Capítulo 3

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Cuando las nubes aparecen, se desencadena la tormenta

Pasamos la noche desempacando y comiendo picada, bueno.... muchas botellas de cerveza desaparecieron pero sí se que paso ayer no creo haberme excedido. El estrés se estaba apoderando de mi cuerpo, aunque yo y el estrés nos complementamos como flor y abeja o mono y banana, hoy estaba más fuerte que nunca. Me levante con un dolor de cuello increíble, no puedo creer que el sillón sea tan incómodo, serví el desayuno y llame a todos a comer ¿Quién podría rechazar una rica torta de naranja o unos sándwiches de jamón y queso?

-¡Buenos días familia!

-Lisa,no grites acabo de despertarme- Mamá se quejo acompañada de los gruñidos de todos.

Todos se sirvieron torta, jugo y todas las delicias que abundaban en la mesa, quería darles una buena bienvenida pero papá comenzó una tormenta en lo que estaba siendo un día soleado.

-Este pedazo de torta es como Dave, se ve bien de afuera pero es horrible por dentro

-¡¿Cuál es tu problema?!- Protesto este, realmente enojado.

-Dave, Dave, Dave, eres un caso perdido- Dijo mamá, apartando la torta en su plato.

-Bueno ustedes dos son como estos sándwiches parecen abundantes desde lejos pero cuando lo comes están escasos de amor.

-¿Dave es una torta?- Pregunto inocentemente Mike.

-No Mike, los abuelos están jugando.- Contesto Gabriela haciendo gestos y buscando un alto al fuego.

-Solo les frustra el hecho que un Crandel sea un cantinero, ¡¿Pues saben qué?! Dave Crandel es el nuevo cantinero de Nueva York.- Dijo alzando las manos y mirando para arriba.

-¡ERES UNA VERGÜENZA!- Gritó papá.

-¡Ya basta! Los dejo vivir en casa y hacen este escándalo, somos una familia hay que estar unidos.

-En prisión me trataron mejor que ustedes. Entiendo que me equivoque, pero no merezco esto.-Dijo Dave y se fue a lo que era mi oficina.

Mire a todos enojada, en parte Dave tenia razón vivir en la locura y bajo la lupa de mamá y papá es algo mortal. Es como si estuvieran esperando a que te caigas solo para hundirte más y admito que esa fue una razón para irme de casa, agregando la horrible competencia diaria de la vida. Pero creo que mi madre nos quería enseñar algo más que a leer, o a que caminar, o a contar, mamá quería enseñarnos a vivir y aunque también me cueste asimilar, lo hizo bien. Pero en esa tormenta que papá había creado, Troy me salvo.

-Linda casa, no me dijiste que vivías con tu familia.

-No, mi familia vive conmigo.

Puso un gesto raro mostrándome que no me había entendido, pero yo me entiendo y a veces entenderse a sí mismo es lo único que importa. Salimos del apartamento que nos retenía como individuos sociales, es increíble que en cada casa hay otros mundos, con distintos problemas, distintas charlas y distintas vidas. Fuimos a comprar trajes y vestidos a "The sampler Room " el tema del casamiento era que todo el mundo fuera con ropa blanca.

Troy se probaba millones de trajes, el último era aún más extravagante que el primero pero ninguno satisfacía a Troy hasta que una mujer con voz familiar gritó algo un poco...grosero.

-¡¿Qué venden aquí pasteles?!

-¡¿Mamá?!

-¿Señora Crandel?

-Todos están muy curiosos, pero bueno no tenia nada mejor que hacer y necesito hacer una obra de caridad según el pastor que me acaba de confesar. Así que pensé en ayudar a un pobre chico apunto de casarse sin sentido de la moda.- Dijo con toda normalidad y acompañó a Troy a la sección de hombres.

Unos diez minutos después Troy llegó fascinado vistiendo un traje muy lindo y simple al mismo tiempo.

-Realmente siempre pensé que Lisa era la que más sabía de ropa, pero señora Crandel, usted es ¡Un Genio!-Troy grito, como si fuera una pre adolescente hablando con el chico de sus sueños.

-Lisa tenía un sentido horrible de la moda, todo lo que sabe me lo debe a mi.

-No es cierto ma.- Dije con un tono molesto

-Creí que te había enseñado a aprender de los errores.

En ese momento tenía ganas de tirarle todo por la cabeza, la próxima vez aprenderé del error y nunca los voy a dejar a entrar a mi vida nunca más. Todo esto es una locura y no para de consumirme, me hace acordar a cuando vivía en casa. Cuando Troy termino me tocaba a mi elegir un vestido, esta era mi oportunidad para demostrarles a todos mi buen gusto.

-¿Qué les parece?- Entonces al entrar vi las bocas de todos bien abiertas pero luego la de mi madre se desfiguro.

-Pareces gorda con ese vestido.

-¿Qué?

-Con todas esas capas y ese tul o pareces gorda o estas gorda ¿Cuántos pedazos de torta comiste hoy?

Entonces un sentimiento de angustia y vergüenza invadió mi pecho, solo fui e intente buscar otro. Si podía sacar algo bueno de mi angustia era impulso y esta vez vine con todo. Elegí un vestido bien pegado al cuerpo y que fuera simple para no parecer la novia y salí con todo.

-Linda, ese vestido es hermoso y te queda alucinante- Troy expresó orgulloso de mi.

-No me convence.

-Señora Crandel, me va a tener que disculpar pero ese conjunto le queda hermoso, que pena que no lo pueda ver.

Entonces entendí que aunque diera mis mejores esfuerzos nunca sería suficiente para mi madre, seguramente el otro vestido era lindo pero mamá quería degradarme ante ella. Me sentí como me sentía a los cinco si no lograba algo, nada.

Luego fuimos a una pastelería a elegir el pastel y mi madre se puso en delantera, no podía creer, realmente estaba compitiendo conmigo y lo peor de todo fue que Troy la invitó a ella y a papá al casamiento.

Llegue a casa junto a mamá , exhausta del día y pensé que solo era un dos de noviembre, pero ¿Cuánto tiempo más estarían en mi casa ? Algo me decía que pronto lo averiguaré.

El día donde todo se fue al diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora