Bulimia (TERMINADA)

capitulo 27

  "No. Iremos a Londres para las fiestas."
—No me gusta esta película.
Logan apago la televisión.
—¿Cielo? ¿Te puedo preguntar algo sin que te enojes?
Lo mire y asentí.
—¿Cómo murieron tus padres? –pregunto susurrando-
—¿Qué no lo sabes?
El negó nervioso.
—Mis padres nunca me lo dijeron.
Hice una mueca de sorprendida.
—Bueno, ellos querían ir a hacer las compras, me preguntaron si quería ir con ellos pero les dije que no porque tenía mucho sueño. Se despidieron de mí. Y me acosté a dormir, dos horas más tardes la mama de Carla, me dijo que mis padres estaban en su casa y que tenía que irme con ella. Me levante y nos fuimos a su casa. Cuando llegamos me dijeron la verdad. Mis padres habían muerto en un accidente de tráfico. Un alcohólico que iba en camión los había llevado por delante. También me dijeron que tenía que venir a vivir con ellos. Les dije que no quería. ¿Sabes lo que sería vivir con Carla? Solamente quería tener paz. A los tres días después de la muerte de mis padres la señora Díaz me dijo que el Jeffrey, tu papa, me dejaría vivir gratis aquí y que por mes me daría cierta cantidad de dinero. Mas el dinero que había en la caja fuerte de mis padres. Podía vivir aquí.
El asintió.
—Yo supe de la muerte de tus padres un año después de que sucedió. Mis padres nunca me quisieron decir nada al respecto. Entonces tenías 14 años cuando los perdiste.
Asentí. Era una niña.
—______ te tengo que decir algo.
Levante la cabeza dando a entender que lo escucho.
—Hable con mama sobre las vacaciones. Con mi familia iremos para las fiestas a Londres por una fiesta que tiene papa allá. Todos los años hacen una gran fiesta y papa nunca falto a ninguna.
Asentí.
—Oh, entonces te iras a Londres para las fiestas.
—No. Iremos a Londres para las fiestas.
Abrí mis ojos ¿Qué?
—¿Londres? ¿Estas bromeando?
El negó con una sonrisa.
—¡Oh mi Dios iré a Londres!- grite lanzándome sobre el- ¡Gracias!
Comenzamos a reír juntos.
—Y luego iremos a México.
—¿Cómo?
—Ya sabes México. El país que está en América central.
—¿Con tus padres?
—No, estaba pensando en que podríamos ir con Alan y Carly.
Le sonreí y asentí como una niña causando su risa.
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El mes que quedaba de clases se evaporo más rápido de lo esperado. Pase todas las materias con buenas notas. Carla sorprendentemente paso la prueba de matemáticas con un siete. Alan es uno de los más inteligentes, así que el paso las materias con nueve y diez. Y Logan me dijo que mejor no le pudo haber ido. Estábamos en vacaciones de verano.
Hace un par de horas habíamos aterrizado en Londres. Y estaba muy emocionada. Había un viento fresco. Llegamos a la casa de los Henderson. Es igual de hermosa como la otra.
—¡Muy bien! ______ Las habitaciones están arriba, hay un baño arriba y otro aquí abajo, la cocina esta por esa puerta, y el patio por aquella puerta, aunque creo que no saldrás al patio. Y dormirás con Presley porque la habitación de huéspedes no se terminó de remodelar. ¿No hay problema?
—No claro que no Pam.
Ella me sonrió. Comenzamos a subir las escaleras y me mostro donde era la habitación de Presley.
—¿Dormirás conmigo______?
—Si Presley.
—Genial.
—Esa es tu cama ______- Pamela señalo una cama de dos plazas frente a la cama de Presley- Desempaquen chicas, saldremos a comer afuera.
—Gracias Pam.
—De nada, linda.
Pamela se fue cerrando la puerta.
—Este es mi armario _______. Puedes ocupar este si quieres.
—Bueno.
Cuando terminamos de desempacar con Presley fuimos a la cocina. Nos sentamos en la mesada a esperar que Pamela terminara de desempacar. Logan apareció por la puerta de la cocina sonrió y se acercó a nosotras.
—¿Quieres algo de tomar?
Negué con la cabeza.
—Acabo de terminar de hablar con mi ex entrenador. Iremos al gimnasio que está a dos cuadras de aquí.
—¿Por tres semanas?
—Si. Le dije, y estaba bien para él.
—¿Y en México iremos a un gimnasio? –pregunte sarcástica-
—Si no quieres ir a este gimnasio, no vayas y listo- se encogió de hombros-
—No es que yo no quiera ir, solamente creo que es un desperdicio de dinero.
—Cielo yo hago esto por vos. No quiero que hagas locuras ¿Si?
—Bien.
La verdad que estábamos yendo al gimnasio los dos durante este mes. Y no es tan malo como lo esperaba. Aunque la primera semana me dolía todo el cuerpo. Ni siquiera podía caminar sin quejarme.
—¿Todos listos?- pregunto Pamela desde la escalera- ¿Jeffrey?
—Aquí Pamela.
—Vamos.
Salimos todos hacia el restaurante que Pamela quería ir. Llegamos y Presley eligió la mesa junto a la ventana. A los minutos se acercó nuestro camarero. Cada uno pidió lo que quería comer. Cuando Tom, nuestro camarero, se fue Pamela comenzó una conversación.
—Mañana será la fiesta _______. Por la mañana iremos de compras. Las tres nos compraremos unos hermosos vestidos. Y zapatos. Y luego iremos a la peluquería para que nos maquillen y peinen. Será un día de chicas.
Presley comenzó a aplaudir. Le sonreí a la pequeña rubia.
—Logan, tú y yo por la tarde iremos a rentar trajes. Será una tarde de hombres- rio Jeffrey, Pamela le lanzo una mirada de "cállate"- vamos, fue gracioso Pam.
Ella negó. Tom nos trajo nuestra comida. Cuando terminamos de comer nos levantamos y en la entrada esperamos a Jeffrey que fue a pagar el almuerzo.
—¿Mami podemos ir al parque?
—No Presley, tenemos que ir a casa, estoy muy cansada por el vuelo cariño.
—¡Quiero ir al parque!
Logan rodo los ojos.
—La puedo llevar yo si quieres Pam- ofrecí, es lo menos que puedo hacer- una tarde de chicas.
—¡Si! Mami déjame ¿Siiiii?- alargo la pregunta- Por favor.
—Es que ______ no conoces las calles de aquí.
—Iré con ellas mama- dijo Logan- ve con papa a casa.
—Bueno.
Logan se agacho para tomar a Presley en brazos, estiro su mano para que la tomara. Cuando lo hice comenzamos a caminar hacia el parque que yo desconozco. A las pocas cuadras llegamos al pequeño parque. Presley se bajó de los brazos de su hermano mayor y se fue corriendo hacia los columpios. Logan se fue a sentar en una banca, lo seguí, cuando me senté a su lado apoye mi cabeza en su hombro. El dio un beso en mi frente. Levante mi cabeza y le di un beso corto. Él me sonrió, una melodía se escuchó. Logan rodo los ojos y saco el celular del bolsillo delantero de sus jean. Miro el nombre en la pantalla y luego sonrió.
—¡Dustin! ¿Cómo estás?... Si, llegamos esta mañana... ahora estoy en el parque cerca de casa... claro, te esperamos... estoy con Presley y ______- rio- claro, conocerás a la famosa ______.
Logan bloqueo la pantalla de su celular.
—¿Tu primo Dustin?
—Sí, está ansioso por conocerte.
—Yo también.
Hace unas semanas hable por teléfono con Dustin, hablamos por media hora, es muy gracioso. Logan luego se quejó por la gran cantidad de dinero que gaste al hablar tanto con su celular.
—¡______ ayúdame! – Grito Presley desde los columpios- hamácame.
Me levante de mi asiento y corrí hacia los columpios. Cuando Presley se cansó de sentir el viento en su cara corrió hacia los toboganes. Cuando vi que Logan estaba abrazando a un chico corrí hacia ellos. El chico me daba la espalda, cuando llegue hasta donde ellos estaban Logan me sonrió. El chico se dio media vuelta y le sonreí.
—Dustin, ella es ______, mi novia.
—Hola Dustin.
—Valla, al fin conozco a la novia de mi querido primo. Eres muy linda ______. Es un gusto conocerte- me dio un abrazo rápido-
—Gracias.
—¡Tocino!
—¡Enana!
Dustin abrió los brazos hacia Presley que venía corriendo hacia él. La levanto y las piernitas de Presley quedaron enredadas en sus caderas.
—¿Tocino?- pregunte frunciendo el ceño-
—Me encanta en tocino- explico Dustin- ¿Irán a la fiesta del señor Tarver?
Logan asintió.
—Bien, no me aburriré este año.
—Pero si el año pasado fui contigo.
—Sí, pero también fue Luciana contigo y ni siquiera me prestaste atención.
—¿Quién es Luciana?-pregunte-
—Una de las ex de tu novio.
—Dustin- reto Logan-
—En una relación no hay que haber secretos Logan- dijo Dustin dejando en el suelo a Presley- Bueno ¿Por qué no vamos por la merienda?
—Son las- Logan miro su reloj- dos de la tarde Dustin.
—No hay horario para la merienda Henderson.
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—¿Cómo está todo por allá?- pregunte a Carla-
—Todo bien, por suerte. ¿Cómo estas en Londres?
—Excelente. Hoy conocí a Dustin, el primo de Logan.
—Ah ¿Y cómo es?
—¡Carla!- se escuchó un grito de Alan- No preguntes eso.
—Shh, come te decía ______.
—No te diré nada Díaz.
Pude jurar que ella ponía los ojos en blanco.
—Mañana tengo que ir a comprar lo que me falta para el viaje a México. ¡Diablos estoy muy emocionada!
—Yo también. Será grandioso.
—Lose. Cariño tengo que cortar, me muero de sueño.
—Claro, mándale saludos a Alan. Nos vemos Carly.
—¡Adiós, hermosa!
Carla finalizo la llamada, me acomode en mi cama.
—¿______ me leerías un cuento?
—Claro que si Presley.
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Narra Carla:
Suspire aliviada.
—Todo está bien Carla, pero eso no quiere decir que te tengas que descuidar.
—Claro doctor.
—Puedes ir tranquila al viaje. No hay problema.
—¡Gracias!- salte de asiento y corrí a darle un abrazo al doctor Alonso, el rio- me tengo que ir, tengo que hacer unas par de compras y le dije a mama que iría temprano a casa.
—Bueno, cuídate Carla.
—Gracias, adiós.
Salí de la clínica. Y camine hasta el centro comercial. Entre a una tienda de vestidos de verano. Tome todos los que pude. Me probé cada vestido de la tienda. Al llegar a la caja le di la tarjeta de crédito de mama. Tome las bolsas y Salí de allí. Me choque con un cuerpo, caí al piso.
—Oh lo lamento tanto- dijo la chica que me empujo- Dame tu mano.
Ella me ayudo a levantarme. Tomo mis bolsas y me las dio en la mano. La mire y vi sus ojos rojos.
—¿Estabas llorando?- pregunte en un susurro-
Ella me miro y me sonrió sin mostrar los dientes.
—No te preocupes. Estoy bien.
—Sí, dile eso a tu cara.
Ella me dio una sonrisa sincera, lo note por el brillo en sus ojos.
—¿Tu estas bien? ¿No te lastime?
—Estoy bien. ¿Puedo saber porque estabas llorando?
—Un chico, un estúpido chico.
—Oh, lo lamento.
—Siii, yo no, ahora ya no.
—Te invito un café.
Ella me miro, se mordió el labio, tienes unos labios rosados y gruesos. Sus ojos son marrones. Delgada. Es demasiado linda. Miro hacia atrás, volvió a fijarse en mí y asintió.
—Claro, vamos.
Caminamos hacia una de las cafeterías que había en el centro comercial. Pedimos dos cafés y compre unos muffins. Nos sentamos en una de las mesas más alejadas de la entrada.
—Y dime- llame su atención- ¿ese chico era tu novio?
—Sí, lo era. Me fue infiel.
—Oh lo lamento.
—No importa- se encogió de hombros- sabía que me mentía, solo es que nunca espere que el fuera así ¿sabes? El me decía que no era igual a los otros. Y termino siendo peor.
—Yo tengo un novio, se llama Alan- ella comenzó a observarme- es un gran chico. No todos son iguales. Tienes que seguir intentando.
Ella negó.
—Esta es la cuarta vez que me son infiel. No sirvo para las relaciones.
—Pero no vas a estar toda tu vida sin una relación.
—No, claro que no. Solo, no quiero estar con nadie por ahora. Disfrutare de mi adolescencia.
—¿Cuántos años tienes?
—Diecisiete ¿Y tú?
—Dieciséis. Cumplo diecisiete dentro de dos meses.
—Eso es genial.
Tome de mi café. No sé porque siento que puedo confiar en ella.
—¿Sabes? Yo tengo una vida un poco complicada- empecé diciendo- tengo una mejor amiga que ahora está en Londres con su novio, se llama ______. Ella es genial, es una persona tan dulce.
—¿Y cuál es el problema?- pregunto ella sonriendo-
—El problema es que dentro de dos años ya no estaré aquí. Y no quiero que ella sufra. Quiero que ella salga adelante. Y me estoy asustando de lo que ella podría hacer al saber que ya no estaré con ella.
La sonrisa de la chica, cuyo nombre aun no sé, desapareció. Nos quedamos calladas un momento.
—Si quieres te puedo ayudar con eso- comenzó a hablar ella- por como la describes se nota que es una chica muy buena. Te puedo ayudar.
—¿Es en serio?
—Sí, claro, dentro de dos años no tengo nada que hacer.
—Te tengo que decir que ______ es muy cerrada cuando no conoce a una persona.
Ella se encogió de hombros.
—Y yo consigo todo lo que quiero. Hare lo posible para que ella me tome confianza rápido.
Yo asentí.
—Gracias.
Ella rio.
—¿Sabes? estamos hablando aquí, me invitaste un café, estamos haciendo planes para dentro de dos años y ni siquiera se tu nombre.
Le sonreí.
—Me llamo Carla, Carla Diaz.
—Mucho gusto Carla.
—¿Y tu nombre?
Ella sonrió. Y abrió la boca para decirme su nombre