Despertar

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Me despertó un rayo de luz. Abrí los ojos, y me llevó un momento acordarme de donde estaba. Estaba sola. Me levanté y me puse una camisa de Hector,mmm...olía a él, a su perfume. Y salí de la habitación. Seguí el ruido de platos y cacharros y yegué a la cocina. Ahi estaba Hector, preparando el desayuno. Me quedé embobada mirándolo,hasta que él se dió cuenta de que estaba apoyada en el quicio de la puerta.-
- Hombre, bella durmiente. Al fín se despierta, empezaba a aburrirme solo.-Sonreí y me senté en una silla en la mesa. Miré la mesa espantada.-
- ¿Qué hora es?
- Las diez.
- ¡Mierda! El trabajo...-Me levanté de un salto.-
- Tranquila. He llamado para decir que no iríamos a trabajar ninguno de los dos.
- ¿Qué has hecho qué? ¿No habrás dicho que estamos...? Bueno,lo que estemos haciendo...
- No.-Me miró con gesto serio.- Simplemente he dicho que tenía reuniones y que necesitaba a alguien conmigo. Y he dicho que te llamaría a tí.¿No quieres que se enteren de que salimos?
- Ah. Vale. No,no quiero que nadie se entere.
- ¿Te avergüenzas de mí?.- Que tontería. ¿Quién se avergonzaría de semejante hombre como Héctor?.-
- No. No Héctor, no es eso...pero eres mi jefe. No quiero ser la comidilla de la empresa, seguro que empiezan a decir lo de "ya sabemos como conseguiste el trabajo".-Arqueó las cejas y rió a carcajadas.- Oye,no te rias. Va enserio.
- Quien se atreba ha hacer ese comentario, estará automáticamente fuera de mi empresa.
- Aun así, almenos por ahora. Ya yegará el momento...
- De acuerdo. Como quieras.
- ¿Has invitado a alguien ha desayunar?
- No. Solos tu y yo.
- ¿Y todo esto?.- Señalé la mesa repleta.-
- No sabía lo que te gustaba. Así que he puesto un poco de todo.
- Con un café habría bastado.-Viene y se sienta a mi lado y me pone delante un café con leche.-
- Oye Laura...lo de anoche. Fué,para mí,fué...maravilloso.
- Sí. Para mí también. Estaba muy nerviosa cuando yegué. Pero luego...-Sonrío al recordar lo que pasó la noche anterior. Y él tambien.-
- Oye,lo que me contaste. Después. ¿Como...? ¿Como fué?
- Me cuesta mucho hablar de eso,Héctor. Y anoche ya te conté más de lo que he contado a nadie. Exceptuando a Marta.- Madre mía, Marta. Me tocará lidiar con ella más tarde.-
- Es terrible lo que me contaste. ¿Ha eso te referías cuando me pediste tiempo?.-Asiento.-
- Sí. Después de aquello no volví a mantener relaciones con nadie. Nunca.
- ¿Desde entonces?
- Desde hace siete años,sí. Y solo con aquel...desgraciado.
- ¿No habías estado con nadie antes de que te ocurriera...?
- No. Sí, es lo que estas pensando; era virgen cuando él me violó.
- ¿Y no lo denunciaste?
- Claro. Ha estado estos siete años en la cárcel. No fuí la única de la que abusó. Pero para mi desgracia,hace unas cuantas semanas que lo han dejado en libertad. Por eso me vine a Madrid con Marta. Para huir de él y de mi pasado.- Se quedó pensativo,y se le cambió la cara. Fruncía el ceño, y parecía que estubiera en otro lado.- ¿Te ecuentras bien?
- Sí. Sí es que...es mucha información. Y muy fuerte. No se como has podido vivir tu sola con ello. ¿Dijiste que era un profesor...?
- Sí. De la universidad. El profesor de biología.
- ¿Como se llama?.- No se por que tenia tanto interés. Veía sufrimiento en sus ojos.-
- No sirve de nada. No te martirizes.
- Dímelo,porfavor.
- Sebastián. Aunque todo el mundo le llama Sebas.- Su expresión cambió. Parecía como si le hubieran pegado una patada en las pelotas.-
- Héctor. ¿Qué pasa? Oye...
- Perdona. Perdóname.- Me abrazó muy fuerte. Me dieron ganas de llorar. Sentía su necesidad. Su angustia. Su rabia.-
- Héctor,mírame. Porfavor,mírame.- Cuando rompemos el abrazo y me mira,veo sus hermosos ojos de hielo,derritiéndose. Una sola lagrima, cayó por su mejilla. Sentí que me moría. No podía ver su dolor. No podía dejar que si hiciera daño,pensando en aquello. No voy a dejar que se torture.- Ven conmigo,Héctor.- Me levanto y le pido su mano. Lo veo dudar,pero alfinal me la entrega y se levanta. Lo conduzco hasta su dormitorio. Me paro en los pies de la cama. Me mira con miedo aun es los ojos.-
- Siéntate en la cama,porfavor.- Le pido. él obedece. Me quedo de pie,mirándolo. Me acerco a él despacio. Me paro entre sus piernas. Me mira con la cabeza inclinada, porque ahora yo estoy más alta que él. Le acaricio la cara. Su barba me araña. Le acaricio el pelo. Y lo beso en los labios.-
- No te tortures con esto. Olvida lo que te he contado. No pienses en ello. Mírame,Héctor. Hasta hace poco era una persona vacía. Hueca por dentro. Por eso mismo, por haberme torturado con eso. Pero tú me has salvado. Me has sacado de la oscuridad para darme luz. Lo de anoche ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Y ahora lo único que pueda pensar, es que te hundas en mí otra vez. Que me hagas tuya de nuevo. Que me beses y me abrazes tan fuerte,que me quede sin aire. Necesito tus labios en mis pechos, mi piel necesita sentir el calor de la tuya...-Le voy susurrando al oido con voz sensual y el responde de inmediato. Veo como su erepción crece através de la tela de su pijama. Sigue mirándome del mismo modo. Me retiro despacio, y voy hasta la mesita que él abrió anoche,abro el cajón y saco un perservativo. Vuelvo donde estaba y lo dejo a su lado,como hizo él. Está paralizado. Pero yo no me rindo. Me levanto su camiseta, y me la quito. No tengo nada más debajo. Estoy completamente desnuda. Retrocedo unos pasos,para que pueda verme bien. Ahora sus ojos si cambian. El deseo esta en él de nuevo. Lo veo tragar saliva.-
- ¿Te gusta lo que ves?
- Sí.
- ¿Quieres hacerme tuya?
- Sí.- Me vuelvo a acercar, me abraza y acerca su rostro a mi vientre. Le acaricio el pelo una vez más, y me muevo para quitarle la camiseta. Le cojo la mano para que se levante,y le bajo los pantalones. Él también se ha olvidado la ropa interior. Vuelvo ha hacer que se siente. Y simplemente, le doy el perservativo para que se lo ponga. Él lo abre con la boca, se lo pone y me mira. Me acerco a él otra vez y me siento ahorcajadas. Gemimos. Me acaricia la espalda,yo me agarro a su cuello.-
- Te necesito,Héctor.-Mi moreno gime. Lo hacemos despacio, sin prisas. Dulce pero apasionado.-
- Prométeme que pase lo que pase no me abandonarás nunca, Laura.- Lo miro y gimo de placer.- Prométemelo.
- Te lo prometo. Siempre seré tuya. Solo tuya.- Ahora es él quien gime de placer. Se levanta conmigo en brazos, y me hecha en la cama sin salir de mí. Y ahora si nos dejamos llevar por la pasión, como anoche. Fuerte y salvaje. Gimo, lo beso, lo acaricio.-
- Vamos, cariño...ríndete...- Y sus palabras me llevan, gimo y le muerdo el hombro. Y él gime. Y nos dejamos ir juntos. Nos quedamos así, abrazados. Siento su respiración, y poco a poco se calma.-
- ¿Qué son estas pequeñas marcas,varicela? .- Me acaricia alrededor del pecho,las quemaduras de cigarrillo...-Niego con la cabeza. Frunce el ceño. No lo va a dejar correr.-
- Quemaduras de cigarrillo.-Sus ojos se oscurecen, y se incorpora. Se sienta de espaldas a mí. Me levanto y le abrazo por la espalda.-
- No lo hagas,no hagas esto,Héctor. Porfavor.
- Lo se. Perdona. Soy un egoista. Te agradezco la confianza que has depositado en mí. No debe a ver sido fácil para ti.
- Ahora contigo,todo está olvidado. Tu haces que me olvide de todo.
- ¿Te apetece una ducha compartida? .-Asiento y sonrío. Vamos desnudos hasta el cuarto de baño,que es precioso y enorme. La ducha me parece desproporcionada... entro y dejo que el agua caliente resbale por mi cuerpo. Me froto con las manos. Y me siento tan relajada. Tan en paz conmigo misma...Siento entrar en la ducha a Héctor aunque tengo los ojos cerrados por el placer del agua caliente. Los abro y siento que me quema su mirada. ¿Otra vez? Me mira otra vez de esa forma tan peculiar...Se mete debajo del grifo conmigo y empieza a mojarse el también. Es perturbador,verlo mojándose,ver las gotas resbalando por su pecho firme. Miro más abajo. Ahí está otra vez. Lo miro y sonrío. Sonríe.-
- Enrreda tus piernas en mi cintura. Agárrate fuerte,cariño.- Me coje en brazos, enrredo las piernas en su cintura y me agarro fuerte a su cuello. Me penetra de golpe. Lo hacemos salvaje,fuerte,duro como a nosotros nos gusta. Me siento eshausta. No puedo más. Todos mis musculos estan tensos.-
- Oh, Héctor no aguanto más cariño.- Y una vez más nos dejamos ir juntos...

Secretos Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora