Smile 11

76 7 6
                                    

El fin de semana me había ido por las tardes a una playa solitaria, intentando escaparme un poco de aquello. El tibio aire mezclado con el mar se abrieron paso por mis fosas nasales haciéndome pensar en todo eso, medite y llegue a una conclusión que nadie que me conociese hubiera pensado que fuese cierto, estaba realmente harta de esa opresión en mi pecho y seamos sinceros me estaba quejando de mi miserable existencia sin hacer nada al respecto.

Pues no.

Ya no sería así, ahora intentaría estar bien, desechar todos esos pensamientos que solo me llevaban al mismo lugar de partida.

El camino hacia al instituto se mi hizo menos tedioso de lo normal, el sol estaba oculto en ramas sin hojas y el viento sacudía mi abrigo, mi rostro mas sereno , mis ojos sin ojeras y mis labios echos en una sonrisa. Entré y mi mente solo me decía un nombre. La busque.La encontré en un rincón de la cafetería y me senté junto a ella, al principio solo se oía nuestra respiración, nuestras rodillas chocaban levemente hasta que me decidí por hablar.

-¿Recuerdas cuando era otoño y estuvimos en la casa de tus abuelos?-Comencé , ella sonrió un poco y asintió.- Recuerdo que habían muchas hojas esparcidas por el suelo y a ti te molestaban, sin embargo yo te empuje y caíste de lleno en ellas, te di mi mano para que te levantases y me tiraste, ambas en el suelo y con una sonrisa infantil. Ese, ese fue el mejor día de mi vida.

-Luego te regañe por que tenía muchas hojas en el pelo y eran difíciles de sacar.-Recordó aquella pequeña niña entre las hojas de otoño.

-Lo lamento,estuve pensando y no te negaré que me dolió tanto todas esas palabras que dijiste, tampoco te negaré que tenías razón pero ¿sabes? estoy realmente acostumbrada a estar sola y que las personas me desechen fácilmente, cuando vi aquel grupo de personas entre en pánico, noté la mirada de esas chicas y los chicos me ignoraron . Yo jamas pretendí ser egoísta y hacer que te sientas así como dije estuve  pensado mucho y también estoy demasiado harta de toda esta cosa depresiva que me rodea, me he quejado por años sin hacer nada. Y tu siempre estuviste ahí.

Ella me abrazó y me dijo muchas veces que lo sentía, ambas estábamos por llorar pero ya habíamos llorado suficiente. Nos levantamos y fuimos al baño, rápidamente me pregunto por mi ausencia inesperada el jueves pasado, se lo explique y se disculpo.

Cuando salimos aún faltaba para que suene el timbre así que nos fuimos a la puerta de mi salón con una gran sonrisa y compartiendo recuerdos de cuando eramos niñas. Llegamos y nos quedamos en mi rincón de siempre, sentí unas miradas en nosotras pero sinceramente las ignoré por completo.

-¿Que tal si te quedas en mi casa esta noche?-Me propuso Emma con una gran sonrisa y yo asentí, recordando que hace mucho no pasamos rato juntas. ¿Que había pasado? El profesor llegó y me miro un rato el me dedico una mirada confusa y yo una sonrisa, sincera.

Emma se despidió y yo entré en clases, me senté en mi respectivo asiento  y Matthew se sentó junto a mi, observándome extrañado por mi radical cambio. Asentí para mi misma, entendiendo que así reaccionaria la mayoría, pero no importaba.

*Dos horas después*

-Oye..hay algo que no te he contado.-Comencé había recordado vagamente al anónimo, ella no sabía nada, me miro un poco asustada.-Hay un chico...que me envía cartas..haciendose llamar "Mi anónimo enamorado"

Ella me miró pensativa sonriente y después de un rato se digno a hablar.

-¿Quien será?- Me dijo sonriente y yo comencé a reírme de vez que cuando tenia una risa alegre y contagiosa, en ese momento esa risa estaba presente y  Emma comenzó a reír conmigo.-Espero que sea guapo, sino no puede estar contigo.

-¿Pero que dices?- Pregunté entre risas conjuntas.

Pronto toco el timbre y me fui clases, la profesora de literatura me sonrió yo a ella. Entramos a clase y el conteo de alumnos comenzó. 

Había pasado tiempo que no estábamos realmente juntas...

El arte de un suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora