―Firmo― Respondo al instante sin dudarlo, veo como de reojo Caleb se lleva una de las manos al pelo como con desesperación y yo sonrío mentalmente, bueno al menos no soy la única a la que le jode esta situación.
―Perfecto― El rostro de Martha cambia casi al instante, siendo ocupado entonces por su eterna sonrisa― Pues no perdamos más el tiempo ¿Bajas ahora a firmar? ― Yo asiento con la cabeza y el suspiro de Caleb resuena en toda la sala, sin embargo ambas somos más inteligentes que él y fingimos no escucharlo―
Después de firmar me enseña la enorme sala de las oficinas, inclusive me presenta alguna de las personas con las que voy a trabajar, le cuento mi idea de crear mi propio cuarto oscuro y me observa totalmente encantada mientras adora la gente con iniciativa. Me quedo completamente maravillada con todas las instalaciones, salas, vestuarios y despachos que hay en el edificio, descubro además que es normal que los modelos y los fotógrafos lleguen a pasar aquí noches enteras, por eso hay camas y cocinas. Escucho cada una de sus palabras aunque extrañada, madre mía no sabía que el mundo de los modelos pudiera llegar a explotar tanto.
―En cuanto a tu dieta...― Me da un repaso de arriba abajo y yo no puedo evitar sentirme completamente avergonzada―
―Está perfecta― Irrumpe Diego en el pasillo y me guiña un ojo que hace que me den ganas de pedirle que me tumbe sobre esa misma mesa y que me arranque las bragas―
―Nada de dulces ¿Vale? Todos tenemos que tener una buena imagen en la empresa―
―Nada de dulces, entendido― Diego rueda los ojos detrás de ella y niega con la cabeza, me muerdo el labio inferior ante su mirada divertida para no reírme enfrente de Martha―
―Bien, quieren a Caleb para la nueva campaña de Gucci, así que quiero que vayas con él a la 1 para que ayudes a los primeros fotógrafos, así que mientras tanto me gustaría que hablaras un poco con él sobre los primeros planos, sus mejores facetas, métodos de trabajo etcétera― Me tenso al instante y ambos lo notan, así que tras un largo suspiro Martha se sujeta el puente de la nariz― Diego, ve con ellos, al principio Caleb puede ser un tanto...exasperante―
― ¿Al principio? ― Martha le lanza una mirada asesina y él sonríe camelándosela, vaya rompebragas de manual― Está bien, iré con ellos, con tal de proteger a esta belleza― Ruedo los ojos pero a su vez siento como mi interior comienza a palpitar con deseo. Subimos en silencio las escaleras, él deltante de mi y no puedo evitar fijarme en su perfecto trasero, totalmente trabajado y duro como el acero― ¿Te gusta lo que ves o qué bombón? ―
―No está mal, los he visto mejores―Respondo algo borde porque me haya pillado, pero él sin embargo lejos de molestarse echa una carcajada y me sonríe―
―Caleb, somos Alejandra y yo― Anuncia abriendo la puerta, paso detrás de Diego encontrándome sentado en la cama rodeado de un montón de papeles y con unas gafas de pasta dándole un aspecto totalmente sexy e intelectual así que al sentir el tembleque de mis piernas decido apoyarme disimuladamente en la pared si es que no quiero venirme abajo y caerme redonda al suelo en menos de dos minutos.
― ¿Qué coño pasa? ― Pregunta totalmente tranquilo sin desviar la mirada de sus papeles―
―Tienes que hablar con Alejandra por lo de los planos y tal, va a acompañarte en un par de horas a lo de Gucci―Él simplemente asiente y comienza a recoger en silencio todos los papeles desperdigados por la cama, yo observo cada uno de sus movimientos, rudos y a la vez delicados y ordenados...―
―¿No podías venir tú sola o qué? ¿Te daba miedo pegarte con la puerta o que te comiera? ― Mi boca al instante se seca solo de imaginarme la imagen sexual que acude a mi mente en ese mismo instante. Caleb recorriéndome entera con su lengua, desde mi mandíbula, mi oreja hasta mi...―
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Dulce Locura #WSAwards
ChickLitMe llamo Alejandra, y soy una chica de 24 años normal, como tú, como cualquier otra, con mis mas y mis menos ( O más menos que más) Pero que un buen día tuve la perfecta idea de ir a vivir a Nueva York. Hasta ahí todo bien ¿Verdad? Fantástico, pues...