Te veía todos los días aunque tú no supieras de mi existencia, observaba la manera en la que tu ceño se fruncía cuando nos ponían alguna prueba y estabas concentrado, o cuando la prueba era física y hacías todo por ganar, eras tan...no sé, perfecto.
Estábamos en el mismo equipo y tú ni siquiera sabías mi nombre, pero tal vez fue mi culpa por ser tan tímida y no acercarme a ti, créeme que lo hubiera hecho si no fuera tan insegura.
Ya era el último día del curso, estaba convencida de que iría a presentarme contigo, pero al verte de nuevo mi confianza se vino abajo, ¿cómo podía yo siquiera pensar que alguien como tú iba a hacerme caso?.
Ojalá hubiera sido más valiente.