Capítulo 16

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Sam

Hoy es un nuevo día, un nuevo día para conocer un poco más a mi esposo. Después de ducharme, me acerque al armario en mi silla de ruedas, agarro lo primero que veo porque la verdad hay demasiada ropa, me coloco unos shorts, una blusa de tiras blancas con un dibujo de elefante muy lindo, una camisa manga larga de cuadros rosados encima y unos converses blancos, para finalizar me recojo el cabello con una coleta.

Llamo a Santiago para que me ayude a bajar las escaleras y el viene corriendo como un guepardo que quiere agarrar a su presa.

-Ten cuidado, no quiero que te lastimes-Me dice tiernamente.

-Para eso te tengo a ti, para no ser lastimada- le sonrío sin dejar de mirarlo.

Santiago me carga en sus brazos para llevarme al comedor, me sienta y me pone una toalla en mis tonificadas piernas, al rato llega con un desayuno que se ve exquisito, puedo ver tortillas, sándwiches, diferentes tipos de pan, ensalada, yogurt y jugo de naranja.

-¿Tu preparaste todo esto?- Le pregunto hambrienta.

-Sí, todo esto es para ti-

-Me tienes que enseñar a cocinar-

-Lo hare, cuando te mejores- me dice tocando mi nariz con su dedo índice.

Veo que Santiago agarra un tenedor con un cuchillo, parte el sándwich y me da un poco en la boca, obviamente yo accedo y hago lo mismo. Nos pasamos todo el desayuno alimentándonos el uno al otro.

Después de que Santiago lavara los platos, nos sentamos a ver televisión pero yo no me siento animada, no me gusta el programa que están dando.

-Quiero ver una película- Digo haciendo puchero.

-¿Cuál película quieres ver?- Me pregunta acariciando mi cabello.

-No lo sé, solo quiero ver algo divertido-

-Está bien-

Santiago se inclina un poco hacia mí y estira su brazo para alcanzar algo que está detrás mío, cuando de repente se resbala y cae encima de mi mirándonos fijamente a los ojos, mi barriga siente una especie de calambre y mi corazón late fuertemente, hasta que una frase rompe este hermoso momento.

-La alcance- Dice Santiago retirándose lentamente, lo único que puedo hacer es reírme por tan vergonzosa situación.

-Wen- Me dice Santiago.

-Dime-

-Tienes los cachetes rojos- Se echa a reír- Pensabas que iba a pasar algo, que niña tan traviesa-

-Ja- Me rio con sarcasmo-Parece que alguien está malinterpretando las cosas, yo no pensé que me ibas a besar y si estoy roja es porque cualquier chica se pondría nerviosa cuando un chico esta encima de ella, sabes que mejor me voy a dormir un rato, quédate viendo tu película- Al finalizar de decirle a Santiago todo, giro y trato de pararme pero no recordaba que aún no daba para sostenerme bien, así que caigo otra vez pero esta vez en las piernas de Santiago.

-Al parecer tú crees que no te quiero besar-Volteo mi rostro para mirarlo-Yo quiero besarte pero no ahora-

-Eres un cobarde, estas tratando de arreglar las cosas ahora que estoy furiosa- me cruzo de brazos.

-No es así, claro que si te quiero besar- Acerca un poco su cabeza a la mía.

-Tu no quieres- también acerco cada vez más mi cabeza.

-Que si-

-Que no-

-Que si-

-Te dije qu...-No pude terminar de hablar porque Santiago ya habíacolocado sus labios junto a los míos, al principio fue extraño pero me dejellevar, coloque mis brazos alrededor de su cuello y el los coloco en micintura. No puedo explicar más este momento, simplemente es maravilloso.    



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