Capítulo 10

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POV Christopher

Llegué a la casa ya en plena madrugada, y con mis llaves entré sin hacer mucho ruido. Había dejado mis cosas en la entrada del depa de Dulce y despacio fui al dormitorio. Abrí con cuidado la puerta y al ver la cama me quedé algo sorprendido.

Estaba Dulce en su lado, como siempre, acurrucada, y Rosetta dormía a su lado, con su cabeza cerca de Dulce, pero lo extraño es que había alguien más en la cama. Por un momento mi corazón pareció dejar de latir y me acerqué con cuidado de no despertar a nadie. Suspiré. ¡Era Blanca! Claro, ¿cómo me había podido olvidar que inmediatamente después de mandarle el último mensaje a Dulce le pedí que fuera con ella para que no se angustiara? Sonreí y me acerqué con cuidado a donde estaba Dulce y sin despertarla le di un cálido beso en los labios.

Ella se movió un momento arrugando su hermoso rostro para después abrir los ojos.

Dulce: Mmmmm -dijo abriendo sus ojos y mirándome- ¡Monstruo! -gritó con una inmensa sonrisa en sus labios-

Yo le sonreí volviéndola a besar. Blanca se movió a su lado y me reí sobre los labios de mi novia.

Christopher: Ven -dije extendiendo mi mano- vamos mejor a la sala para platicar sin despertar a la bebé y su tía -señalé a Blanca sonriendo-

Dulce: si, estaba deseando que llegaras, bebé -dijo mientras se levantaba con cuidado para no despertar a Rosetta-

Salimos a la sala tomados de la mano, nos sentamos en el sofá y rápidamente abracé a Dulce con fuerzas.

Christopher: estaba deseando abrazarte hermosa -dije besando su hombro-

Dulce: y yo estaba deseando que lo hicieras -dijo separándose de mí un poco y tomando mi rostro entre sus manos- ¿cómo te fue con tu papá?

Christopher: la verdad, mejor que las últimas veces que he ido -suspiré y pegué mi frente a la suya- pero mejor no hablemos de eso ¿sí? -acaricié sus mejillas perdiéndome en su mirada-

Dulce: Chris -dijo acariciando mi mejilla- quería platicarte algo...

Cuando Dulce me iba a decir algo que parecía importante Blanca salió del dormitorio con Rosetta chillando en sus brazos. Yo me reí al verla. Nosotros tratamos como bebé a Rosetta, pero su tía Blanca aun peor, la estaba empezando a consentir más que nosotros mismos.

Blanca: Hasta que al fin llegas Christopher -dijo dándole la perrita a Dulce- aquí mi pequeña hermanita y su bebé estaban bien angustiadas eh

Christopher: Se me complicó el viaje por el tráfico, ya saben que ni en las noches descansan en este país -dije saludando a Rosetta- hola bebé -la cargué con cuidado- ya papá llegó a la casa -le hablaba acariciándola- ¿has cuidado bien a tu mami?

Yo seguía jugando y mimando a la pequeña perrita mientras Dulce y Blanca me observaban.

Blanca: bueno, ¿cómo te fue por Cuerna?

Christopher: el viaje en sí, yo creo que ni bien ni mal... Bueno, ya saben cómo es mi papá pero me sirvió para acercarme un poco más a mi hermano André.

Blanca: ¿Tu hermano pequeño?

Christopher: Si, esta tarde hemos estado platicando por 3 horas... -ambas empezaron a reírse- más bien el me platicaba a mí -las miré- ¿Que es tan chistoso?

Dulce: ¡Que a ti te encanta platicar mi amor! -dijo dándome un beso algo recatado por la presencia de Blanca-

Pasamos la noche platicando de como fue el viaje, como las cosas con mi papá iban por mejor camino y poco a poco íbamos entablando una mejor relación. Dulce estaba muy interesada en que la situación mejorara porque según ella pensaba, la relación con mi papá era muy importante para mí. Ella sabía perfecto que la separación y la posterior situación no fue nada fácil, y amaba como me estaba apoyando en ese momento.

O lo haces tú o lo hago yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora