Capítulo 11

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-¿Ya estás listo? – Ji Hoon se asomó a la habitación de Jaehyo.

-Sí – terminó de cepillar su cabello y caminó hacia su amigo - Estoy nervioso.

-No es el casamiento, es sólo la fiesta de compromiso.

-Pero es el primer paso para la boda – suspiró cansado.

-No te quejes, tú decidiste que lo harías así que ahora tendrás que conformarte. No será tan malo, la señorita Wood es una buena joven y serán felices cuando se cansen...Ya vamos – le dio un leve empujón para sacarlo del cuarto.

El día tan esperado había llegado, por lo menos para los Wood y los padres de Jaehyo. Ya los invitados, amigos de ambas familias, llegaban a la gran fiesta que se llevaría a cabo en la enorme mansión de los Ahn y donde estarían presentes para el compromiso oficial de la señorita Charlotte y Jaehyo. El chico deseaba porque ese día no llegara pero mientras más lo hacía, más rápido pasaba el tiempo y ahora estaba allí entrando en el salón junto con Ji Hoon, a quien le pidió que no se separara de él y visualizó a sus padres y a los Wood en la puerta para recibir a los invitados. Charlotte no estaba con ellos, estaba más allá en una mesa junto a dos jóvenes que debían ser sus amigas o tal vez unas primas y conversaban entre risas; se les veía muy felices ¿Y cómo no? Era un día muy importante y Jaehyo tenía que intentar lucir igual de animado aunque no lo estuviese, no quería hacer sentir mal a la joven que no tiene nada que ver con sus dudas porque el no querer casarse, no es porque no le agrade Charlotte.

-¡Jaehyo! – se acercó a su futuro prometido en cuanto la vio y lo saludó con una leve reverencia. Éste besó cordialmente su mano cubierta por un fino guante de seda.

Charlotte se veía hermosa esa noche, más que nunca y por supuesto fue por el motivo de la fiesta y también para lucir bien ante Jaehyo. Llevaba su cabello recogido en un moño y un tocado de flores adornándolo. Su vestido era tan pulcro, de un tono rosa suave, de satén, tul y perlas creando un atractivo diseño en la parte superior. A cualquier caballero se le irían los ojos directamente hacia ella porque su belleza brillaba por encima de los demás, sin embargo Jaehyo no sintió lo que cualquiera esperara. Por supuesto notó lo guapa que lucía pero no sintió más nada, su corazón no se aceleró y ni sintió mariposas en su estómago. Era como si estaba viendo a una hermana.

-Ellas dos son mis primas, vienen de Londres – les presentó a las dos chicas que estaban con ella. Jaehyo las saludó y luego buscó a alguien con la mirada en el salón pero no vio a quien buscaba.

Los temas de conversación por supuesto eran sobre el compromiso o el matrimonio, aquellos entrometidos daban sus opiniones de cómo debía ser la boda y la recepción, y otras aún más metidas hasta le daban consejos a Charlotte para cuando tuviera hijos y le hablaban desde la experiencia de estar embarazada, dar a luz y la crianza. La pobre joven estaba tan ruborizada que asemejaba el color de un tomate debido a la idea de tener hijos con Jaehyo pero con todo lo que le decían ella reía tímida y aceptaba cada uno de los consejos que le daban. Por su parte el joven Ahn ya estaba cansado, mientras más escuchaba, más temor sentía y cada vez que alguien se le acercaba para hablar sobre el tema, él se alejaba dando cualquier excusa. Ya habían sido tres veces que había rechazado una plática y podrían comenzar a darse cuenta que no quería saber nada sobre el compromiso así que decidió atenderle al anciano que ahora se le acercaba, un viejo amigo de la familia Ahn. Sorpresivamente no comentó nada del casamiento lo que a Jaehyo lo alivió.

-¿Y ya estás trabajando en la textilera con tu padre y hermano?

-Aún no, pero en un futuro lo haré.

-Ahora que te casarás debes trabajar para mantener a tu esposa.

-Mi familia tiene suficiente dinero, nunca le faltará nada.

Pecado (Zihyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora