, eso hacíamos de pequeños para iluminar bien. ¿Te parece? –Me miró levantando una ceja a la vez que aparcó y yo le devolví una sonrisa-.

-Suena divertido- Exclamé quitándome el cinturón-.

-Eres genial.- Sonrió amplio y pude ver sus dientes blancos iluminándolo todo- Déjame bajar primero para ver si todo está en orden.

-Bien...-Asentí y lo vi bajando y dando un portazo que me hizo cerrar los ojos por el golpe. Luego de un rato largo de silencio apareció en mi puerta golpeando el vidrio y recibió un grito de mi parte-.

-Todo en orden, tranquila.- Abrió la puerta de coche invitándome a salir, yo bajé con las bolsas de compras y él tenía en su espalda una mochila con lo que suponía eran las otras cosas-.

Nos acercamos a unas enredaderas y yo no vi en ninguna parte algún portón o una reja, simplemente enredaderas. Theo se acercó a un hueco en la planta y sacó una navaja de su bolsillo haciendo el hueco más grande formando una pequeña puerta que conectaba la acera con aquel lugar en donde estaba el lago.

-Entra Sam- Me invitó a entrar y la imagen que vi al cruzar el hueco me llenó de emociones alternas a las que sentía minutos antes. Había millones de luciérnagas dando vueltas por todo el lugar-.

-Esto es maravilloso...-Murmuré para mí misma maravillada por aquella imagen de postal, hasta que dirigí mi mirada a Theo que entraba por el hueco y tapaba este con algunas ramitas que había tiradas en el suelo-.

-Creo que no necesitaremos linternas.- Exclamó con una sonrisa maravillada como la mía-.

-En algún momento se cansarán de brillar...-Murmuré yo dándome cuenta al segundo que mi voz se había apagado totalemente-.

-Ayúdame a colgar las linternas- Me pidió y yo asentí haciendo lo pedido para luego amarrar un extremo de la soga a un árbol imitando su acción pero con el otro extremo-.

Mientras yo preparaba los sándwiches Theo había puesto música en un pequeño parlante portátil, lo que él escuchaba me gustaba tanto como a él, ambos escuchábamos el mismo tipo de música. En un momento llegaron las canciones de Ed Sheeran y yo me puse nerviosa, sus letras decían muchas cosas que quizá yo sentía. Thinking out loud resonó en todo el lugar mientras terminábamos de acomodar las cosas de nuestro picnic y ya cada uno tenía su propio sándwich. Miré nerviosa hacia abajo, tan solo admirando los pliegues de la manta en donde estábamos sentados mientras lo oía recitar la canción despacio, tan despacio que quería acercarme a oírlo mejor.

-So honey now, take me into your loving arms- Canté junto a él lo que le robó una sonrisa tonta en los labios para luego cantar junto conmigo mientras nos balanceábamos de un lado a otro-.

-Kiss me under the light of a thousand stars, place your head on my beating heart, i'm thinking out loud- Hasta que nos dimos cuenta de la parte que venía y fue aún más incómodo, pero nada nos calló- Maybe we found love right where we are...

Ambos nos callamos por un largo rato haciendo que el aire sea totalmente tenso, si alguien llegaba con unas tijeras seguramente lo habría cortado. Miré a Theo unas cuantas veces pensando en que tal vez debería contarle sobre Jess, pero justo cuando me dispuse a hablar él me interrumpió.

-Hace unos minutos dijiste que las luciérnagas se cansarán de brillar y no es cierto Sam- Lo miré debatiéndome a mí misma que decirle, porque realmente no hallé respuestas- ¿Sabes por qué? –Preguntó y yo negué con la cabeza al instante- Ellas solo se cansarán de brillar para otros, pero nunca de brillar para sí mismas.

Me quedé pensando y tenía razón, yo siempre brillo para los demás, intento ser la chica perfecta a la que todo el mundo quiere pero nunca pienso en las cosas que yo realmente quiero hacer y nunca hice, jamás pienso en que tal vez debería pensar un poco más en mi misma.

-¿Estás bien?- Preguntó y yo asentí mirando hacia en donde se encontraba el lago- Quiero saber...-continuó- ¿por qué dijiste que no sabías si eras feliz?

-Theo, hay mucho que debes aprender de mí.- Le miré a los ojos y me preparé para hacerle la confesión que jamás me había planteado decir- Es imposible que yo piense en mi misma, me cuesta hacerlo, me siento culpable. Jamás he escrito nada oficial porque sé que eso significa tiempo para mí, y no siento que yo merezca aquel tiempo, no sé si lo entiendes.

-Tú haces todo por todos y lo he visto, ¿por qué crees que pregunté eso teniendo millones de preguntas que hacerte?, Sam no lo entiendes, tú mereces todo y por mucho deberías saberlo.- No me di cuenta cuando él me había tomado la mano, pero no me puso nerviosa, me dio las fuerzas para continuar-.

-¿Es que no lo entiendes?, Theo soy alguien que vuela alto y luego cae fuerte, estoy encerrada en un frasco lleno de los sueños que jamás pude cumplir, y no estoy orgullosa de eso, pero hasta hoy no me había sentido una estúpida por no aplicar mis sueños a la realidad.- Tomé aquella mano entre mis dos manos y la apreté sin querer lastimarlo, estaba llorando, estaba llena de impotencia y nada importaba en ese momento-.

-Sam empezarás a hacer todo lo que quieras y te propongas a partir de este momento, si quieres esconderme algo lo harás y no me lo dirás por más que te ruegue, tú eres dueña de tus decisiones. Sam, déjame ayudarte a crear nuevos sueños y a cumplir los que están en aquel frasco del que hablas, te sacaré del cubículo en el que te encerraste, no te dejaré sola ni un segundo más. A partir de hoy tú nunca jamás te sentirás sola, ¿sí?, seré tu jodida sombra.- Declaró él con una sonrisa y robó una de mi parte, al igual que una risita estúpida. Él me hacía feliz, no entiendo por qué en algún momento dudé de mi felicidad si Theo estaba a mi lado-.

-¿Prometido?- Dije cruzando nuestros meñiques y él sonrió más que antes-.

-Prometido elevado al millón- Reí y lo rodeé con mis brazos a lo que él respondió devolviendo mi abrazo y descansando el mentón en mi hombro. Definitivamente no quería decirle de Jess, ya me sentía segura, y no lo haría-.

-¿Te conté alguna vez que clausuraron este lugar porque aquí murió una chica?- Murmuró en mi oído y yo abrí los ojos como platos-.

-¡¿Y te atreviste a traerme aquí?! Joder, ¡¡Theo te odio!!- Exclamé golpeándole nuevamente con una baguette mientras el reía y se quejaba al mismo tiempo-.




|CIGARETTES| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora