Decimonoveno Capitulo

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Sus labios podían transmitir miles de sensaciones en el momento que besaba a alguien. De a poco se fue alejando de mis labios para poder decirme que lo que hacíamos estaba mal.

-Nathan me va a matar si se entera – masculló por lo bajo y nuevamente miro hacia el cielo para terminar de contemplar los últimos fuegos artificiales que iluminaban el estadio. 

-¿Por que te mataría si me demostraste que para vos fui importante en un pasado?

-Seguís siéndolo, Yer pero hay cosas que se tienen que dar, no tienen que ser forzadas.

-Esto no fue forzado – Se dio media vuelta para quedar frente a mi, tomó mis hombros y con suavidad acariciaba mis hombros con sus pulgares. 

-Si lo fue. Dijiste que si no te besaba, demostraría que nunca fuiste importante para mi, ni si quiera antes de que perdieras la memoria. Como no es así, tuve que besarte. Eras mi vida antes de que pasara todo lo que paso, seguís siendo mi vida por eso soy yo quien te acompaña a todos lados. No son ellos los que te obligan a que yo te acompañé – arrugué la frente – Mas adelante, cuando realmente recuerdes todo, verás el porque soy el que va con vos a todos lados – Me soltó y sonrío – Es hora de que dejemos de hablar de esto. Tu banda está por subir y lo mejor que podes hacer, es escucharlos.

XXX

La noche se pasó demasiado rápido, y en el momento que menos pensaba, me encontraba en mi habitación, rodeada por un silencio incomodo. Max estaba durmiendo con Ciara y Alexey había preferido salir antes que quedarse a esperarme. No lo culpo por preferir la fiesta y conocer chicas, antes que acompañar a su mejor amiga. Ha echo demasiado conmigo, se merecía mas que eso. 

Me levanté de la cama, busqué el celular que estaba cargando en el baño y miré el reloj – Aún es temprano – dije mientras las agujas marcaban las tres de la mañana. En la agenda registre el número de Tom, que lo había agenda do esa misma noche por si llegaba a pasar algo extraño. 

“¿Estás durmiendo?” marqué en el teclado. Dejé el celular encima del lavabo y fui hasta la cama mas cercana para tirarme, hundiendo mi rostro en la almohada. Mi móvil vibró desesperadamente, haciendo que me levantara de un salto. Abrí el mensaje de Tom - “Estaba a punto de salir a hacer unas cosas, ¿Pasa algo?” - Hice una pequeña mueca y escribí rápido - “A salís. No, no pasa nada. Salí tranquilo (:” - Sentí un poco de decepción ante su respuesta. 

A los segundos, sentí unos pequeños golpes en la puerta. Tomé la manija con suavidad y apoyé la oreja en la madera -¿Quién es?

-Soy yo, bombón – fruncí un poco el ceño al escuchar la voz de Tom del otro lado. Abrí despacio. Tenía una mano apoyada en el umbral, con un aspecto bastante fachero que lo hacia verse mejor. Unos jeans negros algo rotos, zapatillas converse color blancas como las perlas, una remera blanca lisa con un escote en V y una campera de cuerina color negra.

-Pensé que salias – dije mientras cruzaba mis brazos encima de mi barriga. 

-Cámbiate que salimos – ordenó.

-¿A donde?

-A donde yo iba a salir – Me hizo a un lado y paso a la habitación sin permiso. Me giré un poco para mirarlo.

-Nadie te invitó a pasar – Desapareció detrás de la pared en donde estaba el armario. Hice un par de pasos y me apoyé en la pared, mirándolo mientras inspeccionaba mi ropa - ¿Qué estas haciendo?

-Buscándote algo decente.

-¿Decente? ¿Para? - Levantó su mirada encontrándose con la mía.

-No voy a permitir que andes con la típica pollera escocesa y corta de colegiala, con una camisa atada para hacer notar tu perfecto físico y demás. Con unos jeans y zapatillas te veras bien.

-¿A donde me vas a llevar que te preocupa tanto la forma en la que voy a estar vestida? - Volvió su mirada al placard.

-Ya vas a ver – Sacó un jean azul, una remera lisa color violeta y mis converse negras – Con esto vas a estar bien – Moví la cabeza, negando.

-No, no. Tan simple no me visto – Me paré a su lado y hurgué entre mi ropa en búsqueda de unas calzas de cuero que amoldaban mi físico, una musculosa de color crema con un par de tachas en los hombros y unas alas dibujadas sobre mi pecho. Saqué un par de borcegos negros, también decorados con tachas pero de color plateadas - ¿Podrías irte? - le hice una seña con la mano para que se dirigiera hacia el pasillo.

-Existe el baño – dio un paso hacia atrás y me dejo el camino libre así pasaba por delante de el. Rodé los ojos y entre en el toilette. Me calcé las calzas, hice que la musculosa bailara por mi torso y por ultimo me puse los borcegos. Saqué mi bolsito de cosméticos, polvoree un poco mi rostro con maquillaje, arqueé mis cejas para dejarlas un poco mas perfectas y pasé un brillo labial sobre mi boca - ¿Tanto vas a tardar? - Abrí la puerta – Ya era... - Sus ojos fueron de mis pies hacia mi rostro iluminado – No vas a salir así. Cámbiate ya, Yer. No puedo andar contigo así vestida.

-Tanto va a ser ahora – Su celular sonó e interrumpió nuestra conversación.

-Mientras hablo, quiero que te cambies. Así no vamos a salir – Se alejó un poco para poder conversar en privado. No le hice caso a su petición, solamente busqué un pequeño saco para cubrirme de la brisa frío que golpearía mis brazos en el momento que pisara un pie en la vereda – Tenemos que irnos ya – mascullo en cuento se acercó a mi - ¿No te cambiaste? - Negué – Espero no tener problemas por la forma en la que estas vestida.

-No vas a tener ningún problema, picarón – Deposité un beso en su mejilla y rápidamente salí de la habitación. 

-No es un chiste lo que te digo, bombón – Tomó mi codo y me metió al ascensor una vez que las puertas se abrieron. Llevó su pulgar a mi rostro y sacó el brillo labial – Si encuentro a alguien mirándote algo que no debe, puede que se arme un gran problema.

-Ya te dije que no pasará nada.

-Eso no lo sabes. Ni si quiera conoces el lugar como para saber como es el ambiente.

-¿Peligroso? - Asintió.

-Depende de donde te metas – Las puertas se abrieron. Cruzamos el lobby desierto del hotel directo a la salida.

Plante mis pies en el piso al encontrar dos vehículos estacionados, con distintos diseños de taller y dos personas apoyadas en el capó de uno de ellos – Era hora que salieras, Tom – dijo el chico que se acercó al mejor amigo de mi hermano para poder darle un apretón de manos. Una chica con un físico de modelo, se acercó y besó la mejilla de mi compañero. Su aspecto era el de una zorra de película, el de una promotora de carreras de autos.

Las dos personas me miraron un poco extraños - ¿Y ella? ¿Viene con nosotros? - preguntó la morena que masticaba chicle con la boca abierta, un tanto desagradable. Tom giró un poco su torso hacia a mi.

-Si, viene conmigo – el amigo sonrió y le pasó unas llaves a Tom.

-Ya sabes a donde tenes que ir, no es necesario que te lo explique.

-Se el camino – Las dos personas se alejaron de él y subieron a su auto, haciendo que el motor fuera prácticamente una melodía para mis oídos. Amaba el ronroneo de un motor de auto de carrera, me hacia sentir bien al momento que sonaba. 

Tom abrió la puerta del bugatti que estaba justo a su lado y me miro – Creo que deberías subir. No tenemos todo el tiempo del mundo.

-Va a ser como la cuarta vez que te pregunto esto, pero me preocupa el hecho de que vayamos a un lugar que ni conozca. ¿A donde vamos? Por la pinta que tenía esa chica y por la cara del chico, no creo que sea un lugar que solía frecuentar antes.

-No lo hacías, ninguno lo hacíamos. Sube y vas a saber a donde vamos a ir.

Hola gente. Nunca escribo una nota de autor ni nada de eso, pero esta vez lo hago porque tengo que decirles que capas en semanas no puedo escribir ni nada porque de seguro voy a estar sin internet y demas porque me mudo. Ademas, tengo que estudiar mucho para la universidad y el tiempo casi no me da. Hoy si alcanzo a terminar el capitulo, capas que lo subo para compensarlas  con algo. Y nada, eso no mas. Les mando un beso enorme y gracias por al apoyo de siempre. ♥

Amigos con derechos - Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora