Cap 14. Mi complemento.

137 15 2
                                    

A las siete en punto estaba fuera de la casa de Bliss. Toque la puerta y en cuestión de segundos ella esta enfrente a mí, con un hermoso vestido blanco de tirantes que le queda suelto en la cintura. Tiene el cabello suelo y en las puntas unas pequeñas ondas. Si no estuviera ya enamorado de ella, juro que ahora mismo lo estaría.

Por primera vez siento que podría caer de rodillas solo para adorarla y suplicarle que se case conmigo. Esta de blanco así que seria perfecto. Me pregunto si todas las chicas sabrán este poder que tienen sobre los hombres. Así como ella lo tiene sobre mi. O quizás solo es ella. No lo sé.

Me acerco unos pasos a Bliss y tomo su mano.

-Estás hermosa.

-Gracias, tu también estas muy guapo.- llevo un pantalón de vestir negro y una camisa azul oscuro manga larga pero me las he remangado estas los codos.

-Si, hice mi mejor esfuerzo. ¿Estas lista?

-Si.

Le tiendo mi brazo así ella entrelaza el suyo con el mio y caminamos unos pasos la maldita limosina. Esperando su reacción la oigo jadear.

-Pero, ¿qué...?

Mierda, sabia que iba a enloquecer.

-Lo siento, sé que es demasiado. Si quieres puedo pedir un taxi.

-No!¿Estás loco?, me encanta. Vamos vamos.

-¿En serio?

-Si, apresúrate.- Menos mal que sus tacos no son tan altos, sino no entendería como es que camino tan rápido en tan solo unos segundos.

Todo el camino al restaurant, Bliss no podía quedarse quieta, estaba contenta. Y por lo que me dijo, no se ha sentido mal el resto del día desde que la deje en la tarde. Me alegro. Al llegar le tiendo mi mano para ayudarla a salir y procedemos a pasar una increíble velada juntos.

****

Cuando estamos esperando el postre, escuchamos música en todo el salón, suena *Por eso te amo de Rio Roma*. Me levanto de la mesa e invito a Bliss a bailar conmigo gustosamente te acepta. Ella rodea mi cuello con sus manos y pasamos los minutos mirándonos y yo perdiéndome en sus hermosos ojos que me encantaron desde la segunda vez que amanecí con ella en mis brazos.

Quiero estar siempre así, tenerla frente a mí, sosteniéndola. Prometí no pensar sobre que haría yo, si la pierdo pero es inevitable cuando puedo construir momentos como este en nuestras vidas, sobre todo si estamos juntos. Quiero, deseo una vida así con Bliss. Me regaño mentalmente al creer que no podre tener esto. Lo tendremos. Ella y yo,lo tendremos.

Ya al terminar la canción, acerco mis labios a su oído y le susurro.

-Si te tengo, tengo todo.

-Te amo - me susurra de vuelta.

****

Regresamos a mi apartamento y ella se acomoda en mi sofá junto a mí y toma mi mano.

-¿Segura que no quieres que te lleve a tu casa?

-¿Quieres que me vaya?

-No, claro que no. Solo pienso que puedes estar cansada.

-Le dije a mi mamá me podría ser posible que me quede a dormir aquí.

-¿Ah, si?

-Si te parece bien, claro.

-No tengo problema. Me gusta dormir y amanecer contigo.

-A mi también.

-Cuando estés cansada me dices y preparo la cama, ¿esta bien?

-Si, Logan. Deja de preocuparte, por ahora estoy bien. Pon alguna película.

-¿Que quieres ver?- me levanto y voy a la repisa donde dejo todos los CD's.

-¿Tienes los Minion's?

-Que niña eres.- rio.

-¿La tienes o no?

-Uh, si.

-Y a mi me llamas niña.

-Ya, ya veámosla.

La noche fue eterna, al terminar de ver esos dibujos amarillos, Bliss quiso ver "Como entrenar a mi dragón", 1 y 2. En verdad debo amarla para ver eso. Nos fuimos a la cama como a las tres de la mañana. La lleve a mi habitación y le saque su vestido, y luego le puse encima una camiseta mía. Yo solo quede en bóxers. Creí que ella dormía, pero no, de pronto agarró mi rostro y me arrastro encima de ella, no supe que hacer hasta que me beso. No voy a mentir me perdí en ese beso. Como siempre lo hago.

-Quiero estar contigo.- murmura.

-Me tienes.

-No. Quiero estar contigo.

-Bliss....- empiezo a negar pero me interrumpe hablando.

-Por favor, quiero recordar esta noche como otros de los mejores que tengo contigo. Quiero estar contigo, Logan.

-Esto no es... porque pienses que...tu...- no puedo decir la palabra muerte en voz alta.

-No, claro que no. Nosotros estaremos juntos después de mañana, y después de ese, y el día después de ese. Siempre ¿recuerdas?

-¿Me lo prometes?

-Lo juro.

La miro, intentando ver algún indicio de mentira en su mirada o al escuchar su voz, pero todo lo que veo es verdad. Ella estará conmigo, pase lo que pase, Bliss va a luchar.

-¿Estás segura? Puedo esperar.

-Yo no. Quiero que estemos juntos. Te amo, y es solo contigo con quiero deseo estar. ¿Tú quieres estar conmigo?

-Por supuesto.

-Entonces, ¿qué te detiene?

-No quiero lastimarte o que mañana te arrepientas.

-Eso no va a pasar. Te amo.

-Y yo te amo.- paso mis dedos por su sien hasta su mejilla y luego la beso. Es allí donde me olvido de todo. En este momento solo somos ella y yo. Bliss hace algo de desabrocharse su brasier y se lo saca al mismo tiempo que la camiseta que unos minutos antes yo le puse, y las dos prendas van al suelo. La miro fascinado tiene un cuerpo bello. Le ayudo a salirse de su braga tipo bóxers que es pequeño, siempre me ha gustado que utilice ese tipo de ropa interior. A continuación me deshago de mí única prenda que es mi bóxers. Una me fuera de ella me coloco encima de Bliss y beso tiernamente. Estoy nervioso, no quiero lastimarla, pero sé que la primera vez para algunas les duele.

-Si te lastimo, dime que pare.

-Está bien.

Ella enreda sus piernas alrededor de mi cintura y no sé cómo pero estoy más apretado a su zona.

-Te amo, Logan.

Bajo mi mano a mi miembro y poco a poco me hundo en ella hasta sentir su barrera y empujo un poco, ella se queja pero no me detengo y pronto ya estoy totalmente dentro. Busco sus labios y la beso lentamente al compás de mis movimientos. Nunca he sentido la necesidad de ir suave con alguien, pero con Bliss, esa sensación me llena completamente. Ella me anima diciéndome que me ama, una y otra vez, y otra vez. Yo, le respondo del mismo modo, sintiendo que nuestro amor crece, al punto que ambos llegamos al éxtasis de la desesperación de derrumbarnos juntos al clímax. Después de unos minutos, mientras descanso en el hueco de su cuello y Bliss acaricia perezosamente mi cabello, nos desenredamos y la atraigo conmigo, así es a ella a quien le toca descansar en mi pecho. Esa noche nos complementamos.

Los dos caímos en un sueño profundo y lo último que recuerdo fue que soñé lo mismo que siempre sueño cuando duermo con Bliss. Pero esta vez, la niña me llamo con su suave y dulce voz. Lo que me gustó es que me dijera: Papi.




Dijiste para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora