Zayn
La miré sonriendo, ese día traía unos Jeans claros ajustados a sus piernas, una camiseta blanca de tirantas con un suéter de lana largo y una bufanda roja que le cubría su pecho, era extremadamente sexy, estaba sentada mirando a cualquier parte menos a mi dirección con las piernas cruzadas y los brazos igualmente, su cabello caía desordenado a los largo del espaldar de la silla.
- ¿que me miras? – me dijo rudamente penetrando mis ojos con su linda mirada, reí
- creo que fui muy maleducado la primera vez que nos conocimos – dije sinceramente y me acerqué a ella viendo como su expresión se relajaba un poco y se sorprendía – ¿te parece si volvemos a presentarnos? – la miré sonriendo y ella dudó unos minutos
- búscate nuevas técnicas de coqueteó, esas ya están pasadas de moda – rodó los ojos y con un leve empujón de su pie hizo que su silla se girara dándome la espalda.
Esta chica es extremadamente irresistible y que se haga la difícil la hace aún mas provocativa.
Me acerqué a ella y coloqué mis manos en sus hombros, me acurruqué, con mi mano derecha pasé delicadamente su pelo a su hombro izquierdo y lo retuve con mi mano izquierda, volví a colocar mi mano derecha sobre su hombro y sentí como se estremeció, sonreí y me acerqué a ella colocando mis labios en la comisura de su cuello, sentí como todo su cuerpo se estremeció y sus músculos se tensaron.
- eres una chica bastante complicada cariño – le susurré al oído y ella se volteó un poco para mirarme quedando a milímetros de mi cara – lo complicado es TAN provocativo... - me alejé y con un empujón hice que la silla se volteara y quedáramos cara a cara de nuevo – ¿tus papás nunca te enseñaron que uno nunca juzga un libro por su portada? – ella me miró en silencio y sacudió su cabeza finalmente, sus mejillas se volvieron de un rojo intenso y bufó
- si lo hicieron como buenos padres que son... - se cruzó de brazos – pero tu eres toda una caricatura y yo ODIO las caricaturas... - impulsó la silla nuevamente para voltearse pero yo me adelanté y agarré el espaldar de la silla con fuerza para detenerlo
- escucha hermosa – me acerqué a ella peligrosamente y ella me miró fijo – nos quedaremos juntos acá hasta que Louis vuelva – le dije suavemente haciéndola temblar – y cuando vuelva si no has decidido tranquilizarte con migo le ordenare que nos deje encerrados acá hasta que a ti se te de la gana de parar de hacer tu niña caprichosa... - me burlé y ella me miró mal – así que te calmas o te preparas para quedarte encerrada acá un buen tiempo... - rocé mi nariz con la de ella, ella me miró a los ojos y desvió rápidamente su mirada a mis labios mirándolos fijamente, vi como se mordió su labio inferior sin quitar su mirada de mis labios y me acerqué a ella aun mas hasta sentir sus labios tocar los míos, tomé delicadamente su cabeza con mis manos y la hice pararse de la silla para acercarla mas a mi, pasé mi lengua por su labio inferior obligándola a abrir su boca y me dejó profundizar el beso.
Era excitante, ella ere excitante y sus besos igual. La besé con pasión, pero raramente sentí la necesidad de besarla con delicadeza igualmente, ella me siguió el beso y no mostro señal alguna de querer separarse de mi por lo que pasé mi mano alrededor de su cintura acercando su cuerpo al mío, pero ahí, reaccionó. Puso sus delicadas manos en mi pecho y me alejó de ella, pero esta vez no fue brusca, al contrario lo hizo con delicadeza, me alejó lo suficiente para que yo no la pudiera besar, pero no me alejó lo necesario para que ya no sintiera su delicado cuerpo contra el mío. La miré sorprendido esperando a que reaccionara agresivamente en cualquier momento, pero al contrario se quedó con los ojos cerrados unos segundos mirando al suelo y finalmente me miró.