Acoso

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Me desperté sobresaltada. Había tenido una pesadilla. Otra vez. ¿Porqué? Me levanté de la cama, Héctor dormía plácidamente. Me preparé un café y cogí el correo. Me sorprendió que hubiera una carta para mí,ya que aún no había cambiado la dirección. No tenía remitente. La abrí nerviosa. Y ví una foto mía,de la noche del accidente de Héctor. En la cena de la empresa. Le dí la vuelta. Estaba escrita por detrás.
{ Pequeña Laura,tan preciosa como siempre. Pero mucho mejor en ropa interior,y las manos atadas al frente. Siempre tuyo.}
Mierda. Temblé. Sabía quien era el remite. Estaba segura de que era el profesor. Estaba asustada. Me encendí un cigarro. Oí unos pasos y me metí la carta por dentro de la bata en la cintura.-
- Buenos dias,princesa.
- Buenos dias,Héctor. ¿Necesitas algo?
- No. ¿Porqué?
- Por que voy a ir de compras con Marta. Si te parece bien...
- Laura,no tienes que pedirme permiso. Vé con tu amiga. Y divertios.
- Gracias.- Pedí un taxi y me vestí. Metí el sobre en el bolso y salí. Le dí un beso a Héctor.- Volveré pronto,si necesitas algo,llámame.- Fuí al apartamento de Marta. Hasta hace poco,también el mío. Llamé al portero. Marta se sorprendió de que fuera yo. Subí en el ascensor. Cuando salí ya estaba esperándome en la puerta.-
- ¿Ba todo bien?.- Yo no pude contestar,porque el nudo que tenía en la garganta amenazaba con ahogarme. Y simplemente lloré. Me abrazó y me metió en la casa. Parecía igual que cuando yo estaba. Hechaba demenos el apartamento.- ¿Qué te pasa,Lauri? ¿Has discutido con Héctor?.-negué con la cabeza. Cogí el bolso y le dí la carta. La cogió y vió la foto,pareció sorprendida.-
- Dale la vuelta.- Le dio la vuelta y empezó a leer. Cuando terminó,me miró. Yo seguía llorando.-
- Vale, es raro. Muy raro. Pero no tiene por que ser el que tú te imaginas.-Qué bien me conoce.-
- ¿Quién si no?
- Pues cualquier chico de la fiesta. Laura, eres una chica joven y guapa. Los hombres se fijan en tí. La verdad es que es raro,yo no intentaría ligar de este modo. Pero no te pongas en lo peor. ¿Y Héctor que dice?
- No le he dicho nada.
- ¿Y porqué no?
- No quiero meterlo en todo esto.
- No sabes que es esto, Lauri. ¿Tú quien crees que es?
- Creo que el profesor.
- Pero puede ser cualquiera. Deja tu pasado atrás. Olvida lo que te hizo. Olvida qué existe. Y ahora me voy a vestir, y vamos a ir a la policía. No porque sea el profesor, si no porque puede ser cualquiera. Álguien de la oficina. Álguien que no conozcamos de nada. Y quién sea te está acosando. Te está mandando esta carta a tu propia casa. Tenemos que ir,Lauri.-Asentí y me acompañó a la comisaría. Allí nos atendió un policia un poco torpe. Le contamos lo ocurrido. Pusimos la denuncia. Y se quedaron con la foto. El resto del día estube mal. No me sentía bien. Llegué a casa con mala cara. Héctor estaba en el sofá,con el portátil.-
- Hola,¿como estás?
- Yo bien. ¿Y tú? tienes mala cara...¿Te encuentras bien?
- No muy bien la verdad. Estoy un poco mareada. Y cansada.
- ¿Quieres que llame al médico?
- No. No es para tanto.- En ese momento, me dió una arcada y salí corriendo hasta el baño. Me hinqué de rodillas en la taza del inodoro y vomité durante un largo rato. Héctor vino detrás de mí.-
- Vete,Héctor. No tienes porque ver esto.
- No seas tonta,Laura. ¿Te encuentras mejor?.-Me incorporé y me enjuagué la boca en el lavavo.-
- No del todo. Voy a ir acostarme.
- ¿De verdad no quieres que venga el médico?
- No. Solo quiero descansar. Me costó dormirme. Todo me daba vueltas. No paraba de pensar en lo que estaba pasando. ¿Seríq verdad lo que decía Marta? ¿me estaría obsesionando con lo que me pasó? Desde que empezé con Héctor, estoy bien. He superado todas las barreras,incluidas las de las relaciones sexuales. Y otra muy importante,la confianza. Cuando me pasó aquello dejé de confiar en la gente. No podía. Pensaba que todo el mundo me haría daño. Pero con Héctor,no. Confío en él ciegamente. Él ha roto todas esa barreras absurdas que yo me puse. Todo empezaba a irme bien. Empezaba a ser feliz. ¿Porqué ahora? ¿Acaso no merecía ser feliz? Tuve pesadillas con él. Me desperté de golpe y gritando.-
- ¡No me pegues más!
- Laura, tranquila. Soy yo. Eh, mírame,soy Héctor. Tranquila,cariño. Soy yo. Ven,cariño...- Héctor me abrazó en la cama. Yo lloraba y lloraba y no podía parar.- ¿Era una pesadilla?
- Sí.
- ¿Me la quieres contar?
- No.
- ¿Te encuentras mejor? Venía a avisarte de que la cena ya está lista.
- ¿Qué hora es?
- Casi las diez.
- He dormido mucho.
- Marta te ha llamado. Le he dicho que estabas enferma y que estabas acostada. Ven, tienes que comer algo.- Cenamos en silencio. Yo apenas pude comer nada.-
- Mañana tengo que ir al hospital. Con suerte me quitarán el yeso.
- Bien. Te acompañaré. Y tendrás que hacer rehabilitación si te quitan el yeso. ¿Lo sabes,no?
- Sí. Lo haré. Haré lo que haga falta.- Eso me pareció que lo dijo en otro sentido. Pero no dije nada,asentí.-
- Bien. Me alegra oirte decir eso.
- ¿No estás mejor? Casi no has comido.
- Sí estoy bien. Ya se me ha pasado. Pero no tengo mucha hambre.
- Pues yo tengo mucha hambre.-miró su plato vacío.-
- ¿Más?
- Mucho más. Pero no de comida.-Sonreí y dí gracias por tener a mi lado a un hombre tan maravilloso. Un poco complicado,cabezón y gruñón. Pero no se que haría sin él. Vimos la tele un rato. Luego nos fuimos al dormitorio. Nos quitamos la ropa. Y Héctor me abrazó. Sentí su cuerpo desnudo pegado al mío. Su calidez. Y me sentí en casa. Ese era mi hogar,su cuerpo,sus brazos. Era todo cuanto necesitaba para ser feliz. Pero no podía. Mi cabeza estaba en otro sitio. Donde no debía. Héctor me susurraba una y otra vez mientras me enbestía con fuerza.-
- Déjate ir. Vamos,amor déjate ir.- Sentí las convulsiones del orgarmsmo de él. Y me sentí mal por no haber podido darle lo que él quería.-
- ¿Laura?
- ¿Sí?
- ¿Tú me quieres?
- Pues claro que te quiero.
- ¿No te arrepientes de haber venido a vivir conmigo?
- No. Por supuesto que no. ¿Porqué lo piensas?
- No sé...
- ¿Es por lo que acaba de pasar?
- Puede... ¿aún me deseas?
- oh,Héctor...por supuesto que te deseo. No he deseado nunca ha nadie como a tí.
- ¿Con quién soñabas?.-Guardé silencio.- Laura, dijistes " no me pegues más", ¿a quién se lo decias?
- Héctor, prefiero no hablar de eso. Me duele. Me hace daño y no quiero llenarte la cabeza con la mierda de mi pasado.
- Pero yo lo quiero todo de tí,incluido tu pasado.
- No puedo.
- De acuerdo. Espero que algún día tengas suficiente confianza en mí como para contármelo.
- Ese no es el problema. Confío ciegamente en tí,Héctor,pero pensar en aquello me duele,me hace estar mal y no quiero eso. Quiero ser feliz,contigo. No quiero enturbíar nuestra relación.-Lo miré de reojo y lo ví haciendo un gesto de dolor. Como si le doliera lo que le estaba diciendo.-
- Vale.Tranquila,duérmete pequeña.- Y me dormí en sus brazos, en mi hogar. Nos levantamos pronto,para ir al hospital, y a Héctor le quitaron el yeso. Tendría que empezar la rehabilitación cuanto antes, aún cojea y tiene que ayudarse con la muleta. De camino a casa recibo un mensaje de texto: "Esa faldita azul te queda de miedo. Pobre Héctor,ser él el que te hace el amor, pero que sea mi cara,mi cuerpo y mis manos las que te hagan gemir"
Mierda. Nos tiene que estar siguiendo, llevo esa falda. Paro un taxi y subimos. Doy la dirección de casa. Estoy asustada y nerviosa. Y Héctor lo nota.-
- ¿Qué te pasa? Estás muy rara.
- Nada. No pasa nada.- Él me miró con un gesto raro. Quién sea sabe que estoy con Héctor. Que vivo con él en su apartamento. Marta dirá lo que quiera, pero yo se que es él. Llegamos a casa y cogo el correo.-
- Voy a cambiarme de ropa.
- Bien.- Héctor se va y yo me siento en el sofá. Otra carta sin remite. Joder. La abro y hay otra foto. Esta es de hace más tiempo. Es de la primera noche que pasé con Héctor en su apartamento. La primera vez que...un momento, ¿Quién hizo las fotos? Solo estabamos nosotros dos. No puede ser. Esto es muy raro. Muy raro. Me meto la carta en el bolso y Héctor vuelve.-
- ¿Quieres que hagamos algo juntos esta tarde? Podríamos ir al cine, o a cenar,¿qué me dices?
- No se, Héctor. Había quedado con Marta.
- Ah. Bueno no pasa nada. Mañana. Yo aprovecharé para ir a ver a mis padres.
- Muy bien. Voy a darme una ducha.- Me fuí hacia el dormitorio. Me desnudé y me metí en la ducha. El agua caliente me empezaba a destensar los músculos,cuando sentí los brazos de Héctor por mi vientre. Me volví y nos miramos. Empezó a acariciarme los pechos, ha besarme el cuello. Ya podía sentir su erección en mi trasero.-
- Te amo, Laura. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.- Me doy la vuelta,lo miro y no puedo evitar que se me salten las lágrimas.-
- Yo también te amo,Héctor.- Nos besamos con fuerza. Con pasión. Empiezo a notar que nuestros cuerpos arden. Somos todo bocas y manos. Él me aprieta el trasero con sus manos, y yo le cojo del pelo de la nuca y le estiro fuerte mientras nos besamos con auténtica necesidad.-
- Enrrosca las piernas en mi cintura,mi amor.- Me coge en brazos y me penetra fuerte. Lo hacemos fuerte, duro,salvaje como a nosotros nos gusta.- Venga mi vida,dame tu placer. Dámelo ya.- Y esta vez,sí. Con un grave gemido me dejo ir en cuanto Héctor me lo ordena. Héctor. Mi Héctor. Por la tarde quedo con Marta para ir a tomar un café. Y le enseño el mensaje. Y ella silva.-
- Joder,Lauri... ¿Qué vas hacer?
- Había pensado llevarlo a la policía. Esto está empezando a alterarme demasiado. Y Héctor sabe que está pasando algo.
- Te dije que deberias contárselo.
- Por ahora prefiero no hacerlo.
- Tú sabrás,Lauri. Pero esto es acoso en toda regla. Os debe de haber seguido al hospital,por el amor de Dios.
- Lo sé. Por eso ahora voy a ir a comisaría. Pero es que aún hay más.
- ¿Más? .-Asiento y saco del bolso la carta. Se la tiendo.- Ábrela con cuidado, son fotos íntimas.- Marta me mira como si no me entendiera. Al abrirla y verlo, se sorprende.-
- ¿Y esto? Sois tú y Héctor. Madre mía, Laura. Quién fuera tuvo que estar dentro del apartamento.
- No son de ahora.
- ¿Como que no son de ahora?
- Qué son de la primera noche que pasamos juntos.
- Joder. Quién sea es peligroso,Laura. Cuéntaselo a Héctor.
- No. Por ahora no. Porfavor,prométeme que no le contarás nada.
- Deberias hacerlo tú. No seré yo quién lo haga,puedes estar tranquila.- Marta volvió acompañarme a comisaría. La policía decía que lo estaba investigando,pero que era complicado dar con la persona que lo estaba haciendo. Que cuando supieran algo,se pondrían en contacto conmigo. Volví al apartamento y Marta vino conmigo. Héctor estaba trabajando con el portátil cuando yegamos.-
- Hola,¿qué tal?
- Hola preciosa.
- Gracias,jefe.
- Se lo decía a Laura, pero tú eres muy guapa tambien.- Nos reimos. Marta estaba como un zencerro. La invité a cenar. A ella y a Marcos. Que vino después. Lo pasamos bien. Se fueron pronto,creo que me imagino por qué.Marta había estado toda la noche manuseando por debajo de la mesa al pobre Marcos, que no sabía donde meterse. Empezé a recoger los vasos de las copas y Héctor me ayudó.-
- ¿Que tal en casa de tus padres?
- Bien. Mi madre se ha sentido decepcionada cuando he yegado solo. Sin tí. Deja eso. Mañana lo limpiará Diana.- Entonces recordé la noche de nochebuena en casa de los padres de Héctor. La foto del profesor. ¿Porqué tendrian una foto de él? ¿Y sí Héctor y él se conocieran? No. Héctor no lo conoce. Se lo conté, lo que el profesor me hizo. Le dije el nombre. Si lo hubiera conocido,me lo hubiera dicho. ¿Oh, no? Aquella noche me fuí a la cama antes que Héctor. Y cuando se metió en la cama y empezó a tocarme,me hice la dormida. No puede ser,Laura. Estas dudando de él. ¿Acaso no confiaba ciegamente en él? ¿Porqué dudaba? ¿Me había dado motivos? Por la mañana recibí otra carta. Era una foto de dos niños. El más pequeño sería de unos siete u ocho años, y estoy segura de que era Héctor. El otro chico, tendría unos catorce o quince años. Y su mirada me daba escalofrío. Volví la foto para ver si había algo escrito. No había nada. ¿Qué coño...? No entendía nada. Todo esto no tenía sentido. ¿Qué tenía en común Héctor y ese niño? ¿Y con el profesor?
¿Porqué tenian los padres de Héctor una foto de él?

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