La carne y el espíritu

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Después de entregarte al Señor tu tendrás que tomar una decisión diaria, cada mañana al despertar y prepararte para comenzar tu día; esta decisión será: ¿Cómo he de vivir este día? ¿Viviré conforme a la carne o conforme al espíritu? La vida cristiana será una lucha constante y solo hay dos maneras de vivirla; vivir en la carne y ser carnales o vivir en el espíritu y ser vencedores.

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Gálatas 5: 16, 17

El cristiano que decide vivir conforme a la carne, obedece y sacia los deseos de su carne y así se convierte en un cristiano carnal.
El cristiano que decide vivir negándose a los deseos de su carne, día a día y se esfuerza por agradar a Dios y cumplir con sus responsabilidades como hijo de Dios, sin importarle lo que siente o no siente, a este la Biblia lo llama cristiano vencedor.

Después de arrepentirnos y bautizarnos, si no cultivamos correctamente la vida cristiana, uno puede convertirse en un cristiano carnal.
¿Cómo sucede esto? Lo que pasa es que cuando nos convertimos al Señor, no dejamos de ser humanos. Seguiremos teniendo luchas, tentaciones y pruebas, ahora más que nunca. Después de unas semanas, meses y hasta años, el descuido y negligencia espiritual dará lugar a que la carne comience a gobernar nuestro ser. Se comienzan olvidar las experiencias que Dios nos dio. Otras cosas pueden comenzar a tomar prioridad en la vida. Así como un jardín se debe cultivar limpiar y mantener, así la vida cristiana necesita el cuidado, mantenimiento y cultivo espiritual.

Tenemos que saber que de nuestra naturaleza vieja, van a surgir tarde que temprano los antiguos deseos de la carne. Estos brotan de por sí y deben ser cortados con la espada de la Palabra de Dios lo mas pronto posible. Si no se cortan, comenzaran a robarle fuerza a la nueva naturaleza del cristiano nacido de nuevo. Es aquí donde comienza la lucha entre la carne y el espíritu.

Juan 3:6
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Necesitamos ser seres espirituales, personas con sed y hambre de la Palabra de Dios, no descuidar lo que Dios ya ha trabajado con nosotros, no olvidemos que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos y más por eso debemos estar en una búsqueda constante e imparable de la presencia del Señor.

Mateo 26:41
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.

¿Cuantas veces no hemos dicho o hemos oido "Es que la carne es débil"? Muchos cristianos carnales se defienden y esconden con este verso de Mateo, ¿Pero, que acaso no leen el verso completo? Es muy claro que somos vasos de barro, simple seres humanos débiles y muchas veces tan ciegos a muchas cosas, y por esa razón no debemos de dejar de orar ni un sólo día, debemos de trabajar mucho nuestra alma y espíritu, sólo teniendo una estrecha relación con Dios las tentaciones podrán ser vencidas, sólo ahí tomaremos conciencia de pecados que vemos "pequeños" o "inofensivos", no caigas en el error de pensar que hay pecados pequeños y grandes, el pecado es pecado y a todos nos alcanza, y debemos de limpiar y despojar todo pecado que turbé nuestra visión, y que ensucie nuestras vestiduras.

¡Cristo viene pronto! No descuides tu relación con El, háblale y El te escuchara, ámalo y recuerda que El te ama mucho más.

Jehová mira tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora