Capítulo 9

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¡Hola! ¿Cómo estan? Espero que muy bien, yo la verdad es que estoy verdaderamente bien. Dentro de nada tendre vacaciones de navidades y ya tengo muchas ganas, no por no decir que me he enganchado a una serie que creia que no me iba a gustar "El Ministerio del Tiempo" Es una serie española y no he visto nada mejor desde El Internado y (solo por Miguel Ángel Silvestre xD) Velvet, lo recomiendo a todo el mundo que le guste la historia y los viajes en el tiempo y el humor facilon xD

Sin nada más que decir, aunque solo diga tonterias xD les dejo con el capítulo.

Espero que les guste, que voten y que dejen muchos comentarios. Los amo. *3* ^^


Magnus sonrió y dejo la taza de humeante té sobre la mesita. Su madre era Indonesia y allí el té se bebía más que el agua. Pai-ai le sonrió y tomo la taza.

-Gracias cielo.- Magnus se sentó a su lado. Este verano estaba siendo frio y no se sorprendió cuando su madre le había pedido algo calentito. No iba a encender la calefacción, pero una mantita y un té era puro oro. Habían pasado unos cinco días, pero para Magnus había pasado mucho más tiempo.

Lo único malo de todo esto era Alec. El Nefelim se había pasado esos cinco días durmiendo en el Instituto, para que su madre no sospechara y Magnus ya no podía más. Necesitaba volver a arroparse en el pecho de su novio, que Alec le rodease con los brazos, y ese beso que le daba a la frente antes de dormir. Vale, sí, Alec roncaba como un oso, pero era su Alec que roncaba como un oso y quería volver a dormir con él, por no hablar de levantarse de la cama con ese delicioso olor a café recién hecho, o esa ducha que se daban juntos todas las mañanas, o ese "No busques más mantas, que están llenas de pelos de Presidente. Ven, ven, arrópate conmigo" ¡Lilith! Cómo extrañaba eso.

Tenía que contarle a su madre que Alec no era su amigo, sino el hombre al que amaba, pero no sabía cómo hacerlo. Había pensado en llevársela de cena, pero le iba a decirle que tenía novio, no le iba a pedir matrimonio. Eso quizás ha sonado demasiado Edipo, pero no le iba a decir nada en una cena.

¿Un viaje quizás? ¡Sí! Un viaje con Alec y con su madre. Eso sí, no se lo diría en un avión, no era plan que se hiciera un Melendi*.

-¡Mamá!-Pai-ai que estaba tan relajada con su té que dio un brinco, ya que no se esperaba ese grito por parte de su hijo.- ¿Qué te parece hacer un viaje?

-¿Un viaje? ¿A dónde?

-A cualquier sitió. Tienes mucho mundo por ver.

-Sí, pero...

-Pero nada.-Se levanto y agarro su teléfono móvil y llamó a Alec.- Tú, yo y Alec nos vamos a descubrir el mundo.

-¿Alec? ¿Para qué quieres que venga Alec?-Preguntó extrañada. Sus sospechas de que su hijo y Alec eran más que amigos no habían desaparecido, pero no le cabía otra posibilidad en su mente de mujer tercermundista del siglo XVII.

Magnus la miro como si le acabara de acusar del mayor asesinato de la historia.

-¿Y por qué no podría venir? Alec es un encanto, además, te ayudo cuando llegaste aquí. Eso no lo hace todo el mundo.

Pai-ai frunció la línea de la boca. Eso era cierto. Seguramente Magnus solo le quería agradecer que la hubiese ayudado, pero ¿un viaje? No sabía cuánto coste supondría un viaje en esta época, pero en la suya era un coste único y exclusivo para ricos.

-Está bien hijo, pero ¿crees que aceptara?

Magnus sonrió como un gato satisfecho.

-Claro que lo hará.

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Alec quería matar a Magnus. No le mal interpretéis, Raziel sabía que adoraba a su novio, pero lo que le dijo después de haber hecho el amor con él como recompensa por haber cuidado de su madre, le había tocado la moral

"Será mejor que te vayas. Mi madre y Cat podrían volver"

¿Desde cuándo Magnus estaba dentro del armario? Entendía que Pai-ai llevaba 400 años muerta y que lo que hoy era normal en su época era impensable, pero joder, decirle eso como si solo fuera una noche loca.

Alec no quiso darme muchas más vueltas, ya que esperaba que Magnus le llamara después y se disculpase por esa frase tan hiriente, pero no lo hizo y Alec por puro orgullo Nefelim se negó a llamarle, y ahora estaba ahí: sentado en la mesa de la cocina del Instituto con el móvil delante esperando a que este sonara, cinco días después.

Maryse le observa desde el umbral de la puerta. Tenía una leve sospecha de lo que estaba ocurriendo. Magnus y su hijo habrían discutido por vete tú a saber qué tontería, y su hijo con todo su temperamento y testosterona habría agarrado el pomo de la puerta y se habría ido, dirección para el Instituto. Cuando lo vio le pregunto si su teoría era cierta y lo único que contesto es que tenía que dejar de ver CSI.

Aun no sabía que era CSI, pero lo importante era el comportamiento tan extraño en su hijo, y como su madre, era su obligación saber que estaba ocurriendo, así que camino altiva y segura como toda una Nefelim hasta sentarse frente a su hijo.

-Hola cielo.

-Hola mamá.-Dijo sin despegar su mirada del aparato.

-¿Esperas la llamada de alguien?

-Aja.

-¿De quién?

-Del pato Donald.-Dijo mirando a su madre con una mirada irónica.

Maryse frunció el ceño.

-No sé si a Jace le hará gracia que hables con un pato.

Alec suspiro.

-Era ironía mamá. Estoy esperando que Magnus me llame.

-¿Por qué?

-Es mi novio, es lo normal que me llame ¿no?

Maryse junto las manos sobre la mesa.

-Lo normal jovencito es que estés en su loft, que ya es vuestro ahora, viendo series de televisión donde salgan hombres increíblemente atractivos como Sense8 o Spartacus, y no aquí utilizando la ironía con la mujer que estuvo de parto 17 horas porque su primer hijo (séase tú) nació con la cabeza de un tamaño fuera de lo común.

Alec se llevo una mano a la cabeza.

-¿Era cabezón?

-Lo sigues siendo, solo que ya no literalmente.- Maryse suspiro y tomo la mano de su hijo.- Alec, sabes que puedes confiar en mí ¿cierto?

-Claro que sí mamá.

-Entonces dime ¿Qué ocurre con Magnus?

Alec se mordió el labio inferior. Aun no podía decirle a su madre que los Hermanos Silenciosos sabían resucitar a los muertos y que habían resucitado a la madre de Magnus y este era incapaz de salir del armario. Por no hablar de la resurrección de Max.

-Veras mamá...- Para suerte del joven Nefelim su teléfono sonó y al mirar la foto del brujo abrazado a Presidente y un "MAGNUS <3" agarro el teléfono y se lo llevo al oído, agradeciendo a Raziel lo oportunista que era su novio.

*Melendi es un cantante español que la lio pardisima en un avion, tanto que en mitad del vuelo tubieron que aterrizar, desde entoces se hace mucho chiste con eso, incluso el propio Melendi hace broma con aquello. 



Segunda Oportunidad (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora