6

7 1 2
                                    

Luego de haber integrado completamente a Marina al grupo, comenzó a compartir sus conocimientos con nosotros. Norte escuchaba cada cosa que decía y la almacenaba en su cerebro. Tweve y yo no prestábamos mucha atención, la mayor parte del tiempo mirábamos películas en la caja mágica o leíamos libros buscando nuevos poderes. No entendíamos por qué, pero a Norte le molestaba eso.

- Chicos, pueden venir con nosotros, es importante que formen parte de esta charla- dijo el cerebro del grupo -En serio, no pueden estar todo el día sentados mirando películas, se les va a achicharrar el cerebro- soltó un suspiro, estaba irritado. Ninguno de los dos se movió, seguimos mirando como Hulk destruía un montón de soldados con tan solo sus manos- Basta, estoy harto -dijo Norte mientras se paraba frente a nosotros y apagaba la película -¿No se dan cuenta que hay cosas más importantes que mirar "Hulk"? Y no me digan que es para saber más sobre los "súper héroes" porque ya vieron esa película miles de veces. Marina y yo somos los únicos que realmente están concentrados en el plan, ustedes también son parte y no están ayudando.

- Perdón, es culpa de la caja mágica - dijo Tweve. Norte rodó los ojos.

- Televisión, Tweve, se llama Televisión, ahora vamos, arriba -extendió ambas manos y nos ayudó a ponernos de pie. Antes de sentarme en la mesa con los demás agarré mi MP3, era un aparatito que había encontrado entre las cajas de la biblioteca. Tenía unos cables raros por los que salían sonidos entretenidos, o "música" como Norte les decía. A veces solo se escuchaban instrumentos, otras veces se escuchaban voces, voces muy lindas, con letras profundas. A esa combinación, Norte les decía "canciones". Las voces eran de "artistas", "cantantes".

Me coloqué los cables, "auriculares", en las orejas y luego la capucha de mi campera, para que Norte no se diera cuenta. Me senté en la mesa de ideas, situada en el centro del lugar, y no presté atención a lo que decían, solo escuchaba la música.

Unas semanas atrás, me hubiera interesado escuchar a mis amigos, pero desde que Marina se unió al grupo, solo la escuchamos a ella. Me caía bien, si, y sabía mucho sobre esa cárcel, conocía muchos lugares que nosotros no, sabía diferenciar a los guardias aunque tuvieran todos el mismo uniforme. Mucha de la información que nos brindó, sirvió de ayuda a Norte, él decía que eran las piezas perdidas de sus rompecabezas. Pero tenía demasiados rompecabezas, y Marina no podía darle la pieza de todos, pero él no parecía comprender eso, hasta creía que ella podía ser más inteligente que él. Eso era mentira. Su poder era ser inteligente, el estudiaba lo que lo rodeaba y siempre encontraba solución gracias a su cerebro. Marina era una espía, sabía las cosas que sabía y conocía los lugares que conocía solo gracias a su invisibilidad, luego le daba la información a Norte, quien hacía todo el trabajo y dejaba que Marina se llevase todo el crédito. Más de una vez intenté hablar con Norte sobre el tema, intenté recordarle que era su plan, que él debería tomar las riendas, no Marina, ella no sabría que hacer cuando sea tiempo de entrenar a las demás personas. Ella solo los guiaría, les daría la información básica, lo que ella podía ver desde su escondite, y luego desaparecería esperando que hagan todo por si solos, como ocurría con Norte. Pero aquella gente no era como Norte, no tenían súper inteligencia, necesitaban alguien que los acompañase todo el camino, alguien que entienda el plan por completo, no solo una parte.

De repente sentí que alguien me sacaba el MP3, la música desapareció y salí de mis pensamientos. Norte, Tweve y Marina me miraban. Norte parecía enojado, Tweve algo incómodo, al igual que Marina. Miré el techo, los estantes, el piso, la puerta, los sillones, pero finalmente me topé con la mirada de Norte, sus ojos oscuros irradiaban descontento, me sentía como una nena chiquita a punto de ser castigada por su padre. El chico se dio la vuelta con el MP3 en la mano y caminó hasta una esquina en el otro extremo de la habitación, claramente debía seguirlo y escuchar su sermón. Me paré y prácticamente arrastré mis pies hasta donde se encontraba mi amigo.

- Bueno - dijo con tono serio - ¿Vas a explicarme por qué no escuchaste lo que hablábamos?

- No tengo por qué explicarte nada, cada vez que quiero hablar del tema no me dejás, ¿Por qué hablarlo ahora?- contesté alzando una ceja.

- Kina, necesito que dejes de complicar las cosas. Lo único que te pido es que escuches lo que tenemos que decir, luego podés seguir con tu música y tus películas, pero es importante que prestes atención a Marina, ella sabe mucho sobre este lugar y ha estado acá mucho más tiempo que nosotros, sabe todo - NO - lo interrumpí.

- Estoy harta, Marina puede saber muchas cosas que nosotros no, pero vos, vos Norte sos el que en verdad sabe todo. El plan fue idea tuya, vos sabés como llevarlo a cabo, no Marina, vos hiciste un mapa de la cárcel y descubriste cuáles son los lugares más estratégicos, no Marina, vos nos enseñaste a mi y a Marina como tomar un mejor control de nuestros poderes. Te guste o no, quien sabe todo acá, sos vos, sos la cabeza del plan, y obviamente necesitas nuestra ayuda, pero últimamente solo aceptás la de Marina, porque creés que ella sabe todo, y no es así, todos sabemos algunas cosas, pero el que las une y resuelve el problema completo, sos vos.-respiré profundamente, no me había dado cuenta que estaba gritando. Norte tenía la cabeza gacha, por un momento me pregunté si había hecho lo correcto o si solo había empeorado las cosas.

- Kina tiene razón-era Marina. La verdad que no me lo esperaba, creía que se iba a ofender, pero al parecer no-Yo puedo saber algunas cosas de la gente, de este lugar, pero nunca voy a saber todo lo que vos, Norte. Hace cuatro años que estoy acá encerrada, si fuese más inteligente que vos ¿No te parece que ya hubiera escapado? Tu plan es increíble, a mi nunca se me hubiera ocurrido algo parecido ¿Entrenar a todas esas personas? Ni siquiera sabía que toda esa gente tenía poderes como yo. Vos sos el cerebro de la misión, perdemos tiempo escuchándome, tendríamos que escucharte a vos-.

Norte seguía mirando el piso.

- No se si puedo-dijo finalmente. Tweve, Marina y yo nos miramos con los ojos abiertos-¿Qué pasa si no funciona? Todo este tiempo intenté pasar esta responsabilidad a alguien más, tengo miedo, ¿cómo voy a seguir adelante con el plan así?-Norte apoyó su espalda contra la pared y se dejó caer. Tweve, que no había dicho nada en todo ese tiempo, se sentó a su lado.

- Si podés, después de todo vos creaste el plan, si algo no funciona lo cambiamos. Lo que estas chicas no te dijeron es que, no estas solo en todo esto. Si, podés ser el centro operativo, lo más importante, una especie de presidente-dijo haciendo gestos con las manos, provocando una risa por parte de Norte - Pero siempre vamos a estar nosotros, te necesitamos, pero vos también nos necesitas, y no solo como soldados en una guerra, también como tus amigos.-Tweve abrazó al chico, estaba al borde del llanto, me uní al abrazo y Marina también.

Luego de unos minutos, rompimos el abrazo.

- Bueno ¿Qué dicen si vamos a explorar ese sótano del que nos habló Mari? Tal vez encontramos más películas-sugirió Tweve, mis ojos se encendieron; películas. Me paré de un salto.

- Vamos, espero encontrar otra cajita mágica-dije.

- Televisión - me corrigió Norte.

- Si, si, lo que sea - dije abrazándolo. 


HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora