La Huida

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Tenía que irme. Tenía que alejarme para siempre. Por primera vez en siete años, lo ví. En las noticias. Me quedé petrificada delante del televisor. No lo podia creer. Después de siete años en la cárcel,le dan la condicional. Temblé. Creí que mi mundo se hacía añicos. Sentí un miedo atroz y supe que debía alejarme. Pense en ir a Sevilla,a casa de mi padre,pero no,no podia arrastrarlo con eso. Desde la muerte de mi madre, no ha vuelto a ser él mismo...No, el no se merece más sufrimiento. En ese momento suena mi teléfono. Es Marta. Mi dulce y alocada amiga,la que dentro de una semana se va a Madrid a trabajar en una importante empresa.
- ¿Sí?
- ¿Estás bien? ¿has visto las noticias? .- Marta es la única que conoce mi historia,ella es la única que sabe toda la verdad.-
- Sí, lo acabo de ver. Estoy bien. Algo impactada,pero bien.
- Oh cariño, cuando lo he visto no me lo podia creer. ¿De verdad estás bien?
- Si tranquila, no pasa nada estoy bien.
- ¿Qué vas a hacer esta noche? ¿Podrías venir a tomar una copa? Mis compañeros quieren hacerme una especie de despedida.
- No sé,Marta...es que...
- Porfavor,Laura. La semana que viene me voy y quiero pasar el mayor tiempo posible contigo.
- Vaaale, está bien. ¿ A qué hora paso a buscarte por el trabajo?
- A las siete, gracias cariño. Y no te preocupes. Hablamos luego.- Me hará bien salir un rato. No lo hago muy a menudo. Trabajo en casa, cogiendo llamadas de violencia doméstica... Desde que me pasó lo que me pasó,no soy la misma. Me encerrado en mi casa, en mi mundo,si no fuera por Marta...
A las 6:55 estoy en la puerta esperando a Marta. Ahí viene,mi loca amiga. Es morena, con el pelo rizado y alboratado. Sus labios son carnosos y siempre los lleva pintados de un rojo fuego. Tiene un cuerpazo de escándalo. Siento envídia, de la sana, pero envídia. No solo por su físico, si no por su forma de ser. Es muy sociable, simpática y divertida. Es sincera y un poco mal hablada. Y no tiene novio porque según ella, porque tiene que conformarse con su media naranja, si puede comerse la naranja entera...así es ella,un poco pica flor. Cuando yega me abraza fuerte.-
- ¿Cómo estás?
- Bien,tranquila...
- Lauri no me mientas, lo veo en tus ojos.- A ella no la puedo engañar. No puedo contener más las lágrimas.-
- Estoy muerta de miedo,no se que hacer.
- Pues yo sí.- La miro con expectación.- Vente conmigo a Madrid.
- ¿Ha madrid? ¿Y mi trabajo?
- Puedes encontrar un trabajo allí. Porfavor. Piénsalo.
- Lo pensaré. Gracias.
- Y ahora vamos a emborracharnos.- Me guiña un ojo y hechamos a andar la calle abajo. Bebimos. Bebimos bastante. Yo no recuerdo haber bebido tanto nunca. Quería evadirme. No pensar aunque fuera solo por un rato. Estube simpática y hablé con varios compañeros de trabajo de Marta. Del bar nos fuimos a un local de moda. Bebimos y bailamos hasta artarnos. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien. Siete años, exáctamente. A las tres de la mañana ya no aguantaba más el dolor de pies. Además me dí cuenta que se me empezaba a nublar la vista...demasiado alcóhol.
- Marta me voy. Estoy muy cansada y achispada.
- Si, yo también. Espera vamos a despedirnos y a coger los abrigos.- Nos despedimos y salimos fuera,no estaba muy lejos de casa y me apetecía andar, para despejarme.
- Marta...¿te importaría venir a casa? .- No me apetece estar sola.-
- Por supuesto que no. Iva a hacerlo aunque no me lo pidieras.- Me mira y sonríe de ese modo que solo ella sabe.-
- Gracias.
-¿Te lo has pasado bien?
- Sí, la verdad es que sí. Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto.
- Lauri,deberias hacerlo más a menudo. Eres joven. Tienes veinticinco años,no puedes vivir encerrada en una jaula de cristal toda la vida. Tienes que salir, divertirte. Conocer gente. Conocer chicos...
- No puedo.
- Sí puedes. Y debes. Han pasado siete años. Tienes que superarlo de una vez.
- No puedo.- Soy rotunda. Aunque se que mi amiga tiene razón. Aveces me gustaría ser una chica normal. Trabajar fuera de casa. Salir. Disfrutar la vida. Disfrutar del sexo... pero no lo soy. No soy normal.-
- Lauri, creo que necesitas ayuda. Ayuda profesional.
- No estoy loca, Marta.
- Ya lo se,que no estás loca. Pero no puedes seguír así el resto de tu vida. Te entiendo. Sé lo que sufriste. Sé el dolor que has sentido. Pero no puedes seguir así.
- Lo se. Y voy a intentarlo.- Se para, deja de andar y me mira con los ojos muy abiertos- Voy a empezar de cero. Empezando por... irme contigo a Madrid.- Se tira encima de mí y me abraza muy fuerte.-
- ¡Sí,porfín! Ya era hora de que cedieras un poco. Necesitas vivir. Necesitas ser feliz.
- Y tú necesitas dormir la mona...
- Sí,eso también. ¡Nos vamos a Madrid!

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