Marcos 6: 37-49 RVA
Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?
El les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.
Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde.El Señor los envía entre la multitud y descubren los discípulos que tienen 5 panes y 2 peces, mínimo, ridículamente poco para darle de comer a una multitud tan grande, pero dice la Palabra que entonces el Señor toma esos panes y les dice a los discípulos en el versículo 39: y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se recostaron por grupos de 100 en 100, y de 50 y 50 Entonces tomó los 5 panes y los 2 peces y levantando los ojos al cielo bendijo y partió los panes y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante. Y repartió los dos peces entre todos, y comieron todos y se saciaron y recogieron de los pedazos muchas cestas llenas y de lo que sobró de los peces. Y los que comieron fueron 5000 hombres sin contar las mujeres y los niños."
Qué maravilloso pasaje, qué maravillosa conclusión a este relato que El Señor toma los panes y los peces y le dice a los discípulos, dividan a la multitud de 100 en 100 y después de 50 y 50, en grupos. Yo me imagino que los discípulos mientras llevaban a cabo la tarea que el Señor les había encomendado estarían enojados y se sentían inseguros porque pensaban: "Qué locura, para qué estamos nosotros dividiendo a toda esta gente en grupos si lo que hay son 5 panes y dos peces." Temían hacer el ridículo. Temían quizás la ira de la multitud cuando la multitud descubriera que no había suficiente comida para todos ellos.
Yo creo que el Señor los puso a hacer esto antes de obrar el milagro porque El quería fortalecer su fe. Sabemos que muchas veces habrá situaciones en nuestra vida en que la necesidad será tan grande y los recursos tan pequeños que la tendencia nuestra será simplemente a lamentarnos y quedarnos como estancados y congelarnos de temor, sin hacer nada, y dejar que el problema continúe. Pero muchas veces Dios quiere que nos lancemos por fe, que demos un paso pequeño y que entonces veamos al Señor comenzar a obrar y abrir el mar delante de nosotros. Este año de abundancia El Señor nos da abundancia de fe, como bebés siento que vamos en niveles de fe y creyéndole al Señor cada día más, llegando a niveles en los que nos abandonamos completamente en las manos de El y no confiar en lo que tenemos o en lo que podemos hacer y ahí es donde nos quiere llevar el Señor, a que no confiemos ni un poquito en nuestras capacidades sino que solamente en El, pues El es quien abunda y sobreabunda en situación que se ven tan imposibles.
Si nosotros nos ponemos a esperar que las condiciones sean las mejores nunca oraríamos. Muchas veces se requiere que comencemos por fe a tocar puertas y a hacer gestos en el Señor y buscar una solución. No nos debemos congelar jamás por las limitaciones de la vida. No nos obsesionemos tanto con los problemas y el tamaño de los problemas que nos sentemos en una esquina a entristecernos con las manos cruzadas y a lamentarnos de nuestras malas condiciones. Dios quiere que nosotros nos lancemos en el nombre de Jesús a hacer algo, a buscar una solución, que seamos gente activa, dinámica, emprendedora, que no nos dejemos abrumar por los problemas sino que en el nombre de Jesús nos lancemos creyendo que en el proceso de esforzarnos el Señor va a traer la solución. Por eso el Señor Jesucristo nos dice que el no nos ha dado espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio.
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Jehová mira tu corazón
RandomEsta es una obra inspirada por Dios, enfocada en jóvenes que amamos a Cristo Jesús, fragmentos que sirven de edificación en base a la escritura.