Capitulo 24

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  "Acuérdate que es tu felicidad."
Oh mierda. ¿Ahora qué digo? Mi cara delataba que estaba muy nerviosa.
—No te dijimos Carly porque pensamos que esto no funcionaria.
¿Qué? ¿El que dijo eso fue Marcos? Lo mire con la mandíbula apretada. Méteme en más problemas Lewis. Carla me miro decepcionada. Esto es mucho más raro.
— ¿Enserio _______?
Asentí. Camine hasta Marcos y le tome la mano.
— ¿Qué haces aquí cielo?
—Te vine a ver. Anoche estabas tan borracha que pensé en tu resaca.
Oh la resaca.
—Pudiste haberme avisado.
—Lo siento cariño.
Mire a Carla como disculpándome. Ella miro hacia otro lado. Mire a Marcos.
—Yo me voy.
—Te acompaño afuera.
—Claro.
Camine hasta el pasillo.
—Adiós Carla.
—Chau.
¿Por qué tanto odio hacia Marcos por parte de Carla? Cuando el apareció por el pasillo le pegue en el brazo. Él se quejó. Cerré la puerta. Me gire hacia él y le volví a dar un golpe en el mismo brazo.
—Deja de golpearme _______.
— ¿Por qué le dijiste que salíamos?
—Porque se veía que pedias ayuda a gritos.
—Pero...
Me calle al darme cuenta que tenía razón.
—Explícame ______.
—No puedo.
— ¿No confías en mí?
Otra vez esa pregunta.
—Se tus secretos... ¡y que secretos!
Se a lo que se refiere.
—Logan es mi novio.
El asintió.
— ¿Y? ¿Cuál es el problema?
—Carla no lo sabe.
—Ya entendí.
El miro hacia un costado.
—Lo siento.
—Está bien. Deberías decir la verdad. Solo para que no se te complique la vida. ______ es solo un novio y tú lo eliges, no Carla. Acuérdate que es tu felicidad.
Suspire. Oh mi Dios. Asentí, me acerque a sus brazos y lo abrace.
—Gracias.
—Cuando quieras.
Me aleje de él. Hice una mueca y me metí adentro.
— ¿Ya te despediste de tu novio?
— ¿Por qué estas molesta?
—No lo estoy.
— ¿Entonces qué te pasa Carla?
Ella se encogió de hombros.
—No me gusta Marcos para ti.
—¿Qué? Espera tú al principio cuando lo conociste te encantaba.
—Sí, lose pero ya no. Me gusta otro chico para ti.
—Ya. ¿Y se puede saber quién es?
—No importa, tú ya lo sabes.
Por un momento me puse nerviosa. ¿Qué sabe Carla? ¿Anoche dije algo que delataba mi romance con Logan? No. Si lo hubiera hecho Carla no estaría así, supongo. Aunque ella es muy bipolar y cambia de idea cada cinco segundos. No pensare en esto ahora. Lo más probable es la culpa que me está volviendo paranoica.
—Volvamos al estudio ______.
Ella volvió al lugar donde nos sentamos antes de que Marcos interrumpiera mi explicación. Tengo tantas dudas. La principal es: ¿Estoy enamorada de Logan? ¿Oh será solo culpa por el sufrimiento que le cause?. Mire a Carla y ella estaba copiando un ejercicio en una hoja color amarilla. Se mordió el labio. A los segundos levanto la vista y me vio observándola fijamente.
—¿Qué?
—¿Puedo hacerte una pregunta?
Ella asintió y dejo a un lado el papel y las lapiceras.
—¿Qué es el amor para ti?
Ella miro el techo pensado. Hizo una mueca y luego sonrió.
— El amor es una de las cosas más maravillosas que puede experimentar un ser humano pero si no estás dispuesta a luchar por ello, no vale la pena estar enamorada, ya que solo te consumirás en el dolor y en la tristeza. Recuerda que no hay peor enemigo que tú misma, nadie te puede hacer más daño, que el daño que tú misma te ocasionas cuando sufres por una persona que amas y no tuviste el valor suficiente de luchar por aquella. Recuerda que si no te arriesgas no cruzas el rio y una vez que cruzaste el rio solo te esperara la felicidad con aquella persona, en la guerra y en el amor todo se vale arriésgate a luchar por aquello que tanto deseas que más vale intentarlo que estar toda una vida arrepintiéndose de no haberlo intentado. El amor es una cosa con la cual no se juega, el amor daña, pero también te hace feliz. Vuelvo a decir lo anterior, la vida nos va poniendo obstáculos en los cuales hay que superar. Nadie dijo que iba a ser fácil pero tampoco nadie dijo que iba a ser imposible.
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Narra Carla:
Baje por las escaleras y Salí del edificio. Abrí la puerta de mi coche y la cerré luego de haber subido. Hoy raramente había un viento frio. Pero como dice ______ soy una persona friolenta. Siempre tengo frio. Encendí el coche y comencé mi camino a casa. En realidad mi mente jugaba conmigo. Me hacía sentir culpable. Está pasando algo con ______ y yo no estoy haciendo nada. Sé que tal vez luego me arrepentiré pero tengo que hacerlo. Doble a la derecha. Ganándome un par de bocinazos de conductores estresados. No recuerdo muy bien la calle pero si el camino. Lo sé perfectamente. Bueno, cuando era pequeña esa casa era como si fuera mía. Vivía más allí que en mi propia casa y eso a mama le molestaba mucho. Reí al pensarlo. Conocí de inmediato la calle. Un montón de recuerdos pasaron por mi mente. Baje del auto y camine decidida hasta la puerta toque el timbre y a los segundos me abrió la puerta la segunda mujer más importante de mi vida. A los segundos sus brazos estaban enrollados en mi cuerpo.
—¡Carla! ¿Cómo? ¿Cómo estás? estas preciosa- me soltó y agarro mi rostro, mirando todos los detalles- pasa, pasa.
Entre cerrando la puerta tras mis pasos. Ella camino hasta la cocina, la seguí detrás. Aproveche a observar toda la casa. Que casa tan hermosa. Ya recuerdo porque me quedaba hasta la madrugada todos los días. Y los fines de semana me quedaba a dormir. Lo malo es que era muy incómodo dormir con ese chico.
—Siéntate. ¿Quieres algo de beber?
—¿Café?
—¿Con unas galletas de chocolate y vainilla?
Mi sonrisa se ensancho. Asentí como una niña.
—Esperaba que me vinieras a visitar.
—Sí, yo hubiera venido antes pero...
No sabía cómo continuar.
—Sí, lose. Conozco perfectamente tu personalidad. Prácticamente viviste con nosotros desde pequeña.
Yo le sonreí como disculpándome. Me dio la taza de café y puso en la mesa un plato lleno de galletas. Ella se sentó frente mío con una taza para ella.
—¿Cómo estas Carla?
—Bien. Estoy muy bien. ¿Y tú?
—Muy bien. ¿Y cómo estas llevando eso?
La mire porque no había entendido la pregunta pero luego de ver su mirada triste la entendí.
—Estoy llevándola bien.
—¿No pensaste en...
No deje que terminara.
—No. Bueno si lo pensé pero no quiero. Ya hable con mama y si tiene que pasar va a pasar.
—Eres igual de testaruda como tu madre.
—Lo sé- lo dije como si tuviera que estar orgullosa de ello-
Continuamos hablando de la escuela, los novios, mis problemas. Y luego cambiamos de tema sobre las compras. Quedamos en que un día de estos iríamos a una tienda y compraríamos de todo. Lo bueno de mi madrina es que sin que se lo pidas, ella puede ser tu amiga adolecente por un día.
A los segundos escuchamos el ruido de la puerta cerrarse. Y apareció por la puerta de la cocina la figura de un chico.
—¿Mama que cenaremos hoy?- pregunto sin mirar quien estaba. Abrió la heladera y saco una soda- ¿mmm?
—Cariño ¿Por qué no saludas a la visita?
El chico se dio la vuelta y cuando me vio casi se le cae la boca hasta el suelo.
—Cierra la boca cariño, hay mocas.
El me fulmino con la mirada. Sé que tengo que decirle para molestarlo.
—Disculpa, me quede sorprendido al ver que sigues bebiendo jugo en cajita.
Como él también sabe que decir para molestarme.
—Chicos no peleen- nos advirtió mi linda madrina-
—El empezó.
—¡No es cierto!
Le saque la lengua. Con el siempre puedo ser infantil. Y nadie me juzgara. El sonrió.
—¿A qué vienes?
—Tengo que hablar contigo Logan.
Y mi tono de voz demostró que tan grave era el asunto  


Bulimia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora