Epílogo.

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____ se encontraba sentada en el sofá del departamento, con su típico té entre sus manos. Su vientre había crecido y ella estaba feliz porque todos los análisis que le hicimos al bebé salieron excelentes. Las ecografías salían perfectamente y nuestro bebé se encontraba en perfecto estado.

La observé detenidamente y me di cuenta lo hermosa que se veía sin una gota de maquillaje cubriendo su rostro de porcelana. Cualquiera que la viese en el estado en el que se encuentra ella en este preciso momento, se enamoraría por el hecho de solo mirarla. Una remera suelta de color blanco cubre hasta por la mitad su barriga de embarazada de tres meses, y un short color crema deja al descubierto su muslo debido a la posición en la que se encuentra.

Una revista VOGUE se hallaba en su regazo mientras ella pasaba las paginas demostrando su desinterés por lo que había allí.

- ¿En serio piensas quedarte ahí apoyado mirándome todo el día? –su voz se hizo presente, colocando a mis pensamientos en segundo lugar para que ella fuese todo lo que necesitaba escuchar en mi cabeza-. Ya sé que soy jodidamente hermosa pero muero de ganas por frutillas. –Sonreí al verla hablarme sin siquiera levantar su mirada-. Vamos nene, ¿qué esperas? Tu hijo y yo morimos de hambre.

- Iré en seguida pero antes este bebito tuyo se muere por un beso tuyo. –Su sonrisa apareció y su mirada se clavó en la mía-.

- Ven aquí entonces, estas muy lento el día de hoy amor. –Corrí hacia ella y me abalancé encima suyo sin aplastar su vientre-.

- Dime otra vez que estoy lento y veras cuán lento estoy, nena. –Su risa picara lleno mi corazón-.

- Estas muy len...-mis manos comenzaron a bajar hasta los puntos débiles de ella donde sabía que su risa llenaría la sala de estar- ¡saca las manos de ahí, Matthew!

- Di lo que ibas a decir, nena –suaves caricias yacían en sus puntos débiles y contenía sus ganas de reírse-.

- ¡Qué estás muy lindo amor! ¡Muy lindo!

- ¿Lindo?

- Sipi, lindo –sus ojos miraron a los míos y una sonrisa se formó en su rostro-. Y que te amo mucho.

Besé su nariz dulcemente y luego su boca obtuvo un beso suave con sentimientos extraños enredados en nuestro roce de amor. Sus manos frías tocaron mi rostro y me obligaron a alejarme de ella.

- Quiero frutillas, Mat. –Sonreí idiotamente ante su pedido-.

- Solo un besito más, por favor. –Hice un mohín con mis labios sabiendo que ella quedaría completamente a mis pies-.

- Oh dios, maldición. Las frutillas pueden esperar un buen rato –murmuró y sus piernas se enrollaron a mi cadera mientras sus labios buscaban los míos-.

Sus dedos fríos jugaron con mi remera subiéndola y rozando mi piel para crear escalofríos, el contacto con su piel suave relajaba cada musculo de mi cuerpo mejor que un masaje dado por un masajista con una técnica perfecta. Ella tocaba cada parte de mí y parecía lograr desaparecer cada nudo de tensión en mí.

- ¿Y las frutillas, amor? –pregunté mientras ella ayudaba a quitarme la remera por completo.

- Luego comemos frutillas, ahora te quiero a ti.

Mis besos lograron subir su temperatura corporal y quite aquella prenda fina que cubría sus pechos y parte de su vientre. La miré con fascinación como la primera vez que la vi sin nada frente a mí, mis besos hicieron su propio recorrido saboreando cada parte posible del cuerpo de mi chica.

El cabello de ____ estaba en un rodete desordenado y varios mechones de su cabello castaño claro caían en su rostro pálido, ambos nos encontrábamos en el sofá. Ella arriba mío y yo apreciando cada detalle de ella, cada cosa que había hecho que yo cayera enamorado.

Nunca podre descubrir qué fue lo primero que me cautivo tanto de ella para hacer cualquier locura necesaria para tenerla de vuelta en mis brazos, porque la sensación de satisfacción y amor que se me produce en el cuerpo es incomprensible e indescriptible. Supongo que es algo que solo sientes cuando estas lo suficientemente estúpido por una persona que te revuelve el estómago con solo una mirada. Sonreí con tan solo pensar en lo bien que me hacia esta chica. Lo mucho que había cambiado en ella, como la hacía sonreír, reír, su manera de pensar, de hacerla feliz y que con su propia felicidad, me llene a mí el corazón hasta el punto de lograr sentimientos que las chicas mencionan en las típicas redes sociales porque lo leyeron en algún libro escrito por algún escritor reconocido. _____ siempre se la pasaba hablándome de eso cuando aún no éramos nada, apenas amigos.

Tal vez es como ella escribía en sus guiones, en sus borradores, en su ordenador. Aquellas historias cortas que casi nunca lograba terminar, aquellos sentimientos en los que se refería cosas imposibles de existir e incluso creer a no ser que las sientas. Ahora me doy cuenta que todas las cursis cosas que había puesto en palabras ella, eran verdad. Ridículamente verdad. Tan ridículo que hasta ella me había pegado su manía de escribir y redactar. Es ahora cuando me doy cuenta que las palabras escritas en diversos libros que describen el amor, son verdad. Incluso hasta en una manera exagerada en la que podemos comprender que la simple realidad es una exageración de nuestros sentimientos.

Ahora comprendo que tengo a mi lado a la mujer con el poder de encerrar todos nuestros sentimientos indescriptibles en un par de palabras que llenen tu corazón con tan solo leerlas. ¿Qué es aquel talento que pocas personas contienen para encerrar todo en tan poco?

Hay tantas cosas a lo largo de nuestra vida que no tienen explicación alguna, cosas que son simplemente raras y diferentes a lo que estamos acostumbrados a observar. Es aquel leve susurro de la vida en que te recomienda mirar hacia tu pasado y tomar en cuenta todas las cosas que aprendes para comenzar refortalecido y más fuerte. El enojo y la frustración son ejemplares de nuestras derrotas con nosotros mismos, aquellas pequeñas cosas que hacen estallar a nuestras mentes por la simpleza de que ya no hay más lugar para poder salir hacia adelante. Pero, la verdad, es que son pequeñas trabas que nos colocamos nosotros mismos porque somos más inteligentes de lo que creemos. La inservible mediocridad de por medio impidiendo cada cosa posible, sí, es cierto, el mundo está lleno de mediocres o hipócritas pero como en cualquier experimento hay fallas, y lamentablemente hay muchas fallas en el ser humano.

Aun así aquellas imperfecciones son las que nos hacen amar más a la persona con la que queremos pasar el resto de nuestros días, porque nos damos cuenta que cualquier lugar sin llenar y aquel corazón agujereado es posible de arreglar a partir de unos cuentos mimos al alma que llenen de felicidad a esa persona, y ¿Quién no quiere que nos mimen de vez en cuando? Yo amo cuando ____ pasa sus manos por mi cabello y me hace caricias, me llena de ilusiones, de imágenes en diapositivas coloreadas por mis sentimientos hacia aquellos ojos color café y esa sonrisa grande. Cuando sus labios pronuncian su hermoso "te amo" que crea cosas que solo ella sabría explicar. Sus caricias hacen que mi corazón lata fuerte y se sienta más fuerte que nunca.

Aprendí que nuestro verdadero amor esta delante de nuestros ojos cuando creemos haberlo encontrado y estamos sufriendo por alguien que no nos es correspondido. Aprendí que los momentos hay que disfrutarlos, que las historias son únicas de diferentes maneras, que el amor sí existe y que los escritores saben tomar una pizca de eso y explicarlo en simples palabras que luego relees y comprendes.

Comprendes absolutamente todo.

Entiendes que tu lugar en el mundo puede ser en cualquier parte pero, siempre y cuando, estés acompañado de la persona que te hace sentir cosas que jamás sentiste. Esa cosa extraña que hace que te preguntes qué te sucede, recuerda esto y piensa...

Es un sentimiento extraño.

Y es hermoso.





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