Epílogo

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No pensé en ningún momento estar así, feliz, observando a la niña más hermosa que haya visto jamás, con sus ojitos brillosos de felicidad, esos mismos ojos que me hicieron amarla el mismo instante en que la tuve en mis brazos. Ese día, ella cambio mi mundo, mi hija es el gran recuerdo que tengo del gran amor de mi vida. Viéndola aquí, correr en el parque, no puedo evitar recordar que años atrás pensé que nunca tendría esto. Pero me equivoque, logre tenerlo.

-Mami, alcánzame.- grita mi hija.

Y ahí va su mami, siempre hermosa. La mujer con quien comparto mi vida. No creí que podría superar a Bliss y todo el sufrimiento que pase en ese pasillo del hospital.

Y no lo hice. No lo supere.

Recuerdo hace cinco años atrás cuando basto solo un "Lo siento" de parte del doctor para que mi mundo se derrumbara. Cuando creí que la había perdido por completo.

****

Mucho tiempo atrás...

El doctor Duran, se nos acerca, nos observa a cada uno y su rostro refleja cansancio. Al momento en que su mirada regresa a la señora Bianca la mira disculpándose.

-Lo siento mucho. No pudimos..

Y esa primera palabra me basto para salir corriendo de esa sala, me fui como si me persiguiera el mismísimo demonio, yo quisiera que me persiguiera y me llevara con él, no quería estar en un mundo donde no tenerla dolía. No podía vivir una vida sin ella. Simplemente no podía.

Corrí hasta estar fuera del hospital, corrí hasta lo más lejos que pude, corrí hasta llegar a un parque donde no había nadie, y me permití llorar por milésima vez por Bliss, grite hasta que mi garganta doliera, hasta que la sentí en carne viva.

Caí de rodillas con mis manos en puños arrancando el césped con furia.

-¡¿Como pudiste hacerme esto, Bliss?!- gtite - ¿Como te atreviste a dejarme? Dijiste que estarías conmigo. Dijiste para siempre. ¡Me lo prometiste, maldita sea!

Trato de respirar, pero como hacerlo, ella me dejo, ella que era mi mundo, mi corazón, mi aire. No podre seguir solo, no podre hacerlo sin ella, sin tenerla, sin ver su sonrisa, eso ojos hermosos que me enamoraban cada que la veía. Cada que ella me veía, mi mundo estaba alegre, todo era de color. ¡Porque tuvo que dejarme y convertir todo en negro!. No quiero esta oscuridad, no quiero nada sino la tengo.

Mi celular empieza a sonar y al verlo aparece el nombre de mi padre, no quiero lidiar con él, no quiero sus palabras de consuelo. Solo quiero estar solo, con mi maldito corazón roto. Porque estoy seguro que nunca superaré esto.

Mi padre sigue llamando y al notar que no le contestaré, decide enviarme un mensaje. Pero nunca me preparé para sus palabras escritas.

*Te fuiste tan rápido que no le diste tiempo al doctor de explicar que Bliss, esta bien. La perdieron unos minutos, pero volvió. Todo salió bien. Regresa.

Me quede mirando el mensaje por lo que pareció horas, pero estoy seguro que solo fueron minutos. Me limpie el rostro que estaba totalmente húmedo y me levante.

Al regresar al hospital mi padre me explico lo mismo que me dijo en el mensaje, el doctor se disculpaba por haber tardado tanto. He ahí su "Lo siento" que a mi me pareció como una puñalada en mi jodido corazón.

Horas después me dejaron verla, pero antes la señora Bianca me detuvo. Sorprendido la mire.

-Espera hijo.- me ofreció una toallita humedad. Le fruncí el ceño, pues no entendía para que me lo daba, entonces sonrió y me limpio la cara.- Tienes manchas verdes, ¿donde has estado?

Dijiste para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora