Algo normal

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Me duché a toda prisa. Me maquillé. Y por último me puse el vestido que había elegido. Era un vestido rojo. Por encima de la rodilla. Tenía doble tela y era de encaje. De manga por el codo, y bastante escote. Parece demasiado provocador...debería cambiarme...no,no me da tiempo. Me heché mi perfume. Me puse unos taconazos negros. Y fuí hacia el salón. Marta no había yegado todavía. Y seguro no volvería. Seguro pasaba la noche con Marcos. Mejor. Así no tendría que dar explicaciones. Sonó el portero.-
- ¿Está lista,señorita?
- Sí. Cojo el abrigo y enseguida bajo.- Sonreí. Era algo tan normal... quedar para cenar, ver películas en mi casa tapados con una manta... nunca me habría imaginado haciendo esto. Y ahora lo veo tan normal. Que parece absurdo no haberlo hecho antes. Bajo en el ascensor y estoy muy nerviosa. Tengo ganas de verlo. Se abre el ascensor y salgo al portal. Lo veo junto a su coche. Esperando para abrirme la puerta. Está guapisimo con ese traje oscuro. Creo que es el que llevaba puesto cuando lo ví por primera vez en el ascensor.-
- Buenas noches. Uauh. Señorita, está preciosa.
- Gracias. Usted también está muy guapo.¿Coche nuevo?
- No. Tengo varios.- Me abre la puerta para que entre y cierra después. Rodea el coche y se monta. Viajamos en silencio. Parece nervioso. No para de mirar para todas direcciones.-
- ¿Estás bien?
- Sí. ¿Porqué?
- Pareces nervioso.
- Lo estoy,señorita. Está usted realmente cautivadora y tengo miedo de no poder reprimir las ganas de tocarla.- Yo sonrío. Y le acaricio la mejilla con la mano. Él aprieta las manos en el volante, hasta que sus nudillos se ponen blancos. Luego pone su mano en mi rodilla, y siento que su piel arde. Y me quema. Llegamos a un restaurante. Es bonito y elegante. Pide una botella de vino blanco,que está delicioso y pedimos rabiolis con setas,para comer. Él me mira,me mira y me mira. Con su mirada profunda. Su mirada de hielo. Y necesito romper ese silencio.-
- Bueno,cuéntame cosas sobre tí.
- ¿Qué quieres que te cuente?
- Nose... quiero conocerte mejor. Lo que quieras. Háblame de tu familia.- Se le cambia la cara. Creo que he metido la pata. Pero comienza ha hablar.-
- Soy adoptado. Mis padres son maravillosos. También tengo un hermano mayor. También es adoptado,como yo. Pero no me llevo muy bien con él.
- ¿Porqué no?
- Por que no.
- ¿Y tus padres biológicos?
- Ni idea.
- ¿Nunca has sentido curiosidad? ¿Nunca has sentido la necesidad de conocerlos?
- No. Mis padres son mis padres adoptivos. Solo ellos. Y no puedo concebir otros mejores que ellos.- Asiento.- ¿Y tú?
- Mi madre...murió hace unos cuatro años. Y mi padre vive en Sevilla.
- Lo siento.
- No pasa nada. La hecho demenos a veces...pero bueno. Es algo imposible de cambiar.- Le pregunté por la empresa y me contó como la fundó. Era un gran hombre. Era listo,interesante y brillante. Su empresa era su vida. Eso dijo él. Hablando se nos fué la noche. Volvíamos de camino en su coche. Todavía parecía preocupado. Aparcó en mi puerta. Lo miré. Y el me miró. Sonreimos los dos.-
- Gracias. Lo he pasado muy bien.
- Yo también.- Me cogió la mano y me beso los nudillos. Me pareció lo más erótico del mundo. Mi entre pierna pensaba lo mismo.-
- ¿Quieres subir y tomar una copa? .- Sonrío con picardia.-
- Pensaba que no me lo ivas a pedir. Espera.- Se bajó del coche. Y me abrió la puerta. Subimos en el ascensor. Abrí la puerta y lo invité a pasar. Marta no había yegado. No estaban sus llaves en la entrada.-
- Pasa. Ponte cómodo. ¿Qué quieres tomar?
- No se. ¿Qué tomaras tú?
- ¿Gin tonic?
- Perfecto.-Me sonrió. Y fuí a la barra de la cocina a preparar las copas. Me tomé mi tiempo, cortando rodajas de limón. Es por que quería prolongar su marcha,lo máximo posible.-
- ¿Puedo poner algo de música?.- Lo miré y estaba al lado de el equipo. Madre mía,que guapo es.-
- Claro. En aquella estantería están los discos. Pon el que quieras.- Cuando sentí la canción que había elegido,casi se me caen las copas. El arte de vivir, de Antonio José. Era perfecta. Como él. [Por que te quiero,te quiero y te quiero...] Oh Dios mío, me está mirando de esa forma que tanto me perturba. Suelto las copas en la mesa y me acerco a él, que aun está junto a él equipo de música.-
- ¿Has puesto esta canción por algo en especial?
- No. Me gusta. Solo eso.- Ahora soy yo la que pierde el control, y casi sin darme cuenta me tiro a su cuello lo abrazo fuerte y lo beso. Como se que a él le gusta, como él hizo commigo,esta mañana. Salvaje. Dominante. El tarda poco en responder. Le cojo del pelo de la nuca y le tiro fuerte. Suelta un gemido fuerte y para. Me suelta. Se aleja dos pasos. Me quedo como una gilipollas integral,mirándolo enbobada. ¿Porqué para?.-
- Para,Laura...-Respira con dificultad. Sin querer se me van los ojos y miro su entrepierna. Está excitado. Tiene una erepción.-
- ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
- Necesito...calmarme. Es que...¡oh,mierda!
- Lo siento. No debería...
- No. No lo sientas.-Se acerca y me coje la mano.- Es solo que,te deseo demasiado. Pierdo el control. Y temo que si empiezo, no pueda parar. Y tú no quieres eso, lo dijiste el otro día.- Pobre, parece confuso. Intenta reprimir sus ganas por mí. Es maravilloso. Es un hombre extraordinario.-
- Perdóname. No debería haber hecho eso. Pero es que a mi me pasa lo mismo. Pierdo el control de misma cuando estoy contigo. Te deseo. Y ese deseo me nubla, y no me deja ver más allá.
- ¿ Y si tanto me deseas como dices,porqué me rechazas? ¿Porqué no quieres que los dos aplaquemos la necesidad que tenemos el uno del otro?.- Estaba incómoda. Cogí la copa y dí un trago largo. Bebí medio vaso sin darme cuenta. Seguía mirándome. Esperaba una respuesta. Pero de mis labios eran incapaz de salir nada. Se levantó. Se puso la chaqueta. Y con gesto triste y decaído se fué hasta la puerta. No pude moverme del sitio. Dos solitarias lágrimas, resbalaron por mi mejilla. Me sentí estúpida. Por negarle a él lo que le pertenece, y negármelo a mi todos estos años. Pero no puedo. No puedo. ¿Y porqué no puedo? Claro que puedo. Tengo derecho. Soy joven. Y aunque haya tratado de esconderlo,soy una persona y tengo necesidades. Espere y pensé. Me bebí mi copa. También la de Héctor que nisiquiera la había tocado. Llamé a Marta. Se oía ruido. Estaría en algun pub.-
- Marta necesito que me digas si sabes la dirección de el señor Ruiz.
- Eh...claro. Yo me encargo de su correo. ¿Pero para qué o porqué?
- Mándamela por mensaje. Ya te contaré. Alo dos minutos, solo había cogido el abrigo me llego un whatsapp de Marta,con la dirección. Estaba lloviendo. Estaba empapada. No encontré ni un maldito taxi. No estaba muy lejos de casa. Aceleré el paso. Cuando yegué al edificio,me dí cuenta de que corría. Tuve que pararme para recobrar el aliento. Busqué en el buzón, 7B cogí el ascensor y subi a la séptima planta. Para mi sorpresa era una única planta. Solo un recibidor. Bonito. Y una puerta. La de Héctor. Llamé. Llamé con insistencia. Hasta que por fin me abrió. Estaría cambiándose. Abrió con unos pantalones de pijama y desnudo de cintura para arriba. Tenía el pecho firme y musculoso. Dios mio...¿Y si me rechazaba? Se quedó sorprendido cuando me vió.-
-¿Qué haces aquí? ¿Qué te ha pasado,estás empapada? Pasa,anda...- Entré. Era un apartamento de lujo. Uauh. Era una maravilla. Pero no podía observar esa maravilla ahora.- - Voy a por una toalla para que puedas secarte. Quítate el abrigo esta mojado y te pondrás enferma.- Le hice caso autoMáticamente. Me trajo una toalla muy suave. Y comenzé a secarme. Él fue hacia la cocina y preparó un café caliente. Me lo tendió. Y dí un sorbo. El líquido me bajó quemando la garganta,pero lo agradecí. Estaba helada y temblaba.-
- ¿Qué haces aquí,Laura?

Secretos Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora