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Hayley

No habían terminado las clases. Davis me estaba llevando en su coche a mi casa. El mismo chico que casi me pega. Lo miré y sin querer me pilló mirándolo, aparté la mirada.

-Joder, Hayley no me tengas miedo. Yo no quería hacer las cosas así. Lo siento.-Lo miré con odio y con los ojos rojos de llorar durante todo el camino.

-Me prometes que si te hago algo no me pegarás.-Dije insegura. Lo miré mas calmada al ver que el ya estaba mas calmado. Hace un rato estaba maldiciendo mientras yo lloraba a moco tendido. Ya habíamos llegado a mi casa. Estábamos en frente.

-Joder Hayley, te juro que nunca te pegaré.-Dijo Davis. Me bajé del coche, estaba sentada en el asiento del copiloto. Rodeé el coche hasta la puerta donde se encontraba Davis en su asiento. Abrí la puerta con brusquedad y le pegué un derechazo a Davis en la cara. Se quedó como loco.

Me miró interrogante. Y yo solté una carcajada entre lágrimas.

-Ven a dentro y te curo ese labio roto.-Le dije riéndome. El se rió. Me miró con estrañeza.

-No pienses que te voy a pegar por esto, ni que te voy a pedir perdón, pero la próxima que lo hagas, espero estar de buen humor.-Dijo Davis. ¿Por qué tiene que ser tan cruel al hablarme?

-¿Vas aparcar el coche o te marchas?-Le pregunté pasando de su comentario.-Yo tampoco te pienso pedir perdón. Aun que la próxima vez que lo haga tendré en cuenta que no estés como esta mañana.-Espeté. Me miró y se rió sin gracia.

-Lo que tu digas.-Dijo cerrando su puerta. Pensé que se iría pero en vez de eso, aparcó el coche. Lo miré mientras vi como se acercaba a mi.

Me dirigí a mi vieja casa y abrí la puerta. Como siempre, Yanette no está. Hace poco terminó con su último novio, supongo que estará borracha en algún bar de otro pueblo. En la entrada había una nota en el suelo. La recogí y le dí paso a Davis para que pasara. El en cambio se quedó leyendo la nota conmigo.

<<No vuelvo hasta la noche o quizá en unos días o semanas... No sé, si no regreso en un tiempo, ya sabes lo que hacer, en tu habitación te dejé dinero de sobra, compras comida y lo que quieras, si de vez en cuando no quieres hacer comida, llama a Jannis.

Yanette>>

Ni siquiera un "Adiós" o un "Te quiere mamá". Pero ya estoy acostumbrada, así que ya no me pongo a llorar por lo sola que me siento. Apreté la mandíbula y rompí la nota. La tiré al suelo.

-¿Quién es Yanette?-Preguntó Davis. Me giré enojada por la nota de Yanette.

-Mi madre. Sube las escaleras, a la izquierda, la primera puerta es mi habitación. Yo voy al baño a coger algodones y alcohol.-Le dije señalando las escaleras para subir. Oh My God, Genius. Ya.

Subió las escaleras y yo fuí al baño.

(...)

Yo no dije nada y Davis tampoco decía nada. Le estaba curando el labio roto que yo misma rompí dandole un derechazo que se merecía desde hace rato. Terminé y fuí a dejar lo que había utilizado.

Cuando volví, Davis estaba acostado sobre mi cama mirando el techo. No dije nada. Me senté en una esquina de la cama. Se sentó en mi cama. Lo miré con el semblante ensombrecido. Su rostro no mostraba sentimiento alguno. Sus ojos mostraban frialdad. Pero en quiere ser diferente conmigo.

(...)

-Oye...-Empezó. Lo miré detenidamente. Titubeó y se alborotó el pelo.

-¿Pasa algo?-Preguntó para que continuara. El me miró y frunció el ceño.

-Nada. Ya me voy.-Dijo saliendo de la cama y poniéndose los zapatos. Ya en la puerta me miró.

-Adiós.-Dije algo triste. No, no me debo enamorar. Menos de una persona como el, que de un momento a otro te podría pegar. Mi pecho se oprimió al pensar que no debo de enamorarme de el. ¿Por qué mi cerebro y mi corazón nunca están de acuerdo con algo?

-Adiós. Nos vemos mañana.-Dijo y se fué por mi puerta. En unos segundos escuché como la puerta de la entrada de la casa se abría y luego se cerraba. Miré por mi ventana para verlo irse en el coche.

Se metió en el coche sin tan solo mirar a la casa. De un momento a otro lo hizo, miró la casa y me pilló mirándolo. Sostuve la mirada hasta que recibí un mensaje y cogí mi móvil.

No me mires si no te hablo, ¿Por qué nunca me haces caso?-Desconocido.

Me acabas de hablar-Le respondí y lo miré me miró y sonrió negando con la cabeza.

Ya aprenderás la lección, nena. Buenas noches.-Me respondió. Guardé el número y le puse "Davis Werap(no contestar)".

En efecto, ya son las 7 de la tarde. Ya se fué. Después de curarle el labio sin darme cuenta nos quedamos dormidos. Desde las 12 de la mañana. No habrá dormido casi.

Me tiré a la cama. Volví a coger el movil y le escribí a Charles, quien me preguntó que de que conocías a Davis y que me pasaba esta mañana. Yo le mentía y le decía tonterías que realmente creo que ni el se lo creyó. Me despedí de el.

Miré la hora. Ya son las 9 de la noche. Me cambie, me puse un pijama de negro con cigarros dibujados en el. Me tiré a la cama. En pocos segundos ya estaba dormida.

Al día siguiente

Davis me ha venido a recoger para irnos juntos al instituto. En efecto, Yanette no ha vuelto. Hay veces en las que no vuelve en 2 meses o así. Luego regresa borracha preguntándome por qué no le he preparado la comida a las 4 de la mañana.

Miré a Davis. Iba conduciendo mientras fumaba. Ya se me ha hecho normal ver a la gente fumando a mi alrededor. Yo solo 3 veces he fumado y la verdad es que no es que no me agrade, pero no me agrada fumar por fumar.

Davis me miró y negó con la cabeza volviendo su mirada a la carretera. Me reí. Él simplemente fumaba y no me decía nada. Cuando estaba a punto de hablar lo interrumpí.

-No lo digas, "no me mires si no te hablo"-Dije imitando su varonil, lo que fué todo un fracaso. Me empecé a reír a carcajadas.-¿Por qué no quieres que te miren si no les hablas?-Le pregunté. Se revolvió en su asiento y tomó una larga y espesa calada. Se tensó.

-Por que no quiero darles el gusto a que me miren si no les hablo.-Me respondió algo incomodo al hablarme de eso.

-Pues la verdad eso me parece una verdadera tontería.-Le dije mirado la ventanilla de mi lado. Él no apartaba la mirada de la carretera.

-Tu no me conoces.-Me dijo. No pude descifrar su tono. Es tan frío al hablar, tan cruel, tan... No sé pero la verdad es que me gusta.

-Pues ayúdame a conocerte.-Le dije descaradamente. Él me miró por un momento interrogante y volvió su mirada a la carretera.

-¿No puedes hacer las cosas por tu cuenta?-Me preguntó con una sonrisa de medio lado. Me reí irónicamente.

-No y menos tratándose de tí.-Dije con rudeza. Él empezó a reír a carcajadas y yo lo acompañé en la risa. Quedaban menos de 10 minutos para llegar al instituto. Llegaremos seguramente a las 7 en punto.

-¿Dependes mucho de las personas?-Me preguntó fríamente, parando nuestras risas. Mi pecho se oprimió y me sentí cohibida. Lo miré. Tenía un semblante sin expresión alguna. Es como si estuviera completamente roto. Como si no tuviera sentimientos.

-La vida me ha enseñado a no depender de nadie por las malas.-Dije fríamente.-Aun que también me gusta molestar a los tipos como tu.-Dije riéndome intentado no llorar. Miré a la carretera.

-La vida nos enseña muchas cosas por las malas.-Dijo con la voz ronca. Lo miré. Estaba a punto de decirle que la vida también nos enseña cosas buenas, pero el mismo me interrumpe.-Ya llegamos.

Ese Chico Cruel [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora