3

22 2 0
                                    


De nuevo en la celda, los barrotes duros, el piso frío, la cama incómoda, odiaba ese lugar. Después de dos días viendo como esos guardias nos trataban, supe que Norte decía la verdad. Algunos nos trataban mal, con odio, pero otros no. No se si era un truco de mi mente o algo así, pero me pareció que nos tenían miedo. ¿Por qué miedo? No lo sé. Después de todo solo éramos niños.

La hora del desayuno llegó, aunque no sabría decirte exactamente qué hora era. Los guardias nos guiaron a la cafetería como ya era costumbre, me serví mi desayuno y me senté en la mesa donde mis nuevos amigos me estaban esperando.

- Hola Kina, ¿Dormiste bien? - dijo Norte, siempre era el primero en hablar.

- Hola, si dormí bien, si así se puede decir - dije y los dos chicos rieron, sabían que odiaba dormir en esa incómoda cama.

- Ya te vas a acostumbrar - dijo Tweve.

La charla siguió pero no participé mucho, ese día me sentía distinta, rara, y de alguna forma, poderosa.

Esa tarde hicimos lo mismo que todas las otras, escondernos en nuestro cuartel general. Era un lugar lleno de estantes, un techo alto y paredes manchadas, sillones vacíos y polvorientos, tenía el aspecto de una casa abandonada, era espeluznante. Era la biblioteca. Se había convertido en nuestro cuartel general ya que nadie iba a ahí, era como si no supieran de su existencia, ni siquiera se veían guardias.

Jugamos a las cartas, Norte nos contó historias, inspeccionamos el lugar por quinta vez en busca de una puerta secreta entre los libros, Tweve rompió un sillón, y finalmente hicimos una ronda en el piso y empezamos a hablar. Los chicos contaron algunos chistes, luego la charla se puso seria y empezamos a hablar de esa cárcel, los poderes que podíamos llegar a tener, lo que había del otro lado del alambrado, etc.

- Yo creo que sería genial poder transformarme en animales - dijo Tweve.

- Ni siquiera sabemos lo que son, nunca vimos ninguno - dije.

- Pero antes de venir a este lugar si lo sabíamos, y en estos libros aparecen elefantes, tigres, ballenas, esos son animales - explicó.

- Lo que quiere decir Kina es que no te podés transformar en algo que nunca viste - dijo Norte.

- Exacto, por ahí te podés transformar en personas, cambiar tu apariencia, eso nos serviría de mucho. Podrías transformarte en un guardia y por la noche sacarnos de nuestras celdas, apagar las alarmas y dejarnos libres - sugerí.

- Eso nos serviría de mucha ayuda, y si Tweve no tiene ese poder alguien más lo debe tener, estoy seguro -

- Pero yo no quiero ser otra persona, estoy feliz siendo quien soy -

- Si Tweve, pero estamos suponiendo, no es que tengas ese poder, pero el que lo tenga nos va a servir de mucha ayuda -

- ¿Ayuda para qué? - pregunté. Según Tweve me había dicho, Norte acostumbraba a hacer planes en secreto.

- Nada, es algo que todavía no está listo - contestó.

Tweve y Norte siguieron discutiendo sobre qué poder podría llegar a tener el pálido, yo por mi parte seguía debatiéndome si contarles o no lo ocurrido durante la noche anterior. Los observé por un momento, Tweve era alegre, no pensaba mucho antes de actuar, era muy inquieto, tenía unos enormes ojos verdes, piel pálida y cabello castaño, me caía muy bien. Y luego estaba Norte, un chico tranquilo, muy inteligente, pensaba tanto que me daba la impresión de que le iba a explotar el cerebro, tenía ojos oscuros al igual que su cabello, pero irradiaba confianza y seguridad.

Los dos eran muy diferentes pero se llevaban bien, y eran de confianza así que decidí contarles lo ocurrido.

- Chicos, hay algo que tengo que decirles - llamé su atención - La noche anterior, en mi celda, no podía dormirme, ya saben por la incomodidad de la cama, entonces me acosté en el piso - los dos tenían sus ojos clavados en mi - de repente escuché un ruido, como un chillido, me di vuelta y vi unos ojos rojos abajo de la cama y se iban acercando a mi, me senté y alejé, la cosa salió a la "luz" y vi que era una rata - sus rostros cambiaron de estar sorprendidos a sentir asco - Por un momento se quedó quita pero después empezó a correr hacia mi, era enorme y asquerosa, creí que me iba a comer entonces estiré mis brazos para intentar pararla con mis manos. Y paró - iba a continuar pero Tweve me interrumpió.

- Puaj, que asco! Kina, tocaste una rata! - dijo haciendo gestos de disgusto.

- Ese es el problema, la rata en ningún momento tocó mis manos - dije casi en un grito, los dos se quedaron sorprendidos pero no dijeron nada, se quedaron en silencio esperando una explicación - Cuando me di cuenta que no sentía nada, abrí los ojos y pude ver que de alguna forma había aprisionado a la rata en una burbuja violeta-azulada, moví las manos y la burbuja, con la rata dentro, se movió también. Intente levantarla en el aire pero con solo el intento me cansé, así que pensé en alejarla y funcionó. Luego de un rato toqué la burbuja pero enseguida produjo un efecto de repulsión, fue pequeño pero no me dejó traspasarla, en lugar de eso mi dedo rebotó y sentí una mini descarga eléctrica - terminé y los chicos seguían sorprendidos, Norte tenía una sonrisa de loco en su cara mientras que Tweve tenía el seño fruncido, no había entendido ni una palabra.

- ¿Saben qué significa esto? - preguntó Norte.

- No - contestamos a unísono.

- Significa que tus poderes están apareciendo, si fue un accidente pero el mejor de todos - su voz tenía un toque de emoción, otro de locura y algo de esperanza se reflejaba en sus ojos - Estoy segura que no sos la primera, Dave lleva años en este lugar, el debió haber pasado por eso, y muchos otros más también -

- ¿Y a mi me va a pasar? ¿Qué pasa si se equivocaron de persona? ¿Qué pasa si no tengo poderes y estoy acá por una confusión? - dijo el pobre de Tweve, parecía triste.

- Ya va a aparecer tu poder, el problema es que te preocupás mucho, Kina ni siquiera lo creía posible, cuando menos te lo esperes vas a estar listo para saber cuál es - lo animó Norte.

- Está bien. Mientras esperamos, Kina ¿Podés usar tu poder de nuevo? ¿O no sabés todavía como controlarlo? -

- No sé Tweve, solo fue un accidente...-

- Por favor! Por lo menos intentalo... ¿Si? ¿Porfis? - nadie se podía resistir a esos ojitos verdes, parecía un perrito. Asentí.

-No se qué hacer, o por donde empezar -

- ¿Dijiste que la rata corría hacia vos como si te fuese a atacar, no? - preguntó Norte, asentí tímidamente, su mirada daba miedo - Entonces... tal vez... funcione... - dijo mientras buscaba entre los libros de la biblioteca, luego hizo algo que me tomó por sorpresa, me tiró un libro y lo esquivé, después otro, y otro. Empezó a perseguirme por todo el lugar tirándome libros, yo los esquivaba pero ninguna burbuja violeta aparecía. Entonces Tweve también se unió a la persecución, corríamos y gritábamos como locos, no podía creer con las personas que me había metido, no es normal que tus amigos te persigan por una biblioteca tirándote libros a la cabeza, los libros se hicieron para ser leídos.

- Chicos! Basta, están locos! Voy a llamar a los guardias! - eranalgunas de las cosas que les gritaba, pero parecía que no me escuchaban ya queseguían corriendo y tirándome libros. De repente Tweve desapareció y me quedémirando hacia atrás, seguro se había escondido para tomarme por sorpresa, me divuelta para seguir corriendo ya que Norte venía detrás mío, pero un libro volóhacia mi cabeza sin darme tiempo de esquivarlo, cerré mis ojos yautomáticamente estiré mis brazos para pararlo. Como había pasado con la rataanteriormente, el objeto nunca tocó mis manos. 








HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora