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Hayley

Era Davis el que le estaba pegando esa tremenda paliza a Federick. Me pareció bien que le pegara, pero de pronto vi como West se iba acercando, lo detuve.

Me acerqué para separarlos, como llegase el profesor Davis se iba a meter en un buen lío. Yo soy la que tengo que separarlos. Yo soy la culpable.

-Davis para, para.-Le decía yo al ver la cara de Federick, él que le lanzaba puñetazos al aire y uno que otro encajaban en la cara de Davis.

Davis no quería apartarme, por que sabia lo enfadado que estaba seguramente las pagaba yo al final. Pero, ¿por qué le está pegando? ¿Por qué me besó? No lo entiendo.

-Mira, hijo de puta-Dijo Davis con una voz con la que hasta ahora no me ha hablado, es la voz que más me da miedo y eso que Davis en si ya da miedo.-Hayley es M-Í-A. Tu la vuelves a tocar y te mato.¡¿Me entendiste?!-Gritó. Oh, ya lo entiendo todo, esto es un problema de posesiones. Claro, como nó, viniendo de Davis es normal.

-¿Es tuya? Pero si te tiene miedo.-Dijo casi sin habla Federick. Yo lo fulminé con la mirada. Davis se tensó mas y fue el momento en que ya se que debo alejarlo de Federick por que si no lo mata.

Cogí a Davis por la camiseta y lo atraje hacia atrás para que soltara al imbécil ese. Lo abracé, un acto que por lo visto lo sorprendió. Me giré para ver al asqueroso de Federick. Había quedado hecho una mierda.

-¡Escúchame y escúchame bien! ¡Yo solo pertenezco a una sola persona! ¡Y esa persona está detrás de mi! ¡YO SOY DE D-A-V-I-S!-Chillé. Federick abrió mucho los ojos. Me sonrojé al momento de procesar las palabras que acabo de balbucear como estupida. West se quedó mirándome incrédulo y Destiny, quien hace dos minutos que acababa de venir estaba boquiabierta.

-Llévense a este despojo de mierda de mi vista.-Dijo Davis. De pronto, aparecieron dos tipos de gran tamaño y lo digo por toda esa musculatura y se llevaron a Federick, Dios sabe donde. Davis me abrazó por detrás.-¿Nos vamos?-Me susurró al oído.

-No abuses de tus privilegios nene.-Le dije. Me giré. Lo miré fijamente. Davis acercó su rostro al mío. Nuestras respiraciones chocaron. Me alejé de el.-Y no quiero quiero peder clases, ya ayer perdí medio día de clases.

Sonrío maliciosamente.

(...)

Ya han acabado las clases, Davis me lleva en su coche. No hemos tenido mas clases juntos. La verdad es que me gustaría compartir mas clases con Davis. Ya es definitivo. En dos días me he enamorado de Davis Werap.

Lo miro con dulzura. Me muerdo el labio inferior. La chica mala, se ha enamorado del chico malo. Me miró distrayéndose un momento de la carretera. No sé cómo tomar su mirada. Pero era jodidamente sexy.

No supe que decir aun que quería decirle miles de cosas. Ya se, soy muy ñoña y eso, pero no se. Davis me hace ser diferente. Yo no soy miedosa. Yo no soy de tartamudear. Yo no soy de decir que soy de una persona en concreto.

Llegamos a mi casa. Davis aparcó el coche y nos bajamos los dos. Yo fuí abrir la puerta. Davis me siguió por detrás. Hice un giro mientras caminaba de 360 grados para ver a Davis como me sonreía con ternura. Abrí la puerta de mi casa y Davis pasó sin permiso, eso me enfadó un poco la verdad.

-Pasa-Dije irónica. Él giró un poco la cabeza para verme con los brazos cruzados en mi pecho. Sonrío de medio lado.

-Ya debes de estar contenta.-Dijo Davis. Dios por fin habla. Tengo que curarle una ceja que sin querer en los puñetazos que lanzaba Federick alcanzó a Davis.

-¿Por qué?-Dije sin saber de lo que habla. Me miró dándose la vuelta. Lo miré sin saber de que estaba hablando. Alcé una ceja para que me dijese el por qué debería estar contenta, tratándose de Davis es para temer por tu futuro.

Se acercó a mi. No di ni un paso atrás. Me sujeta de la cintura, muy fuerte. Lo miro sin saber que carajos está haciendo.

-Ahora puedes amarme todo lo que quiera preciosa.-Dijo Davis acercando su cara a la mía. Nuestras respiraciones chocaron. Me besó. El mejor beso de mi vida.-Soy tuyo, Hayley.

-Eso espero.-Le dije casi sin pensar. Me mordí el labio inferior.-Espero que valgas la pena, Werap.

(...)

Estábamos en mi habitación. En mi cama. Jugando a las intimidaciones, si, yo soy sumamente madura. Por ahora voy perdiendo, mis piernas tiemblan. Davis ni se inmutaba. Me mordí el labio inferior y una esquina de su hermosa boca se curvó hacia arriba.

De pronto, escuchamos un ruido abajo. Me sobresalté y Davis se rió de mi. Cogí mi movil y comprobé la hora. Las 20:37 p.m. Es raro que Yanette venga tan temprano. A lo mejor solo es un perro callejero, ya han venido varios a parar aquí.

Escucho como la puerta se abre. Suelto un largo y espeso suspiro. Miro Davis con desesperación, supongo que el no sabe como debería tomar eso y se acercó a mi. No se que debería hacer,

Yanette nunca me ha encontrado con un chico que no fueran mis "hermanastros" por así decirlo, pero con alguien como Davis, con tantos tatuajes y no se, él da miedo.

Escucho como Yanette va subiendo las escaleras. Davis me mira esperando una orden, por así decirlo, aun que el no recibe ordenes.

-Déjalo, me da igual que Yanette me vea con alguien.-Dije soltando otro suspiro. Me levanté de la cama y abrí la puerta de mi habitación, en busca de Yanette, para ver si no está borracha e intente hacer alguna tontería.

-¿Con quién mierdas estás, perra?-Me preguntó Argus, el último ex novio de Yanette. Lo miré interrogante. ¿Que mierdas hace este sujeto aquí y que derecho tiene a preguntarme con quien estoy o para decirme "perra"?

-¿Y tu que mierdas haces aquí? Esta no es tu casa Argus o como a ti te gusta que te llamen, perro asqueroso.-Le escupí con odio. El me miró con tanto odio en su mirada; por lo menos no trajo a su hija Alayna, eso si que es un demonio.

-La puta de tu madre me ha estado suplicando que vuelva a casa y aquí estoy. ¿Donde está?-Me preguntó Argus. Lo miré desconcertada. Yanette... Dios mío.

-¿Y cómo has entrado? ¿Y Yanette?-Le pregunté. Dios santo del amor hermoso. ¿Donde esta Yanette? Ahora si estoy asustada. Yanette ya debería hacer regresado, por lo menos antes que Argus.

Ese Chico Cruel [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora