Smile 16

52 5 0
                                    

Me desperté por el fuerte ruido de la lluvia, baje de la cama lentamente y sumamente dormida y miré por la ventana, una lluvia torrencial caía de los cielos inimaginables. Una vez vestida fui al baño para asearme.

-¿Vas a ir?-Me pregunto mi madre dándome un beso en la mejilla, me mantuve en silencio unos segundos pensativa.

-Si, iré.-Dije finalmente y me serví una taza de café, mire el reloj de mi teléfono y tenia unos 30 minutos mas.Pasado un cuarto de hora me puse una gabardina gris que me llega hasta las rodillas y tome mi paraguas.-Adiós.

Salí a la intemperie y aunque la lluvia era demasiado no hacia frío.

***

Al llegar note que el pasillo estaba inundado de personas quejándose de la hermosa lluvia de afuera, como había muchas personas yo simplemente me fui a afuera y me refugie bajo el techo de la entrada, me senté en una banca y respire el característico aroma del pasto mojado. Sentí mi móvil vibrar y vi un mensaje del Emma.

"

-Hey, preciosa, hoy tendrás que extrañarme porque no iré.-Por supuesto que no iría.

-Me lo imagine, usa este tiempo para tu tarea pendiente.-Sabia que no lo haría, ella odiaba la tarea.

"

Pronto el viento apareció de la nada y algunas gotas de lluvia cayeron hacia mi. Así que decidí entrar y me quede en el rincón de siempre. Sentía nuevamente aquella mirada curiosa pero esta vez deje que mi mente se trasladara a otro espacio en donde las teclas de un piano sin pianista producían un sonido espectacular. Cerré mis ojos y me transporte a un recuerdo no vivido.

-Hey, no piensas entrar?-El profesor llamó mi atención y lo mire desorientada, luego entre al aula y vi a Matthew con su cabello totalmente mojado.

-¿Sabes? Existe algo llamado "Paraguas"- Le dije acomodándome en mi asiento.

-Parece que tu tampoco sabes de su existencia-Dijo riéndose de mi apariencia, tenia razón mi abrigo estaba completamente mojado y mi pelo también. El Paraguas  no me sirvió de nada. Quería preguntarle acerca de lo de ayer pero temía que se asuste o algo y no quiera confiar en mi pero la curiosidad me estaba matando aunque mas que la curiosidad, la preocupación. Porque, ¿Cómo hacemos para ayudar a alguien que teme decir lo que le pasa? Estuve en esa situación y por insólito que parezca  no sabría como ayudarlo, no amenos que dijese que ocurría.

Las primeras horas transcurrieron con normalidad,luego del receso entramos a clase de biología y pasada la media hora la profesora se dirigió a mi y a Matt.

-¿Pueden ir a buscar unos libros a la biblioteca?-Asentimos, era la primera vez que saldría de clases, nos levantamos y recorrimos con pocas ganas los pasillos, estábamos en un silencio lleno de dudas. Pero aún quería saber algo.

-Aún no has respondido..-Dije con la vaga idea de que cometía un error y con mi corazón latiendo a mil.

-Si, se de la existencia de los paraguas.-Dijo en tono de broma pero en el fondo el sabia a lo que me refería.

-Me refiero al porque estás triste.-Dejo de caminar así que yo también, se asomo a la ventana del pasillo a observar la lluvia, me acerque a el.

-Puedes decírmelo..-Dije con suavidad, sabia que, cualquier palabra mal escogida podría hacer que la situación empeore.Estuvimos unos minutos en silencio unos minutos así que me dispuse a ir a la biblioteca para no tener problemas con la profesora, pero Matt me tomo del brazo con delicadeza.

-Yo....yo...-Dejo un silencio entre esas dos palabras hasta que lo dijo, dijo aquellas dos palabras que tanto quiso decir en voz alta.

Llegamos a la clase y repartimos los libros y por mas asqueroso que me pareciera tuve que trabajar con el órgano reproductor del hombre. En serio, fue asqueroso, aunque no lo habría sido si mis hermosos compañeros no hubieran persistido en decir cosas obscenas acerca de la lámina.Terminamos con el trabajo y vi que Matt me miraba casi avergonzado, luego de unos 5 minutos sonó nuevamente la campana para avisarnos del receso largo. Vi que Matt no se movía así que intente quitarme toda timidez en mi y lo obligue ir conmigo a la biblioteca, sentí la maldita mirada de Natalia pero agradecía eternamente que desde que me defendí de ella me haya dejado en paz.Llegamos a la biblioteca y fuimos a la sección en la que siempre me encontraba.Nos sentamos en el suelo y trague saliva.

-¿Por eso estás triste ?-Le pregunte de golpe, me sentía agradecía de que haya confiado en mi pero también molesta por la razón de su tristeza.

-No...es que...si el se entera...-Dejo una pausa la cual se me antojo eterna.-Si mi padre se entera me matará.

-¿Por tu condición sexual?-Subí el tono de mi voz, realmente me enfadaba que no se respete eso-¿Por que te gustan los chicos?

El asintió levemente y yo quería abofetearlo con todas mis fuerzas.

-Estoy enamorado de un chico y el de mi pero no podemos estar juntos porque ambos sabemos que pasará si mi padre se entera. Lo odio...-Vi como sus nudillos pasaron a ser blancos y como las venas de su antebrazo se notaban cada vez mas.

-Al diablo lo que vaya a pasar, ¿lo amas? Pues amalo libremente, si tu padre te quiere te va aceptar y si no te acepta lo importante es que tu seas feliz,no hagas lo que a él le hace feliz has lo que a ti te hace amar la vida.-Sentí que mis palabras eran un poco precipitadas pero el me miro con agradecimiento, me acerque a el y le di un abrazo.-Estás obligándome hacer todo lo que me asusta, Matt.

Y se rió y pronunció un gracias a la vez que me abrazaba. Sin importar qué, el amor es amor.

El arte de un suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora