Vuelvo a estar en el mismo sitio. No puedo ver nada. Pero huelo a humedad, sin duda estoy en el mismo sitio. Intento romper la cuerda que me ata las manos en una punta,que encontrado en la pared. Escucho pasos. Paro y me tumbo en el suelo. Me hago la dormida para que no me yeve a la habitación del cuero. La puerta se abre y alguien entra. Se que esta aquí. Huelo a tabaco y whisky. Puedo notarlo cerca de mí.
- ¿Duermes,Laurita? Te he traido comida, vamos tienes que comer.- Me levanta y me deja sentada con la espalda descansando en la pared.-
- ¿Porqué me hace esto profesor?
- Porque lo necesito. Necesito esto.
- Pero yo no. Hágalo con alguien como usted. Pero dejeme a mí. Deje que me vaya profesor,le prometo que no le diré nada a nadie.
- Chiss...tranquila,no te asustes. Ahora no,pero terminarás enamorandote de mí. Con el tiempo me aceptarás.
- No. Nunca.
- No me hagas enfadar, o te castigaré.
- ¿Más? No creo que pueda hacerme más daño del que ya me ha hecho.- Me equivocaba. Sí que podía hacerme más daño. Me volvió a llevar a la habitación. Me volvió a pegar. Con varas. Con látigos. No estoy segura. Cuando pensaba que ya había terminado,se encendió un cigarrillo. Recuerdo el olor. La primera vez que me quemó,no me lo esperaba. Las otras veces sí. También me quemaba con una vela. Derramaba la cera en mi cuerpo. Me dolía. Pero no tanto como los latigazos y lo que iva después. Eso sin duda era lo peor. Volvió a coger un latigo o algo por el estilo. Y de espaldas a mi, comenzó de nuevo la tortura. Esta vez lo sentía más fuerte. Más doloroso. Sentía mi espalda húmeda. Sentía como el líquido resbalaba. Era sangre.
Volvió a hundirse en mí. Deseé morirme y dejar de sufrir. Cuando acabó. Me quitó la venda de los ojos. Lo miré y le escupí. Me dio un puñetazo y me desmayé. Me despierto híperventilando. Dios mío. Otra vez. Pero no es su cara. Es la de Héctor. Lloro y me voy a la ducha. Me visto y voy a desayunar.-
- Hola,Lauri buenos dias. Te he preparado el café.
- Gracias.- Me siento en la barra y mi amiga me mira atenta.-
- Tienes mala cara. ¿Estás bien?
- Ehh...sí. No te preocupes.
- ¿Te duele el tobillo?
- Un poco pero menos que ayer.
- ¿Has vuelto a tener pesadillas? .- Asiento.-
- Cariño...tranquila. Cuando estés preparada estaré aquí para tí. No quiero agobiarte. Pero sabes que me preocupo por tí. Te quiero mucho y quiero que estés bien.
- Lo se no te preocupes. Estás muy guapa, ¿vas a salir?. Sonríe de oreja a oreja.-
- Bueno he quedado con Marcos. Me ha invitado a pasar el fín de semana en una casa que tiene en las afueras. Pero puedo quedarme y dejarlo para otro fín de semana.
- No. No porfavor. Ve y diviértete. Yo estaré bien.
- ¿Seguro? No me importa...
- No, de verdad. Vé con él.
- Vale. Voy a por mi bolsa.- Marta va su dormitorio y vuelve con una bolsa deportiva. Me besa y me abraza fuerte antes de irse.- Llámame si necesitas algo,porfavor.
- Que sí, pesada. Vete tranquila, si te necesito te llamaré.- Me quedo sola. Me siento en el sofá, me tapo con una manta y me quedo tumbada. No paro de darle vueltas. ¿Porqué empiezo a recordar justo ahora? ¿Porqué veo la cara de Héctor en vez de la de él? Siento un dolor en el pecho que me deja sin aliento. El pasado se niega a irse. Y yo ya no tengo fuerzas. Me duermo. Nose cuanto rato he dormido. Debe de ser bastante. Me despiertan unos golpes en la puerta. Alguien la golpea fuerte. Voy en silencio. Me asomo por la mirilla y es Héctor. Dudo si dejarlo pasar o no. Después de mi sueño...si no le habro es capaz de tirar la puerta abajo.-
- Gracias a Dios,porfín abres.
- ¿Qué haces aquí, Héctor?
- Te he mandado mensajes y no contestabas. Te he llamado y tampoco. Estaba preocupado.
- Lo siento. Me he quedado dormida en el sofá y me dejé el teléfono en el dormitorio.
- ¿Puedo pasar? .- Dudo y estoy tentada de decirle que no. Pero le dejo pasar.- ¿Estás sola? ¿Qué tal tu tobillo?
- Mejor gracias. Si,estoy sola marta se ha ido con un amigo. Siéntate si quieres. ¿Quieres tomar algo?
- No gracias.- Se sienta en el extremo del sofá. A mi lado.- Tienes mala cara, ¿te encuentras bien?
- Sí. Es solo que no he dormido bien.
- Ah. Vale.- Me mira, nos miramos sin decir nada.- ¿Qué quisistes decir anoche con el mensaje?.- Sé a lo que se refiere. Pero no quiero contarle todo.-
- Sí fueras listo,te alejarias. Conmigo estarás perdiendo el tiempo. Yo no puedo hacerte feliz. Y deberias olvidarte de mí.
- Pero,¿porqué dices eso? Intento entenderte, pero no lo consigo. No puedo alejarme. Desde que te ví en el ascensor me has dejado hechizado...siento una atracción muy fuerte cuando estoy contigo. Y se que tú tambien lo sientes.
- No. Yo no.-Miento.-
- No puedes engañar a tus ojos, y tu cuerpo me llama y me incita a besarte. A tocarte, acariciarte. Y poseerte una y otra vez hasta quedar sin aliento.- Me siento incómoda. Me levanto y voy a la cocina y bebo agua.- Sé que tu sientes lo mismo que yo. Pero te empeñas en alejarte. Y no se por qué.
- No puedo.
- ¿No puedes qué,Laura? Dilo. Dilo de una vez.- Yo niego con la cabeza.-
- No puedo contártelo. No estoy preparada.
- Contarme ¿el qué? Dilo. Maldita sea.
- No puedo,lo siento pero no puedo.- Enpiezo a llorar y a temblar y se me cae el vaso de agua. Héctor viene hasta donde yo estoy. Me coge en brazos y me lleva al sofá, voy descalza y el vaso se ha hecho añicos. Él vuelve y recoge los cristales.-
- No se que será lo que me ocultas. O lo que no quieres contarme. Está bien. Me aguantaré. Esperaré a que tú decidas contármelo. Pero porfavor,no me pidas que me aleje. Porque no puedo.- Vuelve al sofá. Y estirazo el brazo. Le toco la mejilla con la palma de la mano y él responde a la caricia pegando la cara en mi mano. Se acerca. Nos miramos y nos besamos. Al principio es un beso dulce y tierno. A medida que seguimos besándonos, se convierte en "más". Nos besamos con fuerza, con deseo, con desperación. Muy despacio me tumba en el sofá. Me acaricia la cara, y pasa el pulgar por mi labio. Vuelve a besarme otra vez. Con anhelo. Con deseo. Creo que voy a derretirme en sus manos. Me acaricia con sus manos el hombro,la clavícula,el brazo...me acaricia un pecho y mi cuerpo arde como la polvora. Por un instante,solo somos manos y bocas...nos tocamos desesperadamente. Pero entonces, lo veo en mi sueño. Veo su cara otra vez. En vez de la del bastardo que me secuestró y violó durante un mes, que duró mi cautiverio.-
- Para. Para, porfavor.
- ¿Qué pasa,estás incómoda? ¿Vamos al dormitorio?
- No. No puedo hacerlo. Aun no.- Me mira con sorpresa. Y decepción. Pero no me obliga. Se aparta para que yo pueda incorporarme. Se levanta.- Entiendo que quieras irte. No pasa nada.
- No me voy. Solo quiero ir al baño.- No se va. Sonríe y le señalo la puerta. Y él va hacia donde le he señalado. Tarda unos minutos y vuelve. Lo miro y parece abatido. Siento pena de no poder darle lo que desea. Pero no puedo. No estoy preparada para tener relaciones. No puedo.- ¿Te apetece ver una película?
- Vale. Oye...lo siento. No estoy preparada para contártelo. Pero creo que te debo una explicación de lo que acaba de ocurrir.
- No ha ocurrido nada. No te preocupes.
- Sí ha ocurrido. Nos hemos besado. Y ahora querrias hacerme el amor. Pero yo no puedo hacerlo. Almenos por ahora y si te soy franca no se si pueda superarlo algún día.
- ¿Superar el qué?
- A eso me refiero. No estoy preparada para contarlo. Pero como te debo una explicación... es algo que me pasó en el pasado. Algo que me cambió la vida. Y no he podido superarlo.
- ¿Una relación tormentosa?.-pregunta él.-
- No exáctamente...ya te he contado bastante.
- Vale.- Lo miro extrañada.- Nada de sexo. Intentaré reprimir mis ansias de poseerte.- Sonrío.- Eso sí señorita,usted ya es mía sin necesidad de posesión. Eso que le quede muy claro.
- ¿Lo dices,en serio? ¿Crees qué serás capaz de esperar?
- ¿Por usted? Lo que haga falta. Es más si quieres podemos comprar un anillo de castidad, de esos...- Me río fuerte y con ganas.-
- Creo que no será necesario.-Pasamos el día juntos. Viendo películas,comiendo palomitas...de vez en cuando me cogía de la mano,me acariciaba la mejilla...y me daba un beso dulce y casto. Con la última película nos dormimos. Cuando me desperté y lo ví durmiendo, mi corazón empezó a bombear con fuerza. Dios mío que guapo es este hombre. Verlo dormir era algo maravilloso. Su cara y su cuerpo tan relajado. Acerqué mi mano y acaricié su cara. La barba la notaba incipiente en mi mano. Acerqué mis labios a los suyos y se los besé. Él abrió un ojo primero. Y luego el otro.-
- Vaya señorita,sus caricias producen un efecto en mí y en mi entre pierna...- Se miró y yo miré. Madre mía,se le notaba la erección através de los pantalones. Miro unos instantes. Y vuelvo a mirar su cara. Me mira,lo miro. Sonrío nerviosa.- Creo que debería irme. Es muy tarde.- Oh,se va. No quiero que se vaya. Se levanta,se pone la chaqueta.-
- Espera te acompaño a la puerta.- No lo acompañes. No quieres que se vaya. Me digo a mi misma. Pero lo hago.-
- ¿Hablamos mañana?.- Asiento. Y me besa. Un beso corto,dulce pero demasiado corto. Me quedo con ganas de más. Yo también lo deseo. Yo también necesito tenerlo dentro de mí. Y sentir que solo somos uno. Pero no puedo. Por eso me he convencido a mí misma,de visitar al doctor Ribera. Tengo la esperanza de que me ayude a superarlo. Siento un terrible sentimiento cuando me asomo a la ventana y lo veo montarse en su coche y perderse alfinal de calle. Siento como si me hubiera quedado huérfana...
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Secretos Del Pasado
RomanceLaura es una joven que vive encerrada y asustada por algo que le ocurrió cuando era adolescente. Por más que intenta huir de su pasado,no puede. Todo se complica cuando conoce a Héctor,su jefe. Quien hace que su deseo despierte de donde estaba dormi...