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- buenos días señorita – la enfermera entró sonriente a la habitación, la miré y sonreí como respuesta – ¿lista para el gran día? – me peguntó sonriendo, asentí con la cabeza y me levanté de la cama
Ella me pasó los medicamentos matinales. Me apresure para bañarme y por la primera vez en dos meses pude colocarme unos Jeans, decidí colocarme igualmente el saco del hospital que ya me había acostumbrado a utilizar. Caminé junto con la enfermera quien llevaba mi maleta hasta la oficina del director.
- Buenos días señorita Minning – este me saludó con alegría
- Buenos días – respondí en un murmuro, el me invitó a sentarme con el para explicarme todo.
El psicólogo había tomado una decisión de quien sería mi responsable legal hasta que yo terminara mi tratamiento, lo único que pedía era no volver a la casa con mi papá, no sería capaz de vivir con tanta tensión de nuevo. Luego me explicó los compromisos que yo debía asumir si quería que todo esto se pasara como yo quería y finalmente me deseó la mejor de las suertes para mi vida.
- disculpe – me detuve frente a la puerta antes de salir y lo miré – ¿puedo saber con quien voy a vivir? – pregunté con timidez. El sonrió y caminó hasta donde yo estaba
- lo descubrirás tan pronto como salgas de acá... – me aseguró – ...ya te esta esperando afuera – me sonrió, salí de la oficina.
Tenía miedo, no quería ver a mi papá, pero si no eran mis papás los que me esperaban, ¿quien era?, no estaba lista a tener que afrontar toda esa realidad de la cual estos cuatro muros me protegían, ¿volvería a ver a Zayn? ¿Andre? ¿Alexis? ¿Que sería de mi vida?. Me detuve frente a la puerta y respiré hondo, tomé con fuerza mi maleta y abrí la puerta cegándome por el brillo del sol.
Zayn
Lancé el tercer cigarrillo al suelo apagándolo como los anteriores. Miré la hora. ¿Que pasaba? Estaba impaciente, miré mi celular, no habían mensajes ni llamadas, entonces escuché el sonido de la puerta. Subí la mirada y la vi salir tapándose un poco los ojos del sol, estaba hermosa, tenía sus habituales Jeans rotos y traía el saco gris que siempre utilizaba cuando yo venía a verla. Miró un poco a su alrededor perdida y finalmente su mirada se encontró con la mía. Yo ya me encontraba caminando a donde ella estaba, sonrió y se quedó paralizada en su lugar, cuando llegué frente a ella me detuve y nos quedamos en silencio mirándonos. Tenía miedo de abrazarla, prefería que fuera ella la que daba el primer paso, no quería que se sintiera agredida. Después de unos minutos reaccionó, dejó caer su maleta al suelo y se impulsó sobre mi pasando sus delgados brazos alrededor de mi cuello, sentí su delicado cuerpo pegarse al mío y la rodeé por la cintura. Su olor, su cabello, su morfología, ella, la había extrañado tanto. Este abrazo era mas importante de lo que parecía. La abracé fuerte, hundiendo mi nariz en su cuello y disfrutando de nuestra cercanía. Nos separamos lentamente el uno del otro y nos volvimos a mirar.
- hola – ella dijo finalmente sonriendo de lado. Tomé su maleta y con la otra mano tomé su mano
- buenos días hermosa... – le respondí – ...¿como estas? – pregunté comenzando a caminar al auto
Ella me miró en silencio hasta llegar al vehículo, le abrí la puerta y una vez ella se acomodó en su lugar rodeé el carro para montarme en el puesto del piloto.
- ¿voy a vivir con tigo? – dijo finalmente mirándome fijamente. La miré y pude notar en sus ojos la confusión y la ilusión de mi respuesta.
El día que había venido para reunirme con el director el me había informado que el psicólogo pensaba que lo mejor para ella era de vivir con migo y tener una compañía diaria de Andrea, por el contrario, los señores Minning no lo habían tomado para nada bien. La señora Minning podría venir a ver a _______ solo si ella lo deseaba, por el contrario, el señor Minning iba a tener que ir al psicólogo y después podría hacer una terapia para reconstruir la relación con su hija, pero por el momento no podía verla. ______ era toda mía, viviría con migo, podría por fin pasar todo mi tiempo junto a ella sin esconderlo. _______ y yo podríamos finalmente estar juntos.
-si – le dije y de inmediato sentí sus labios juntarse contra los míos en uncálido beso.
