Capítulo VIII

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Hola, me llamo Rose, tengo 17, tenía buenas amigas; si tenía, hasta que un día se empezaron a alejar, empezaron a separarse de mi como si les estorbara, como si no me conocieran, como si no existiera. Me sentía sola, como si me hubiesen abandonado en el lugar más desértico del planeta. Pero, sin mentir, empecé a sentirme bien estando en ese lugar solitario.

Era un lugar en el que sentía que era yo misma, en el cual descubrí cuales eran y son mis cualidades y mis defectos, mis sueños y lo más importante quién soy.



La soledad nos ayuda a saber quien somos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora