El día donde todo se fue al diablo

Capítulo 10

Locura navideña.

En esta etapa del año todo empieza a ser verde, rojo y blanco. Los Santas empiezan a pedir dinero en las calles y los artistas hacen canciones sobre los mismos temas en una versión navideña. Los productos se venden más con la excusa de "necesarios para Navidad". Y las jugueterias. están llenas de regalos y niños.
Hoy es mi primer día en "Miles". Un 20 de diciembre, las noticias vuelan y el tema de mi columna era la Navidad.
-¿Estás lista Crandel?-Preguntó mi jefe.
-Nací para esto, por cierto no me dijiste tu nombre.
-Mi nombre es Jeff, pero para ti jefe. ¡A trabajar!-Dijo riendo pero al mismo tiempo formando autoridad.

Use toda mi creatividad y esfuerzo para lograr escribir la columna, por fin el momento que tanto espere estaba pasando. No se dio como yo lo esperaba, pero aún así fue perfecto.

-Buen material Crandel.

-Nos vemos mañana jefe.

-Espera, creo que deberíamos celebrar tu primer y exitoso día.-me dijo mirándome a los ojos.

-Eso se vera el viernes.

-Vamos Crandel, todos aman el café.

En parte tenia razón pero me impresionaba tanta cercanía en un hombre tan solitario como parecía ser Jeff. Eso no me evitaba un buen café.

Llegamos a la cafetería y comenzamos a charlar de trabajo, estadísticas y cosas para hacer que "Miles" fuera el Diario más vendido, hasta que el tema cambio rotundamente.

- ¿Por qué "Miles?- Indagué.

-Ninguna razón en especial.- dijo molesto.

-Perdón seguramente me metí en algo personal.

-¿Por qué una persona de 23 años se interesa en formar una carrera? Me refiero a que ahora la juventud se prolonga y se hace eterna, a nadie le importa el futuro.- Expreso tomando un sorbo de su café.

-Tuve una etapa de mi vida donde eche todo por la borda, los estudios, "el honor", la perfección y me concentre en la vida, experimentar, conocer el mundo, el amor.

-¿Qué paso con eso?

- Me rompieron el corazón y las esperanzas. Entendí que la vida es una carrera y listo.- dije firmando la cuenta y me dirigí a la calle.

Jeff se fue por su camino luego de despedirnos y yo por el mio. No había una magia tan vacía y cínica que la nada. En todo el viaje no solo mis oídos se taparon si no que mi mente se cerró, no hubo ni una palabra o pensamiento hasta llegar a casa.

Al llegar el pequeño bebe de Gabriela estaba llorando y Mike bailaba y corría en círculos con lo que parecía ser un calzón con la cara de Santa. De la otra sala se escuchaba una música pesada que estaba siendo tocada por Dave, mientras que Gabriela le pedía que se calle a gritos.

Mamá estaba con una botella de whisky balbuceando algunas palabras mientras papá dormía sin darse cuenta de lo que pasaba, sus ronquidos se complementaban con el enorme desastre que nos rodeaba.

Entonces Mike tiro mi jarro importado de China creando un silencio absoluto y despertando a papá.

-Lo siento tía Lisa.- Mike logro soltar.

-¡Mike te dije que no corrieras en la casa y tu Dave creaste todo esto!- Regaño a ambos Gabriela.

-¿¡Mi culpa!? Claro... cuando aparece un problema el responsable siempre es Dave, pero ¿Qué se puede esperar de la crianza de una madre alcohólica?

-Cuidadito con lo que dices Dave, puedo estar un poco pasada pero siempre fui una gran madre no como tu padre que se paso toda la vida trabajando y durmiendo.- mamá balbuceo sarcásticamente apuntando el dedo.

-¡Soy el único que mantuvo esta familia hasta que el esposo de una persona....quebró la empresa!-sentenció papá.

De repente un tsunami de palabrotas y palabras estallaron y el caos volvió otra vez.

-¡Silencio! Todos colaboraron para que esta familia se hundiera como un par de gusanos en una caja de arena ¡Pero nadie se esta levantando! Ahora esto va a pasar, asi que escúchenme ratas de laboratorio porque no lo voy a repetir. Gabriela te encargaras de tus hijos, Dave vas a agarrar esa guitarra y te pegaras en la cabeza hasta que entiendas que no puedes tocar aquí adentro. Papá vas a conducir hasta el supermercado y comprar unas curitas nasales para tapar esos ronquidos del demonio también vas a comprar té de jengibre para la resaca de mamá y un colchón inflable para ustedes dos. Hoy dormiré en mi cama como estaba planeado.- me fui directo a mi cuarto dejándolos con la boca bien abierta.

Me sentía increíble y con mucha autoridad. Extrañe mucho mi cama, esa noche dormí como nunca.

Un olor a canela me despertó, camine por el pasillo hacia la cocina y me sorprendí al ver a Gabriela haciendo waffles, y Mike sirviendo la mesa. Dave tocaba una canción relajante con su guitarra mientras papá me servia chocolate caliente. Se sentía una ola de paz y un cálido calor, las cómodas sillas de madera que hacían juego con la mesa de vidrio sostenían un desayuno que expulsaba un aroma a armonía.

-Te pusiste la banda nasal- le dije a papá mirando su nariz.

-Si, después de 30 años por fin pude dormir, brindemos por eso.-celebró mamá alzando una taza con té de jengibre.

Entendí y disfrute de su ofrenda de paz, para ser sincera fue una de las mañanas más felices. Charlamos de todo un poco y disfrutamos del domingo.

-¿Te llego alguna noticia de la empresa papá?-Pregunte preocupada mientras le tomaba la mano.

-Mi abogado dice que las cosas van a resolverse, pero no puedo creerle. La casa no importa, incluso la empresa no importa pero nos están demandando por estafa eso es más importante.

-Ahora que Mike y Gabriela salieron, te puedo decir algo muy importante. Max esta intentando de resolver el caso.

-¿Has tenido contacto con Max?-Pregunto indignada mamá.

-Le rogué que volviera por sus hijos pero él no va a volver hasta que resuelva el tema de la empresa.

La charla termino. Ninguno de nosotros tenía la fe suficiente en él, por eso nunca se lo comente a Gabriela tengo que ser fuerte por ella, ser fuerte por nuestra familia y ser fuerte también conmigo misma.