Cap. 11

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Descontrol.

Culpa.
No pudo responder en aquel instante, se había formado un gran nudo en la garganta del chico a causa de la pregunta del mercenario. Que responderia? Y, dependiendo de lo que respondiera, le creeria?. No lo sabia con certeza, mas necesitaba encontrar algo que le diera una oportunidad de zafare de aquella incomoda situacion. Nada.

-RESPONDEME!- gruñó golpeando la pared justo detrás del chico, lo cual provocó que este se sobresaltara de sobremanera. Algo había empezado a surgir en el chico, algo nada bueno. Miedo.

-Wa...Wade... Yo...- tartamudeó.

Antes de que el chico pudiese continuar con aquellas palabras que aun formulaba en su mente, el mercenario lo tomó en brazos de tal manera de que no pudiese safarce, y emprendió rumbo a la habitación, cerrando aquella puerta con llave para no ser interrumpidos por la, en ese momento dormida, pequeña niña.

-WADE! Que demonios haces? Suéltame de una maldita vez!- protestó el chico mientras intentaba zafarse de los brazos de aquel hombre.

Deadpool hizo caso omiso de aquellas palabras del joven heroe, mas al estar ya en la habitación, lo tumbo con fuerza en la cama. No hablaba. Solo lo miraba.
Después de haber contemplado por unos instantes el cuerpo de aquel muchacho recostado en su cama, no perdió el tiempo y, rápida y agilmente, se encontraba encima del chico. Acorralándolo completamente.

Miedo.

Y así empezó, el mercenario había comenzado a besare el cuello del chico lujuriosamente, consiguiendo sacar uno que otro gemido por parte de este, mas este no se quedaba quieto, no iba a ser sumiso ante aquella situación. Pataleaba con fuerza intentando zafarse de la prision que había construido, el mercenario, con su cuerpo y trataba enérgicamente de empujarlo lejos de el con sus brazos. Fue inutil. Deadpool se había encargado que los brazos del chico hubiendolos sujetado por encima de la cabeza de este, sosteniéndolo únicamente con una de sus manos. Era fuerte. Y la situacion, humillante.

-Aaagh... Wa..Wade... Sueltame- dijo forzosamente aun tratando de librarse sin algún avance a su favor.

No respondio. Comenzó a bajar por su cuerpo, besando cada lugar que se atravesaba por su camino y, de improvisto, rasgo la parte superior del traje del chico por completo, dejando su pecho completamente expuesto. El chico había comenzado a temblar, todo su ser sabia que aquella situación no iba a terminar bien para él. El temor aumentó. Wade ya había comenzado a jugar con los pezones del muchacho, masajeandolos para después pasar lentamente su lengua por ellos y, acto seguido, morderlos un poco.

-AAAGH! Wa..Wade! Mmh.... Detente! Aaa...- pronunció entre enloquecidos gemidos llenos de terror y exitacion, revolcándose en su lugar en un intento por detener las lujuriosas acciones del mercenario.

Las manos del mercenario comenzaron a bajar lentamente por el cuerpo del chico, acariciando suavemente por donde pasaban, esto hasta llegar a esas largas piernas que lo enloquecian, posando sus grandes manos en, nada mas ni nada menos, que el trasero del muchacho, el cual comenzó a acariciar para despues, introducir su mano en el interior del pantalón del chico. Esta accion, lo asoró completamente.

-Aaa! Que... Que demonios haces?!- protestó. Un tono rojo intenso se apodero de su rostro. Claro que Deadpool no podía notar esto, el chico aun llevaba puesta su mascara en aquel momento.

Continuó con su trabajo y, lentamente, comenzó a masajear cuidadosamente la entrada del chico, logrando sacar un gritó de temor y lujuria de este.

-N...agh...no...NO MÁS...!- el chico logró liberar sus manos del agarre del mercenario, mas no trato de alejarlo de su cuerpo. Simplemente se llevo las manos a su rostro y se despojó de la mascara que cubría fielmente su rostro. El chico temblaba. Unas pequeñas lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos abundantemente. El chico estaba completamente asustado, se sentía vulnerable ante aquel hombre que había jugado con su cuerpo.

-Spidy...- el mercenario se limito a observarlo por un momento, dándose cuenta de todo lo horrible e sus acciones en aquel momento en el que se había dejado consumir por el mas horrible de los sentimientos presentes en todo ser humano. Celos. Tan grandes habían sido estos, que lo segaron completamente, no había notado la gravedad de sus lujuriosas acciones, y de como estas habían conseguido hacer sufrir tanto a aquella persona que ahora protagonizaba la mayor parte de sus pensamientos. No sabia que hacer, se había excedido completamente. Lo rodeo por la cintura con sus brazos, escondiendo su cabeza en el vientre del chico.

-Lo siento...- pronunció arrepentido.

No hubo reacción de parte de este, solo seguía ahí, completamente quito y, a causa de todo lo sucedido, llorando desconsoladamente en silencio. Mas lentamente se fue calmando. Sentir aquel triste y arrepentido abrazo por parte del mercenario lo habían desconcertado. Ya había dado por perdida su virginidad. Pero no fue así, se detuvo antes de llevar aquel acto a mayores. Y lo mas intrigante de todo, estaba abrazado a su cuerpo completamente arrepentido en busca del perdón obsequiado por parte del muchacho ante sus acciones.

-Por que... Lo has hecho?- dijo entre leves sollozos.

-...- Se aferro mas al cuerpo del muchacho. -No quiero cederte a nadie... Y menos al maldito ciego... No quiero volver a estar solo... Rechazado... Soy un monstruo...-

-Lo eres...-
-Lo se...-

Silencio.
Ninguno de los dos se movió de su posición por mas incomodos que se sintieran, simplemente siguieron allí, en completo silencio.

-No fue con mi concentimiento...- habló. -El simplemente me beso por la fuerza...- agregó.

Enterró un poco mas su rostro en el vientre del chico.

-...Lo disfrutaste?...-

-En cierta medida... Fue excitante y calido...- respondió.

Se aferró con mas fuerza al cuerpo del chico.

-Pero un sentimiento de culpa invadió por completo mi cuerpo... Y justo en medio de ese beso, no puede evitar pensar... En.... Nu...nuestro... Beso...- dijo avergonzado.

Algo dentro de Deadpool retomo la esperanza. Subiendo la vista para encontrarse con el rostro avergonzado del chico que trataba de esconder aquella reacción con sus manos. Y sin pensarlo, escalo hasta quedar justo enfrente del rostro del avergonzado muchacho. Lenta y tiernamente, fue retirandolas, hasta poder contemplar aquel rostro completamente rojo por aquella confesión. Tierno. Y sin pensarlo, fundió sus labios con los de aquel chico en un tierno, pero largo beso el cual el chico, después de la sorpresa al sentir el roce entre sus labios, siguió el ritmo.

Era un beso tierno y apasionado, lleno de diversos sentimientos que ninguno de los dos llegaba a comprender completamente en aquel tierno momento. Pero ese mismo beso fue llenándose lentamente de un peligroso ritmo. Uno lujurioso y provocatico. Aquel beso que lentamente los estaba llevando justo a lo que mas temian. El descontrol.

This momentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora