Ahogar las penas

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Héctor no estaba bien. Yo lo intuía. Por la noche cuando lo llamé, esta mañana cuando me llamó tan temprano,solo para preguntarme si estaba bien. Y lo de esta mañana en su despacho,y en el baño. Nada de esto tiene sentido. ¿Qué le ocurre? No puedo concentrarme en el trabajo. Y menos sabiendo que lo tengo en frente. Llegó la hora de comer y decidí pedirle ir juntos. Así almenos intentaría sacarle algo de lo que lo tiene tan preocupado.-
- Es la hora de comer.-Interrumpí en su despacho.-
- Vale. Vete cuando quieras no tienes que preguntar.
- En realidad, venía a ver si querias que comieramos juntos.-Me avergonzé y seguro que pareceria heidi, odiaba cuando se me subian los colores.-
- Me encantaria,pero no puedo. Tengo mucho trabajo. Y además no tengo mucha hambre.
- Ah,vale. Adios.-Me sentí decepcionada. Sabia que lo del trabajo era una escusa. Para no ir conmigo a comer. ¿Pero porqué? ¿Qué le hecho? Estaba enfadada. Después de lo que hicimos esta mañana...¿Acaso seré solo eso para él? ¿Lo que me dice cuando hacemos el amor, es cierto o son solo palabras para el momento? ¿Y si solo se reduce al sexo? Oh, este hombre es exasperante. Cuanto más lo pienso,más me cabreo. Decido tampoco ir a comer. Voy a la maquina de café, que está en el pasillo, y veo a un hombre alto,fuerte de unos treinta y tantos,a lo mucho cuarenta años. Parece un tipo duro. Se para en el despacho de Héctor. Llama y entra. Estoy pendiente de cuando salga. Lleva treinta minutos ya. Porfin sale. Héctor sale,me mira. El hombre también me mira. Me mira como si me conociera. ¿Quién es? Héctor lo acompaña hasta el ascensor,se dan la mano, y el se va. Vuelve, se hacerca a mi me mesa.-
- ¿Ya has vuelto de comer?
- No he ido.
- ¿Porqué?
- Por que no.-Me ha salido así. Él me frunce el ceño pero no dice nada. Se encamina de vuelta a su despacho.-
- Héctor.-Se vuelve.- ¿Quién era ese hombre?
- Un cliente.-Asiento,pero no se lo cree ni él. ¿Porqué me miente? ¿Qué me oculta? Empezamos bien. A las cinco,presento el proyecto. Le ha encantado. Estan muy contentos con mi trabajo. Y me puedo marchar a casa. Marta me guiña un ojo. Estoy contenta. Y decido con Marta salir a celebrarlo. Voy al despacho de Héctor.-
- Hola. ¿Puedo pasar?
- Claro. Dime.
- Acabo de presentar el proyecto. Les ha encantado. Y lo van a utilizar para la campaña de navidad.
- Enhorabuena. Me alegro mucho. Tienes una mente brillante.
- He hablado con Marta y vamos a tomar unas cerbezas para celebrarlo. ¿Te vienes?
- No. No puedo.- Ahí está otra vez don estirado.-
- Porfavor,me haria mucha ilusión.
- Ya te he dicho que no puedo. Te llamaré esta noche. Ve con cuidado.- Me levanté de la silla y lo fulminé con la mirada.-
- Pues vale.- Estaba furiosa. Muy pero que muy enfadada. Recogí mis cosas y me fuí en busca de marta. Fuimos a un bar cercano, con Marcos y con el otro chico...Javier. Perdí la cuenta de las jarras de cerbeza que nos bebimos. A las diez, nos marchamos y fuimos al garito de un amigo de Marcos. Bebimos chupitos como si no hubiera un mañana. Me da vergüenza reconocerlo,pero estaba jodidamente borracha. Pero que muy borracha. Se me trababa la lengua. Se me nubla la vista y empezaba a ver doble. Pero seguía bailando con Marta en la pista como si me fuera la vida en ello. Me sonó el móvil. Era Héctor. Lo volví a meter en el bolsillo. Ahora soy yo la que no quiere hablar contigo. Pensé. La música me atronaba los oidos. Me acerqué a Marta.-
- Oye,creo que me voy a ir a casa. Estoy muy borracha.
- Venga,Lauri un rato más. Luego nos vamos juntas.
- Vale. Voy al baño.- Me costó horrores yegar a la otra punta de la pista. Madre mía que pedo llevaba. En el baño, se me pareció oir la voz de Héctor. Dios mío. Estoy muy pedo. Y otra vez. ¿Pero que coño? Cogí el móvil de el bolsillo de la chaqueta y ví que llevaba siete minutos en una llamada. Mierda el teléfono es táctil,al meterlo en el bolsillo habrá cogido la llamada solo.-
- ¿Sí?
- ¿Donde narices estás,Laura?
- Celebrando...no me acuerdo de que exaaaactameente pero...-Vergüenza ajena me da recordarlo.-
- ¿Donde y con quién?
- No lo se...un garito. Estoy con Marta,su folla amigo y otro chico muy mono. No recuerdo su nombre...
- No te muevas de donde estés. Voy a buscarte.
- No es necesario. ¿Héctor? ¿me ha colgado? cretino...- Terminé de hacer pís y al salir en la barra estaba el amigo de Marcos. Con un gín tonic para mí. Tenia mucha sed,me lo bebí casi de un golpe.-
- Joder, tía.-Sonreí. Le dije a modo de explicación que tenia sed.- ¿Quieres bailar?
- Claaaroo.- Y fuí a la pista. Estábamos bailando,cuando quise darme cuenta tenía a Héctor fulminándome con la mirada. El chico se quedó pasmado,como yo. Encontrarte a tu jefe,así es lo que tiene. Que acojona. Más cuando estás borracho y bailando con su amante. O folla amiga, como Marta y Marcos. Quizás ni sea eso para el,pensé.-
- Vámonos a casa,Laura.
- No quiero.- Tensó la mandíbula y frunció el ceño. Estaba enfadado. Parecía muy enfadado. Recordé que yo también lo estaba.-
- Laura no te lo voy a volver a repetir. Vámonos.
- Yo no me voy contigo a ningún sitio,don estirado...- Apareció Marta y Marcos. Se sorprendieron al ver al jefe allí. Reclamándome. Ni que fuera un trofeo.-
- ¿Quieres comportante como una niña pequeña? Pues así te trataré. Despídete.- Me cogió en brazos y me cargó en un hombro. Pataleé pero no me sirvió de nada,francamente. Era una batalla perdida.-
- Bájame,Héctor.
- ¿Para qué, para volver a la pista a bailar con ese pipiolo?.- Me reí escandalosamente. Me hizo gracia lo de pipiolo.-
- No es asunto tuyo.
- Ah,¿no? Pues hasta ayer me dijiste que eras mía. Bonita manera de demostrarlo.- Estaba celoso.-
- Igual que tu ¿no? Esta mañana me has hechado un polvo y a la media hora me estabas ignorando. Me mientes y me ocultas cosas. Y te recuerdo, que yo quería celebrar contigo,pero tu te negaste. Lo mismo que te negaste a salir a comer conmigo. No tienes nada que reprocharme. Ya me has dejado bien claro que lo único que quieres de mi es eso. Sexo. Pues ya está, tengamos todo el sexo que quieras. Pero no vengas a reprocharme nada.- Eso le dolió. Me soltó en el suelo. Al lado de su coche y me miró espantado.-
- ¿Eso es lo que piensas? ¿Qué solo te quiero por el sexo?
- Lo has dejado muy claro. Pero tranquilo. Te voy a dar todo el sexo que quieras.- Y me lanzé a su bragueta. Le toqué por encima de la ropa, y muy a mi pesar, me restregué contra él,en plena calle. Por suerte era de madrugada y no había nadie.-
- Estate quieta,Laura. Para.- Me agaché e intenté desabrocharle los pantalones. Se lo que intentaba hacerle. Pero él no se dejó. Se apartó.- Sube al coche. Ahora. Y no se porqué pero le hice caso. Me dormí en el coche. O igual caí en coma etilíco. Quien sabe. Me desperté en una cama que no era la mía. Me dí cuenta que estaba en cama de Héctor. Pero él no estaba. Debía de ser tarde. Entraba mucha luz. Me dolía la cabeza como si se me fuera a caer del cuerpo. Me levanté y perdí el equilibrio. Me mareé un poco. Tenia puesta una camiseta de Héctor. Salí y estaba sentado en la cocina con el ordenador. Me miró como si fuera mi padre y fuera a reñirme por mi comportamiento. Me sentí avergonzada. Madre mía si hubiera podido salir corriendo lo hubiera hecho.-
- ¿Qué hago aquí?
- Yo te traje. Para que durmieras la borrachera. He llamado a tu amiga para que diga que estás mala en el trabajo.-Asentí. Me cogí las manos nerviosa.- ¿Como te encuentras?
- Mal. Pero supongo que me lo merezco.
- Sí. Supones bien. Toma.- Me dió un frasco de pastillas. Era ibuprofeno. Fuí a por un vaso de agua,y me las tomé.-
- ¿Hice mucho el ridículo?
- Sí. Bastante. Si te hubiera dejado, me hubieras practicado sexo oral en plena calle.- Tierra trágame. Y no me escupas nunca.-
- Lo siento.
- ¿Lo sientes? Te ví bailando y refregándote con otro tio, Laura.
- No me frotaba. Solo bailaba.- Vuelve a fulminarme con la mirada.- Lo siento. Nose que me pasó.
- Siéntate, te prepararé algo de comer.
- No. No quiero comer nada.
- ¿Zumo?.- Asentí. Me senté y me trajo un vaso con zumo de naranja. Le dí un sorbo, y estaba fresquito. Me sentó bien. Me miraba. No paraba de mirarme.-
- ¿Me perdonarás?
- Sabes perfectamente que sí. Pero espero porfavor que no se vuelva a repetir. Fue muy desagradable. ¡Y me llamaste don estirado! .- Me reí. Y me arrepentí al momento.-
- Perdón. Perdón. No voy a justificarlo. Pero estaba mal. Me sentí mal. Quise celebrar contigo lo del proyecto,y no quisiste. Y quise comer contigo y también te negaste. Pensé que solo soy sexo para tí. Y me desmadré. Quise ahogar las penas en alcóhol.
- Y las ahogaste. Por supuesto que las ahogaste.
- Sí. No hice bien. Ya lo sé. Bueno,voy a vestirme.- Me puse mi ropa. Me lavé la cara. Me peiné y salí del dormitorio. Héctor estaba sentado en el mismo sitio donde estaba antes.-
- Gracias por ir a buscarme. Y gracias por dejar que me quedara aquí.
- Denada.- Fuí hacia la puerta.-
- espera. No te vayas. Quédate.- se acercó a mí y me miró a los ojos.- ¿Sabes lo que más me molestó?.-n
Negué con la cabeza.- Que me dijeras que solo te quiero por el sexo.- Empezé a llorar.-
- Es que lo pensaba de verdad.- él me cogió la mano me atrajo hacia él y me abrazó.-
- No pienses eso. No es solo sexo. Me gustas de verdad, Laura. No quiero solo sexo. Contigo no.- Nos abrazamos durante un buen rato hasta que me calmé. Comimos en su terraza,hacia un día increible para estar en el mes de diciembre. Me vino el recuerdo, de que mañana haría cinco años de la muerte de mi madre.
- ¿En qué piensas?
- Mañana es el aniversario de la muerte de mi madre. Lo había olvidado.
- Vaya. Lo siento. Oye, ¿quieres salir a cenar,al cine...?
- Has dicho en el trabajo que estaba enferma.
- Ah. Si,es cierto. ¿Quieres quedarte esta noche?
- No se. Es que...me gustaría ducharme y cambiarme de ropa.
- Bueno,puedo llevarte a casa. Coger ropa, y quedarte aquí.
- Vale.- Me llevó a casa cogí la ropa para el trabajo del día siguiente. Mi bolsa de aseo,con desodorante,maquillaje...todas esas cosas. Iva a coger el pijama. Pero me gustaba usar sus camisas. No lo hice. Cenamos tranquilamente y nos acostamos pronto. Aquella noche no hubo sexo. Solo dormimos abrazados...

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