Héctor

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Por la tarde llevé a Laura a su casa. Insistió en que tenía que volver por que su amiga se preocuparía. Nos despedimos con un beso ardiente en el portal,como dos adolescentes. Salí de allí y tras resoplar, me monté en el coche. Necesitaba pensar. Mi hermano torturó y violó a la única mujer que he amado. ¿Amo a Laura? Sí,posiblemente...parece una locura,hace nada que nos conocemos. Pero siento que no quiero seguir buscando. Que ya tengo lo que siempre he querido. A Laura. Debería haberle dicho en ese instante, cuando me ha contado quien se lo hizo, que es mi hermano. Pero soy un cobarde. Y me he callado por miedo a perderla. Por miedo a que me deje. Todavía tengo una esperanza. Puede que solo sea una coencidencia. Demasiada. Saco el teléfono,lo pongo en el manos libres. Y marco el número del comisario.
- ¿Señor,Ruiz?
- Sí, soy yo comisario. Necesito su ayuda.
- Dígame en que puedo ayudarle.- Tengo muy buena relacion con el comisario,nos ayudó mucho a mis padres y ami cuando detuvieron a mi hermano.-
- Necesito que busque el caso de una chica de las que mi hermano...bueno ya sabe.
- Sí. Claro. Dígame su nombre.
- Laura Palácios.
- ¿Se ha puesto en contacto con usted?
- No. Pero...creo que está aqui. Creo que fue él el que le hizo eso a mi coche.
- ¿porqué lo cree?
- Porque...por... He empezado a salir con una chica. Se ha mudado aquí hace poco. Trabaja en mi empresa. Ella me contó lo que le había pasado en el pasado.
- ¿Y crees que fué una víctima de tu hermano?
- Por los detalles que ella me ha dado creo que para mi desgracia sí. Pero quiero estar seguro.
- De acuerdo. Buscaré su informe y te llamaré.
- Una cosa más. Ella no sabe nada. Pase lo que pase, no se lo diga. No quiero que se entere.
- Como usted quiera.- Cobarde. Cobarde y egoista. Pero no,no puedo perderla. Ahora no. Que hijo de...esta pesadilla no va a acabar nunca. Llego a mi apartamento,es casi de noche. Me pongo a trabajar. Necesito tener la mente ocupada. Suena el teléfono y lo cogo de inmediato.-
- ¿Sí?
- Hola. ¿Qué haces?
- Hola preciosa. ¿Ha vuelto ya tu amiga?
- Sí,está en la ducha. Pareces preocupado. ¿Estás bien?
- Sí,sí no te preocupes. Estaba trabajando un rato. ¿Nos veremos en la oficina?
- Claro. No quiero que mi jefe me despida.
- Creo que eso no pasaría...
- Me ha gustado mucho pasar el día contigo. Ha sido perfecto. Gracias.
- Sí, a mí también. Me has embrujado,Laura. Siento que no puedo estar sin tí.- Sé sin necesidad de verla que está sonriendo. Y seguro que sus mejillas están rojas. Como me gustaría verla,en este momento.-
- Sí. Y yo. Ha sido todo un poco rápido. Pero yo siento lo mismo. Siento que no hay nada que pueda pasar, para que nos separe.- Estás equivocada,mi amor. Lo pienso. Pero no se lo digo. No puedo perderla.- Bueno, te dejo trabajar,señor. Buenas noches, que descanses y no trabajes mucho.
- Buenas noches. Piensa en mí,porfavor.
- No lo dudes.- Ahora sonrío yo. Siento una sensación de pérdida, cuando cuelga. Estoy frustrado. Estoy enfadado, con mi hermano, con su perversión, con mis padres,conmigo mismo... decido subir a mi gimnasio. Necesito desfogarme. Dos horas después,bajo a darme una ducha que me deja más tranquilo. Abro una botella de vino y me sirvo una copa. Pongo música,me siento en el sofá y cierro los ojos. Recuerdo cuando era pequeño. Cuando vi a mis padres por primera vez. Lo felices que estaban. Y la cara de asco de Sebas. Creo que siempre ha pensado que me querian más a mí. O algo así. Yo quería jugar con él,aunque él fuera más grande que yo. Él siempre me decia que no, y me decia gusano. Yo lloraba. Él no me queria. No me quiso nunca. Pero yo a el sí. Yo lo adoraba,lo veneraba y lo quería con locura. Era mi hermano mayor. Cuando mi madre, me contó lo que estaba pasando. No me lo podía creer. Siempre ha sido alguien raro. Un poco solitario,con muy pocos amigos. Con gustos peculiares. Una vez, mis padres se fueron de viaje y nos quedamos solos. Cuando iva a mi habitación se habia dejado entre abierta la suya,me acerqué sin que se diera cuenta,lo vi practicando sado con su novia del instituto. Pero a ella le gustaba lo que le hacía. Gemia y le pedia más. ¿Tanto puede eso cambiar a una persona? El sonido del teléfono me hace abrir los ojos. Y sacarme de donde quiera que estubiese mis recuerdos.-
- ¿Sí?
- Buenas noches, señor Ruiz. Disculpe por la hora.-Miré el reloj,eran casi las once.-
- No se preocupe,comisario. ¿Ya sabe algo?
- Sí. Efectivamente,la señorita Palácios fue secuestrada,torturada y violada por su hermano,así consta en los informes.-Cerré los ojos y apreté los puños fuerte. Me picaba el cuero cabelludo y me escocían los ojos.- ¿Sigue ahí?
- Sí, disculpe.
- Ha sido la única chica que consiguió sobrevivir, y la única que logró escapársele. No soy idiota,Héctor. Está claro que esta señorita,te interesa. Debo advertirte, que posiblemente si tu hermano está realmente aquí...es por ella. Fué la única que consiguió sobrevivir,y para álguien como tu hermano,tan obsesivo...
- Entiendo. Ya he mandado poner seguridad para Laura.
- Con ella tenía una fijación irracional. Estaba completamente obsesionado con ella. La tuvo en el zulo 32 días. Hasta que ella en un descuido de él se escapó.
- Gracias comisario. Estaremos en contacto.
- Buenas noches.- Sentía que me hervía la sangre. Un mes estubo torturándola. Es repugnante. Horrible. Asqueroso. Me levanto y me asomo a la ventana. Las luces, el tráfico...todo parece normal. Como si nada pasase. Me vuelvo, y le doy un puñetazo a la pared. Mis nudillos sangran. Me duele. Pero no tanto como saber lo que el cabrón de mi hermano le hizo a Laura. Debo estar alerta. No puedo dejar que le pase nada. Jamás me lo perdonaría. Me acuesto en la cama. Pero no puedo dormir. Mi cama huele a ella, a su perfume. Y recuerdo como se rindió ante mí, como me lo pidió. Se entregó a mí por completo. Y el recuerdo se vuelve cada vez más nítido. Noto mi erección.-
- Joder, Laura...- No puedo pensar en ella sin que me pase. Es tan dulce. Tan divertida. Me acerco al pequeño sofá que hay en mi cuarto. Veo la camiseta que le dí para dormir. Me quito la que tengo puesta,del pijama. Y me pongo la que se puso Laura. También huele a ella. Y me duermo. Me despierto sobre saltado. Voy corriendo al salón. No hay nadie. Llamo a Laura.-
- mmm.... ¿Sí?.- Miro el despertador de la mesita. Son las siete.-
- ¿Estás bien?
- Ehh...sí. ¿Qué hora es?
- Temprano. Vuelve a dormirte. Buenos dias,preciosa.
- Buenos dias.- Seguramente volvió a dormirse. Ha sido solo una sensación. No se por que. Pero he tenido la sensación de que alguien me observaba. Compruebo la puerta. Esta cerrada. Me estaré obsesionando demasiado. Vale. Tranquilo. Relájate. Me lo digo a mi mismo. Y casi me lo creo. Me ducho me visto y cogo mi maletín de trabajo. Es muy pronto. Aún no habrá nadie en la oficina. Pero no quiero estar aquí más tiempo. Bajo al parking, y conforme voy yegando a mi plaza,veo que en mi coche hay un sobre. Con una nota. "gusano eres muy mal hermano. Quieres tener todo lo que yo tengo,todo lo que me pertenece" Hijo de puta... miré de un lado a otro,para ver si veía a alguien o algo. Pero no. Abrí el sobre y me quedé paralizado. Eran fotos. Fotos de Laura y mias. De ayer en mi casa. Besándonos. Haciendo el amor en mi habitación. De cuando yevé a Laura al hospital. Tenía que ir a la policia. Me monté en el coche y fuí a hablar con el comisario. Tuve que esperar a que yegara. Cuando entró por la puerta me levanté de un salto.-
- Señor Ruiz. Buenos dias.
- Le estaba esperando comisario.- Asintió y me hizo pasar primero. El sobre amenzaba con quemarme las manos. Ya en el despacho,mientras el comisario se sentaba,le tiré el sobre encima de la mesa.-
- Ha entrado en mi casa.- cogió el sobre leyó la nota y ojeó las fotos.-
- ¿Esta es la chica? -Asiento- ¿Quién aparte de tí tiene llaves de tu casa?
- Solo yo. Y una en casa de mis padres. Para emergencias.
- ¿Has notado algo raro?
- Esas fotos.-señalo las fotos en las que Laura y yo nos besamos.- son del sábado por la noche. La llevé a cenar a un restaurante, estas son de un día al salir del trabajo,llevé a Laura al hospital,porque un coche estubo apunto de atropellarla.-Me paro un monento, y pienso en aquel día.-
- ¿Qué coche era?
- Una furgoneta. No se que modelo,ni matrícula. Todo pasó muy rápido. ¿Cree que fue él,quién intentó atropellarla?
- Posiblemente. Me quedaré con esto. Y las mandaré a laboratorio ha haber si encuentran huellas. Héctor, estais en peligro los dos. Debes ir con cuidado. Y deberias de contarle a la señorita lo que está ocurriendo.-Cierro los ojos y aprieto los puños.-
- No puedo. No puedo decírselo.
- Pero...
- No. No se lo voy a decir.- El comisario asiente. Y yo me levanto y le extrecho la mano.-
- Gracias,comisario. Que tenga un buen día.-Salgo a la calle. Estoy mareado. Llego al coche,abro y me siento. Doy un golpe al volante.-
- ¡Mierda!.- Debo cambiar la cerradura. Llamaré a un cerrajero después del trabajo. Y Laura,tengo que saber que está bien. Llego tarde a trabajar. Ella está en su mesa, trabajando. Alza la vista,me mira y me sonríe.-
- Señorita Palácios, venga a mi despacho.- Se le cambia el gesto. Parece preocupada. Cuando pasa al despacho,cierro la puerta y la empujo fuerte contra ella. La beso. Con necesidad. Con desesperación. La necesito más que nunca. Ella me responde a los besos. Le cojo la cara entre mis manos. La beso,la acaricio...apoyo mi frente en la suya.-
- Necesito hundirme en tí...
- Ya. Ya lo veo.- Dice confusa.-
- Lo digo completamente enserio. Te necesito. Necesito hacerte mía ahora mismo. Escúchame, sal de nuevo a tu mesa. Yo saldré e iré al servicio de señoras. Espera un par de minutos y ven.
- ¿Hablas enserio? ¿Aquí?
- Sí. Aquí. Venga, sal.- Cogí un preservativo del cajón de mi mesa y me lo metí en el bolsillo del pantalón. Me quité la chaqueta, y salí fuera. La miré y ella me miró. Fuí al cuarto de baño. Cerré la puerta y esperé. Ya esta excitado solo de pensarlo. Tardó cinco o diez minutos. Para mí fué una eternidad.-
- Has tardado mucho,señorita.- La cogí de la mano y la metí en uno de los apartados. Cerré la puerta y heché el pestillo. Me abalanzé sobre ella y la besé con anhelo. Le desabroché los botones de la camisa hasta que sus hermosos y turgentes pechos quedaron expuestos para mí. Le subí el sujetador y acaricié sus pezones. Los apreté entre mis dedos,y luego los saboreé. Los mordí con descaro. No aguantaba más. Le subí la falda a la cintura, le bajé las braguitas ante su atenta mirada. Me quedé agachado, respiré su aroma y le besé el sexo. La cogí en brazos, la apoyé en la puerta del baño.-
- Enrreda tus piernas en mi cintura,preciosa.- Ella obedeció de inmediato. La penetré con fuerza. Gemimos. Fuerte. Ella más.- Chiss... nos oirán...- Me moví dentro de ella, fuerte,salvaje. Caí en la cuenta de que no me habia puesto el perservativo. Y si mal no recuerdo era la segunda vez que me olvidaba, en casa, en la ducha. Tendré que ser más cuidadoso. Seguí con mi acometidas. Una y otra vez. Entraba y salía de ella con tanta facilidad... me senté con ella en brazos en la tapadera del inodoro. Frente a frente. Le miré el rostro. Sus mejillas estaban rojas por el calor de la pasion.-
- Muévete tú,preciosa. Haz lo que quieras conmigo. Soy tuyo. Solo tuyo.- Y comenzó a mover su cintura. Me estaba volviendo loco con su ritmo hipnótico.-
- Dámelo,cariño. Dámelo ya o no aguantaré.- Y nos hundimos los dos, en silencio. La abrazé fuerte. No quería soltarla jamás...

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