Capítulo 18

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POV Christopher

Me senté con cuidado al lado de Dulce y pasé mi brazo por sus hombros besando su cabeza.

Christopher: Pasa mamá -dije sin soltarla-

Alexandra: Vine a traerte tus medicinas, Chris -dijo entregándome un vaso de agua con mi medicación-

Christopher: Gracias, pero la verdad me estoy sintiendo mejor ahorita mismo...

Dulce: Tómatelas Mi Amor, te hará bien para descansar un poco ¿sí?

Christopher: Caray ¿oootra vez a descansar? -dije mirando a ambas-

Dulce: Claro que sí, tienes que tomar muchísimas fuerzas para estas navidades -dijo acariciando mi mejilla-

Alexandra: Exactamente Christopher -dijo sonriendo y volviéndose a ver a Dulce- Dulcita, ¿quieres quedarte a comer?

Dulce: Que pena contigo Ale, pero debo ir a mi depa para mimar un poco a Rosetta -me miró- con todo lo que le ha pasado al niño, la tengo un poquito sola

Alexandra: pobre de mí nietita jajaja su papá ocupa todo el tiempo de su mamá -dijo mi madre bromeando-

Christopher: ¡Bueeeeno ya! -miré a ambas- estoy aquí, eh

Alexandra: Sé que estás aquí, así que tomate tus medicinas y te me cambias y aseas, van a venir a visitarte unas personas.

Arrugué el rostro viendo a mi madre sin entender nada. ¿Quién iba a venir? Negué con la cabeza y me volví a sentar con cuidado en la silla de ruedas.

Christopher: Está bien -dije besando con cuidado los labios de Dulce- Te Amo -le susurré-

Dulce: Yo te amo más -dijo sonriendo y acariciando mi mejilla-

Salí de la sala con mi silla de ruedas hacia el dormitorio y dejé a las 2 mujeres más importantes de mi vida hablando en la sala quien sabe de qué cosas. Fui a mi habitación, que ahora era el de la planta baja de la casa y con cuidado me metí a bañar.

Demoré más de lo normal en bañarme, pues me costaba más hacer las cosas debido al dolor que me estaba causando el moverme tanto, pero era obvio que no iba a decir nada. Capaz si lo hacía me mandaban de nuevo a la cama y ya estaba cansado de tanto reposo.

Estaba sentado en la cama terminando de vestirme cuando mi celular empezó a sonar. Miré la pantalla y arrugué el rostro. Era mi amigo Jorge. Había hablado con él en estos días que estaba en la casa, pero me parecía extraño que me hablara en ese momento cuando yo sabía que estaba ocupado en su trabajo.

Christopher: ¿Bueno? -dije atendiendo la llamada-

Jorge: Hola Chris, ¿que onda? ¿Cómo vas?

Christopher: ¡Ah! Hola Jorge, bien ya mucho mejor ¿y tú? ¿Qué onda? ¿Ocurre algo?

Jorge: Te hablaba para decirte que tengo que verte urgente, hay algo que te tengo que contar.

Christopher: ¿Y qué es? Ya deja tu misterio ¡wey!

Jorge: No sabes con quien he platicado anoche en una cena de trabajo.

Christopher: Obviamente no voy a saber si no me dices -dije suspirando- ya deja el misterio caray, Dulce está en la casa y definitivamente me gustaría estar con ella en lugar de hablando contigo.

Jorge: ¡Oh! ¿Está ahí Dulce? Entonces no te va a gustar nada lo que vas a oír. He cenado con Luis Rodrigo Reyes.

Christopher: ¡¿Qué?! -dije de golpe-

O lo haces tú o lo hago yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora