Capítulo 1.

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Cincuenta y seis...cincuenta y siete...cincuenta y ocho...cincuenta y nueve...sesenta.

El reloj de pared marcaba exactamente las ocho de la noche significando que mi turno había terminado, el cansancio ya se estaba haciendo presente en mi he trabajado durante seis horas seguidas para algunas personas esto será poco pero para una persona que estudia y trabaja es algo muy exhausto, no tengo la necesidad de trabajar pero una ayuda extra no venía de más.

Lanzo un bufido y me doy un suave masaje a mis sienes, esto no era lo que esperaba el dueño de la joyería estaba entrando por la puerta, su postura era algo firme e intimidante para un señor de sesenta años, vive nadando en dinero es más que obvio que se ha mantenido muy bien, dejo mis pensamientos a un lado preguntándome por que se encuentra aquí si yo me encargo de cerrar el local.

-Lucille, necesito que te quedes una hora más- dice el hombre con la mirada hacia los estantes de la joyería importada.

Mi ceño esta fruncido, no quiero lucir molesta menos enfrente de la persona que me da de su dinero, pero esto no se encuentra en mi horario de trabajo y mi padre me matará si llego más tarde de lo debido.

-No creo poder quedarme, tengo deberes en mi hogar y ya es demasiado tarde- digo jugando con mis dedos debido a los nervios que se han apoderado de mi.

En estos momentos estoy esperando que me diga "Largo, estas despedida"

-Te pagaré cien dólares solo por quedarte, necesito que atiendas a mi futura nuera.

Su nuera supongo que es algo importante para él, ahora me encuentro confundida si acepto quedarme me beneficio con dinero extra y la consecuencia sería un castigo y si niego no habrá dinero pero el beneficio sería que no tendría castigo.

-Acepto-su mano se estrechaba junto a la mía ahora solo queda la espera de la presunta mujer que se uniría a la familia de este.

No pasa demasiado, una joven de cabellera rubia y con porte elegante entra al local, tan solo verla puedo saber que es la típica chica presumida estilo Hills, la mujer recorre con su mirada la joyería hasta encontrarse con la mía en su rostro crece una mueca de disgusto y yo le ofrezco una sonrisa falsa.

-Bienvenida a la Joyería Zolé, en que puedo atenderla.

-Busco a mi suegro Frederique, podrías decirle que ya estoy aquí- dice dejando su bolso Chanel sobre la mesa de cristal.-Rápido-me dice haciendo una seña con su mano para que me retire, mi mandíbula se tensa, me intento controlar y solo asiento por lo que me ha dicho.

Salgo y me dirijo a la pequeña oficina del señor Frederique en el pequeño transcurso me pongo a pensar lo arrogante que había sido la mujer de afuera como se atreve hablarme de esa manera tal vez no sea de su nivel pero creo que merezco un poco de su respeto.

Ni siquiera me percato que choco con mi jefe, maldigo en voz baja, como puedo ser tan estúpida, en estos momentos puedo decir que estoy malhumorada.

Necesito dormir.

-Debe tener más cuidado Lucille- dice acomodando su traje debido a mi percance con el.

-Solo..vine a decirle que su nuera se encuentra en la joyería.

Puedo jurar ver al señor rodar los ojos, esto ocasiona una risa silenciosa para mi, el me mira con confusión y se dirige hacia el local igual que yo.

Mi pregunta ¿A él le caerá mal su futura "nuera"? Digo para haber rodado los ojos puede significar algo como desagrado.

-Suegro! Que alegría verlo-la chillona voz de la rubia se escucha por todo el local.

-El gusto es mío Mery, ya estas lista para escoger tu anillo-dice su suegro señalando la joyería de los estantes-Lucille trae los anillos de 25Kl, por favor- asiento y me encamino hacia la bodega.

Donde estarán, pasillo tres solo veo cajas y más cajas reviso en una de ellas y para la suerte que me cargo en ella se encontraba lo que tanto buscaba, sostengo en mis manos la pequeña caja de anillos para regresar a mi lugar principal.

-Solo te vas casar para conseguir la herencia de tu padre Mery.

La voz de mi jefe hace que me detenga, en estos momentos estoy siendo muy entrometida, no pierdo nada escuchar un poco más.

-Que a su familia le conviene si no le recuerdo señor.

Entonces se esta casando con su hijo solo por dinero, que cruel.

-Todo por el dinero.

Y mis sospechas fueron aclaradas por esta frase que ronda en mi memoria "El dinero da cariño mas no amor."

-Por el dinero.

Una parte de mi coordinación falla y caigo de rodillas haciendo que tome la atención de estas personas, ahora me siento avergonzada no solo por mi caída si no que ahora pensaran que soy una chismosa.

Los anillos se encuentran esparcidos por todo el suelo, solo le pido a dios que a ninguno le haya pasado algo por que si no me iría directamente a banca rota y aparte sin trabajo.

Recojo lentamente estos debido al nerviosismo que hay en mi, solo siento las miradas de la joven rubia y de mi jefe, no dicen nada haciendo que me ponga más nerviosa,el ruido de una persona nueva entrar al local ni siquiera me distrae, solo lo ignoro.

Casi término de guardar todos en su caja, falta uno estoy apunto de tomarlo hasta que una mano lo agarra, con solo ver la mano se que no es del señor Frederique ni de la mujer si no de alguien masculino y joven, mis ojos mieles se encuentran con la mirada de unos ojos esmeraldas haciendo que me pierda en el lugar más hermoso, nunca había visto un par de ojos tan únicos como los de esta persona.

-Te ayudo a levantarte- su voz ronca hace que despierte de esto y vuelva a la cruel realidad que tengo.

Niego y me levanto con cuidado llevando mis manos hacia las rodillas para limpiar el polvo inexistente que había en ellas.

-Suegro debería despedirla, para que quiere una chica que ni siquiera cuida de ella usted cree que cuidara bien sus joyas, aquí esta la prueba.

Mi mirada se encuentra en el suelo no tengo el suficiente valor de levantar mi vista, la vergüenza se come de mi y esto me hace sentir muy mal, los malos comentarios de la mujer solo son unas apuñaladas más a mi espalda y es aquí cuando necesito que me digan que estoy despedida.

-No creo que sea necesario padre, solo fue un accidente.

El joven de voz ronca hace que levanté mi vista para agradecerle con un intento de sonrisa las palabras que ha dado y que podrían salvarme de ser despedida.

-Tienes razón hijo solo fue un accidente que no volverá a ocurrir, cierto Lucille.

Frederique se acerca para escuchar mi respuesta.

-Si señor.

Mi voz es débil, tal vez no tenga muchas ganas de trabajar pero sinceramente no me hubiera gustado ser despedida y menos de una manera tan vergonzosa.

-Bueno entonces veamos los anillos-dice mi jefe dándoles a la rubia y al joven de cabello largo que adornaban en el unos rulos la caja que contenía esta joyería tan cara.

Anillos.

El es su hijo, se casará solo por dinero que tragedia será vivir con una persona tan arrogante como su futura esposa.

Su hijo miraba la pedrería sin ninguna importancia como si el no quisiera estar aquí, lo entiendo nadie se quisiera casar tan temprana edad menos si solo es por dinero.

En contrario la mujer miraba con alegría y entusiasmo esos anillos.

En ella y en el no se percibía amor solo existía la codicia del dinero.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2015 ⏰

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