Capitulo uno

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La brisa del río chocaba con mi rostro, el viento movía con cautela mi cabello tapándole un poco la vista a mis ojos. ¿Alguna vez me había puesto a observar lo hermoso que estaba el centro de la ciudad donde vivía? Tal parece que no, pues me sentía como una turista que por primera vez recorría Londres, Inglaterra. Me lamentaba por eso, sería la última vez que lo vería por un largo tiempo. Suspire antes de alejarme por completo del Río Támesis, las personas que crearon la arquitectura de los edificios y atracciones que rodeaban el famoso río, debieron haber tenido un sentido de la belleza impresionante, pues habían hecho de Londres un paraíso arquitectónico.

Camine unas cuantas cuadras para abordar los tan famosos autobuses rojos.

Aún no quería volver a casa, pero la hora límite no se encontraba muy lejos. Extrañaría las gotas que caían a menudo cubriendo los edificios de la gran ciudad. Papa me había asegurado que en el nuevo "hogar" abría el mismo clima, pues este se encontraba dentro de Inglaterra, pero yo no estaba del todo convencida, quizás ahí salía más a menudo el sol.

- Por fin llegas, estaba por salir a buscarte - comento mama con seridad -

- lo siento - respondi -

- Ya no sientas más y apúrate a terminar de empacar - pidio con una media sonrisa -

Asentí de mala gana, llevaba una semana empacando y aún no lograba terminar, la verdad es que me ponía los pelos de punta el ser tan lenta para algunas cosas, parecía que la flojera siempre estaba habitando en mi. Mama siempre me regañaba por " no ser eficiente " ¿Pero que es ser eficiente para ella? ¿hacer las cosas de un cientifico? Nunca estaba conforme con mi desempeño, y es que hay que admitir que no soy de las mejores hijas.

Ver mi habitación tan desnuda me hacia sentir vacía, aquí se encontraban diecisiete años de mi vida, y aquí seria donde se quedarían. Ese brillo que acompañaba el sillón dorado de la esquina cada luna llena, ya no lo vería más.

Mi escondite " secreto "donde me protegía de los " monstruos madrugadores " estaría habitable para alguien más. Y todos mis recuerdos se quedarían en mi mala memoria.

Estaba haciendo una despedida dolorosa y dramática, pero por más exagerado que le pareciera a mis padres era como realmente me sentía.

Mi celular empezó a vibrar sobre el lijado buró, haciendo que me sobresaltara. Reconocía ese tono, alguien me había mandado un mensaje, la canción de " The City " me indicaba que así era.

" suerte con el vuelo de mañana, te extrañare monstruo horroroso, pero no te librarás de mi tan fácilmente.

Lizzie "

Una sonrisa se formó en mi rostro, esa chica era mi mayor confidente y por supuesto que mi mejor amiga. Recuerdo como hace unos años sufríamos por amor, apenas teníamos catorce años y ya sentíamos que la vida se nos iba si no éramos correspondidas. Que ingenuas éramos en ese entonces, con el tiempo aprendimos que el amor llega en el momento que lo tiene que hacer. Sería la persona que extrañaría más de mi en unas horas más " vieja vida " pero me reconfortaba el saber que para las vacaciones vendría a visitarme.

Era hora de dormir, un bostezo gigantesco me estaba advirtiendo que mis párpados estaban por cerrarse.

Don't let me go H.S. (Editando).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora