Capítulo 5

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Verdad, dulce verdad.

-Mentirosa-dije mirando a mi madre con los ojos bien fijos en los suyos.

-¿Qué?

Repetí lo mismo que al principio solo que con un tono más intenso.

-¡Lisa! Ese vestido no le quedaba bien a nadie, no fue tu culpa pero seguro eres a quien mejor le quedó.

-Estoy hablando de Felipe y Gabriela.

-Te hice un favor.

Discutimos por 15 minutos hasta que por fin soltó lo que yo quería que dijera, el porque.

-Ese chico te hacía mal, incluso se rumorea que tienes un tatuaje, ese chico estaba desmoronando a la familia. Lisa todo lo que habías construido, tus logros, todo no valdría nada al lado de ese chico.

-¿Por eso manipular a Gabriela?-Dije con un tono sarcástico.

-Fue como un dos por uno, Lisa tú fuiste mi favorita, eres mi favorita y siempre serás mi favorita. Pero además te enseñe una lección muy grande, aprender del dolor.

Me sentía vacía, me sentía totalmente manipulable, toda mi vida fui su marioneta. El modelo perfecto de hija perfecta, recuerdo haber llorado meses por Felipe a su lado. Recuerdo peleas interminables con Gabriela y recuerdo haber salido adelante. Aprendí a no confiar en nadie porque los que más amamos son los que nos causan más dolor. Aprendí a no decepcionarme más y esto es lo que estaba haciendo con mi madre.

Me fui del cuarto con un sentimiento de vacío y me di cuenta que siempre estuvo loca, desesperada por el diamante más brillante y por la miga de pan más perfecta.

La vida continua no espera a que te levantes, llame a Troy y mi día termino.

Esa noche me fui a dormir a su casa y le conté todo, mi vida desde pequeña y sus exigencias, cuando me escape a Nueva York y esta discusión.

-Nena, no sabía que esto te lastimaba tanto.- Dijo él abrazándome.

-No llore, no he llorado en mucho tiempo.

Entonces me miró con cara comprensiva y agarró su guitarra y comenzó a cantar "hey Jude" de Los Beatles.

Estalle en lágrimas y nos quedamos un rato charlando.

-Deberíamos ir a un  bar a celebrar.

-No lo sé Troy, estas apunto de casarte no quiero causarte problemas con Sam.

-Linda, soy especialista en amigas.

Prendió con un control los parlantes y estos expulsaron "Dancing queen".

Me maquilló y me arregló la ropa mientras cantaba y yo no me paraba de reír, él sabía sacar lo mejor de mí.

Esa noche nos divertimos mucho el bar tenía un karaoke, nos la pasamos cantando.

  Volví a casa cerca de las once de la mañana y en mi sofá de cuero se encontraba ella, mirándome llegar.

-¿Dónde estuviste?- preguntó preocupada.

-Pensé que ya habíamos terminado esta etapa.

Bajo la cabeza y luego volvió a mirarme.

-Lo siento mucho Lisa, siempre hice lo mejor... Para...-no pudo terminar.

-Siempre hiciste lo mejor para ti, mira mamá no voy a pelear por esto, porque toda tu vida fuiste así, eres así y siempre serás así.

-¡Te lo ruego dame otra oportunidad!-Dijo angustiada y con un tono desesperado.

-Considérate afortunada que te sigo hablando, cuando todo esto se resuelva los quiero fuera de aquí.

-Claro que si nos iremos de tu edificio tan pronto ...- otra vez la interrumpí.

-No de mi edificio, de mi vida.

Entre al baño, derrame una lágrima y salí, que no te vean llorar, pensé.

El día donde todo se fue al diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora