Smile 6

62 6 0
                                    

Cerré la puerta al llegar y caí al suelo dejando que el nudo en mi garganta desapareciera, mamá no estaba y sabía que llegaría tarde como para verme despierta, no me controle y aunque quisiera no lo hubiera podido, sentí el suave cuerpo de Moon junto a mi y escuche como la lluvia se sentía igual que yo.

Cuando estuve lo suficientemente agotada como para seguir llorando me levanté y me fui a mi habitación, al rato hice la tarea y me recosté mirando el techo suspire estaba tan agotada que ir  al instituto al día siguiente me molestaba y nuevamente aquellos pensamientos acudieron a mi.

"¿Por qué lloraba realmente? ¿Por quién? Ya no lo sabía y me asustaba, de niña siempre había sido alegre pero sus muertes a una edad tan temprana fue demasiado para mi, pero ¿Y ahora? No lo sabía y me horrorizaba la idea de seguir con este sentimiento en mi sin saber porque o que hacer. Emma siempre me ayudaba a estar bien pero ella sabe mas que nadie que eso me dura instantes efímeros y hay momentos en los que me siento una mierda y no se que hacer al respecto."

Lo único que recuerdo es que me dormí hasta el día siguiente.

Me desperté de golpe escuchando el sonido de mi alarma eran las 6:30 y tocaba Educación Física, me levanté y me apronté, unos 20 minutos después estaba caminando hacia el instituto, al llegar entré en el edificio y abrí mi casillero dejando mi bolso con las cosas y mi ropa.Camine hacia el gimnasio donde estaban algunos compañeros y me senté en la grada mas alejada de ellos, la profesora hizo sonar su silbato y pronto toda la clase se vio junto a la profesora.

-10 vueltas por todo el gimnasio, vamos!-Dijo la profesora, era muy entusiasta y lo odiaba, bueno a la materia en si.

Comencé a correr y pronto estuve cerca del grupete de chicas populares, Natalia hizo alguna broma sobre mi y comenzaron a reír. Seguí corriendo. Me rendí en la octava vuelta y escuché las risas de un chico que siempre se reía de mi en esta materia.

-¿Que pasa? Ya estas cansada?-Fred y sus patéticas preguntas, Steve estaba a su lado pero se limitaba a mirar a su amigo, seguí caminando y como vi que me seguían comencé a correr de nuevo.

Caí de lleno al suelo,un fuerte ruido resonó en todo el lugar haciendo que todos pararan ,mi vista estaba borrosa y sentía frío, quedé inconsciente.

Cuando desperté sentí un dolor horrible en mi cabeza, supuse que tenía la presión baja o algo así, cuando pude abrir los ojos estaba en la enfermería recostada en una cama y Emma me miraba preocupada. Me senté y la enfermera me dio un dulce, estuve un rato allí mientras la mirada de Emma me interrogaba hasta que la enfermera me dijo que podía irme.

Con Emma salimos de la enfermería y su silencio delató su preocupación.

-¿Me dices la hora?-Le sonreí.

-Tranquila, tienes tiempo.-Abrí mi casillero y fui al baño a cambiarme, sabía que Emma me preguntaría algo en cualquier momento y cuando deje la ropa en mi casillero abrió la boca.

-¿Has comido?-La miré de reojo, Emma tenía el super poder de asociar todo con mis malos ratos, y para peor;  dar en el clavo.

-Si, tranquila, debió ser porque no comí nada antes de venir.-Intente calmarla y antes de que pudiera seguir con sus preguntas el timbre sonó tome mis cosas y fui a mi clase, Emma se fue a la suya.

Sentí nuevamente la mirada algunos pero estaba acostumbrada solo me limité a quedarme lo mas quieta posible en aquel rincón. El profesor llegó. La puerta se abrió y pronto me senté en mi lugar sin olvidar que ya no estaba sola por completo en aquella mesa, miré la ventana como siempre y en ese momento sentí mas que nunca una soledad inmensa a pesar de estar rodeada de gente, sabía que no había excusas para sentirme así pero no lo podía evitar. El conteo de alumnos comenzó.


El arte de un suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora