Proyecto: Save The World

Capítulo ocho

Lo que esta bien

--...el espermatozoide entra en el ovulo y es allí cuando una nueva vida empieza. Se comienza a crear al bebé.-- explicó la maestra Martina mostrándo la imagen del libro donde se podía ver a un feto de 8 meses.

Los niños de su clase observaron en silencio sus libros, procesando la información. Fue hasta que Luzu con la curiosidad de un niño de 12 años elevó la mano llamando la atención de la maestra, ella asintió dándole la palabra.

--¿Nosotros podemos formar una familia?-- cuestionó poniéndose de pie, la maestra asintió un poco confundida por la pregunta --pero no conocemos niñas.

--Oh-- caminó un poco hasta llegar a su escritorio y sentarse en la silla --las conoceran niños.-- miro al libro dejándolo suavemente sobre la superficie de madera del escritorio.

Ella conocía su futuro, sabía de donde les llevarían al salir de allí pero prefería no acabar con sus ilusiones tan rápido.

--¿Entonces podremos formar una familia?-- dijo Luzu sentándose lentamente, la maestra tragó saliva nerviosa y sonrió.

--¡Claro! Conoceran a la chica de su vida-- ella imaginó que no pasaría nada por una mentira --saldrán de aquí-- unas cuantas mentiras no les harían daño, pensó ella. Pero había dicho la peor de todas --, tendrán una larga y hermosa vida llena de felicidad.

Suspiraron más tranquilos algunos niños, sin saber que sus palabras eran viles mentiras. Sin embargo havía una par de niños que estaban aún con dudas en su cabeza, preguntándose algunas cosas pero por miedo a decir algo tonto se lo guardaban. Willy estaba entre ellos pero él con algo de tímidez elevó su mano dispuesto a solucionar esa duda.

--¿Cuál es tu duda Guillermo?-- este se puso de pie y suspiró antes de hablar.

--¿Los hombres pueden tener una familia?-- cuestionó con tímidez, la maestra sonrió asintiendo.

--Les he dicho ya que sí, solo deben de encontrar a la mujer indicada.-- dijo ella feliz de que sus alumnos aprendían.

--No... yo quie-quiero decir-- miro nervioso al suelo y dijo finalmente --un hombre y un hombre pueden tener un hijo.

Silencio total, parecía que todos dejaron de respirar esperando aquella respuesta pues más de uno tenía esa duda.

--¡NO!-- gritó sobresaltando a todos los menores -- Eso es una aberración, es asqueroso e incorrecto.

Willy miro a sus amigos antes de regresar su mirada a la maestra --¿Qué tiene de malo?-- ella se puso de pie con rápidez asustando al de ojos rasgados, una vez frente a él le tomó el brazo con fuerza sacándole un quejido.

--¿Acaso te gusta uno?-- dijo presionándole el brazo.

--No.-- dijo Willy. En parte aquello era cierto, ni el sabía con claridad sus sentimientos, como cualquier niño confundido.

--¡Mientes!-- le gritó y lo arrastró hasta el frente de la clase, sus compañeros le miraron asustados y aún más sus amigos -- Es malo querer a otro niño, ¡Ustedes deben querer a las niñas!

--¿¡Por qué?!-- Willy se llenó de valentía y se safó del agarre de su maestra para gritarle -- Querer no es malo, ¡Yo puedo querer a quien quiera! Usted no me va a decir que es bueno y que es malo.

De nuevo el silencio reino por unos segundos, solo se podía escuchar la agitada respiración de Willy debido al forzejeo con su maestra. Ella lo miraba indignada, toda su vida le habían dicho a ella que estaba bien y que estaba mal para que nada más llegase un niño de 11 años y le gritara que ella estaba equivocada. No se contuvo y le brindó una fuerte cachetada tirándolo al suelo.
Unos niños miraron la escena sorprendidos por aquella reacción, sus amigos miraron angustiados como Willy estaba tirado en el suelo y tratando de no llorar pero cumplir aquello le costaba mucho. Alex recordó que cuando llegaron sucedió algo parecido, recordó ver a Willy tirado en el suelo llorando y sin ayuda alguna así que de puso de pie para ir con él pero antes de dar tres pasos Samuel ya lo estaba abrazando y mirando a la maestra muy molesto. Fue en ese momento que ella reaccionó y miro a los niños procesando lo que acababa de hacer.