El psicólogo en la sesión grupal de todos los viernes levantó un vaso de agua, todos esperaban la típica pregunta: ¿está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó: ¿cuánto pesa el vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: el peso del vaso no es importante, depende de cuanto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, y si lo sostengo todo el día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso nunca cambia, pero cuánto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve. Y continúo: las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada. Fijó la mirada en mí, al pronunciar esas últimas palabras. Odiaba estas estúpidas sesiones, no servían para nada y encima eran una pérdida de tiempo. Ellos estaban allí porque estaban perdidos, en cambio, yo sabía lo que quería, quería irme de aquí de una vez por todas, acabar con el sufrimiento, con el dolor, de la forma más fácil y también de la más cobarde.
- Erin, ¿podrías decirnos como te sientes? - preguntó Jack. Todas las miradas se posaron en mí.
- No. - respondí.
- Si no hablas con nosotros, ¿cómo quieres que te ayudemos? - dijo despacio.
- Es que no quiero que me ayuden. - gruñí. Me levanté de un salto, cogí mi maleta del suelo, y desaparecí dando un portazo. Escuché unos pasos detrás de mi, y un brazo que me agarraba.
- ¡No me toques! - dije soltándome.
- Esta bien, perdón. - dijo Jack. Lo miré de arriba a abajo, para ser psicólogo era muy joven, ¿cuántos años tendría? - Tienes que volver a dentro, no se ha acabado la sesión.
- Para mi sí.
- Erin, si no pides ayuda, ¿como pretendes que te ayudemos?
- Es que yo en ningún momento he pedido ayuda. -espeté. Jack resopló, y me miro con tristeza. -Tu si tienes que volver, ellos si necesitan tu ayuda.
ESTÁS LEYENDO
La Brújula.
Genç KurguErin es una chica que todo padres quisieran tenerla de hija, buena estudiante, responsable y alegre, pero eso cambia, con la trágica muerte de su madre. Erin se vuelve distante y fría. Cuando empieza es su nuevo instituto, conoce a Laila, y a su gr...