Capítulo 3

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- Mi Dios Miu ponte ropa - dice Farres tapándose los ojo con las manos.

- Pero tengo una toalla puesta.

- Solo ponte ropa... Deberías saber que no puedes estar así al frente de un hombre.

- Una bikini muestra mas que una toalla - dice sin entender la lógica de Farres - Además mi ropa se esta lavando.

En este tiempo las cosas tardaban mas que en el futuro. En el futuro cuando ella salia de la bañera su ropa ya estaba limpia, seca y acomodada en su lugar.

¿Cómo podían tener tanta paciencia?

- Ponte una de mis camisas y algún pantalón mío - dice señalando su cuarto con una mano y tapando sus ojos con la otra.

  Miu se viste y sale del cuarto de Farres.

- Yo me tengo que ir a trabajar, a las 12:45 debes estar en el colegio. Aquí tienes dinero para comprarte ropa.

- Gracias.

- Diré que soy tu tío y que tus padres están teniendo problemas y no pueden cuidarte.

- Muchas gracias... de verdad - sonrió levemente.

Farres salió de la casa y ella empezó a cocinar algo para el desayuno.

Mientras desayunaba veía a través de la ventana... las palomas estaban del otro lado, eran blancas. Era la primera vez que veía una que no fuera clonada.

Al terminar el desayuno y limpiar los platos (Farres le enseño a limpiarlos) salió de la casa y se dirigió a la tienda de ropa que estaba al frente.

- Buenos días - dice un joven sonriéndole al entrar.

- Buenos días - le responde Miu.

- ¿En qué le puedo ayudar?

El joven tenía unos ojos negros, como su cabello y su ropa era algo extraña para la época.

- Quiero unos shorts, unas remeras, un vestido y ropa interior para mi.

 Miu no podía comprar mucho con lo que le había dado Farres, simplemente compro mucha ropa en oferta y se fue.

Al llegar a su casa, mejor dicho la de Farres y busco tijeras, hilo, aguja y pegamento. Ella cambio drásticamente las prendas, habían quedado hermosas, y con el estilo de la época en que estaba.

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Toda la gente se le quedaba mirando, después de todo ella era muy atractiva.

Tenia puesto una pollera tiro alto, roja; una musculosa blanca, suelta, con una frase en latín, "doctrina, non modo iter cui destinatum" que significaba "el aprendizaje es el camino que recorremos no el destino al cual llegamos", un saquito y unos tacos negros. No llevaba maquillaje... nunca en su vida se maquilló y no lo necesitaba.

 Miu estaba yendo al colegio. Farres le había dejado un mapa, unas lapiceras, una carpeta con hojas y una mochila pequeña para llevar a su primer día de estudiante de secundaria.

Al entrar al colegio vio a Farres algo nervioso y sonrió de alivio cuando vio a Miu. El corrió hasta ella.

- Creí que tal vez te podrías perder. Que suerte que estas bien. Tienes que hablar con el delegado... Me tengo que ir, nos vemos - y desapareció.

Farres era raro, muy extraño... ¿Donde puedo encontrar al delegado? Pensó Miu

- Muévete a un lado, estas en medio del camino - dijo un chico, haciendo que ella se de vuelta y lo vea.

Tenia el cabello rojo, ojos grises y un rostro enojado, pero cambia de expresión al darse cuenta de lo atractiva que es Miu.

- Por lo que veo es bastante amplio el patio y no hay ninguna señal de que este sea un camino - dice mirando a su alrededor.

El chico parece estar nuevamente enojado.

¿Pero qué le sucede? ¿Por qué se altera tanto? Se pregunta Miu.

- Disculpa a mi amigo, esta de mal humor - dice un joven alto, de ojos bicolores, de cabello gris y ropa victoriana.

Este joven es mucho mas tranquilo y relajado.

- No tienes por que disculparte - se da media vuelta y camina a la entrada del edificio.

Por lo que había leído un delegado debería estar en la sala de delegados y que la sala debía tener un cartel.

Al entrar encuentra una puerta y un cartel que dice sala de delegados. Abre la puerta y un joven rubio la observa.

- Hola, soy Nathaniel - sonríe - tu debes ser la chica nueva.

- Si - Nathaniel la mira como esperando que se presente - soy Miu.

- Es un placer Miu, este es tu horario, aquí tienes un mapa y el reglamento del colegio - se los entrega - Espero que disfrutes tu primer día.

- Gracias - sus ojos rojos miran fijamente a Nathaniel y el se sonroja un poco, al parecer se siente nervioso.

- De nada - ella sale de la sala.

El joven no entiende porque se sintió nervioso ante esos ojos rojizos.

Su camina a su clase mientras piensa que los tres chicos que acaba de conocer son bastante atractivos.

aprendiendo a ser humana [fanfic CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora