Capítulo 5- ¿Amor?¿Se come?

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Miro a los ojos a Diego, el cual todavía espera una respuesta a su pregunta...me muerdo el labio inferior aún a sabiendas de que mi precioso pintalabios de Sephora ya habrá desaparecido.

―Bueno ¿Qué me dices? ―

―Pues la verdad es que― Toma una decisión Alejandra coño― He quedado a comer con un amigo voy a hacer mi propio cuarto oscuro y...―

―No tienes por qué darme explicaciones Alejandra― Comenta dulcemente y yo sonrío encantada―

―Si quieres puedes venirte la verdad es que bueno, seguro que Brandon te encanta― él se encoge de hombros apartándose de nuevo los mechones de pelo de la frente sonriendo―

―No quiero ser ninguna molestia―

―Oh no de verdad que no lo eres―Me apresuro a decir con el ceño fruncido, Diego sonríe al instante y mira por encima de mi hombro― Bueno ¿Qué dices? ― Me giro para ver que está mirando Diego pero no me da tiempo ya que me agarra y me da un abrazo efusivo ¿Perdón? ―

―Claro, venga conozcamos al querido Brandon―Yo asiento divertida dándome la vuelta...que extraño todo. Meto los papeles de mi contrato en el bolso de mi cámara y bajamos hablando de Mary ya que nada más pasar por delante de sus narices de nuevo me ha fusilado completamente con la mirada. Entre risas le envío un mensaje de urgencia diciendo que quedara conmigo que era urgente junto con la dirección del bar (En la 44 con la décima West) él me contesta casi al instante quejándose de que tiene mucho trabajo sin embargo le presiono disimuladamente para que acuda y al final accede.

Cuando llegamos al tranquilo restaurante a dos calles del taller de Brandon él ya nos está esperando ahí con su sonrisa de siempre y suspiro aliviada al ver que ha venido, Diego sonríe como siempre y antes de que tengan tiempo de hablar le digo a Brandon en español.

―Brandon, éste es Diego, uno de los modelos de mi nuevo trabajo―Digo orgullosa, él me mira con los ojos totalmente abiertos y suelta una carcajada antes de darle la mano―

―Preciosa si no te lo follas tú me lo follo yo― Comenta mi amigo, ésta vez soy yo la que comienza a reír ante la cara de desconcierto de Diego que finge una sonrisa algo tirante―

―Brandon, Diego es de Madrid, como yo― Automáticamente todo signo de color abandona la cara de mi amigo y yo aprieto los labios conteniendo una sonrisa―

―Lo siento mucho, soy un bocazas yo...― Intenta disculparse mi amigo y Diego consigue tranquilizarse con una de esas sonrisas que volverían loco a cualquiera―

―No pasa nada hombre―Él se echa a reír y Brandon parece todavía más aliviado―A mí me pasó cuando llegué aquí, bueno más concretamente en Toronto estuve ahí trabajando un tiempo, estaba con dos amigos argentinos en la fila de una de las atracciones de Canada's Wonderland― Brandon y yo asentimos, yo no puedo evitar sonreír al notar lo relajado que está― Y cuando íbamos a subirnos a la atracción nos fijamos que había un niño delante nuestro solo, con unas mechas rubias horribles, el típico niño que le ves y dices joder...yo a mi hijo nunca le haría eso― Brandon y yo asentimos atentos a cada una de sus palabras y yo no puedo evitar no fijarme en como sus labios se curvan al hablar siempre con una amplia sonrisa en la cara que te remueve por dentro― Bueno el caso es que empezamos a especular sobre por qué estaría ahí solo, que vaya pelos tenía y tal, bueno en general a reírnos del pequeño―

―Seréis cabrones― Comento con una sonrisa mientras entramos al bar y la música country clásica inunda nuestros oídos―

―Bueno, el caso es que cuando fuimos a meternos a la atracción un amigo y yo fuimos a meter las mochilas en las taquillas y cuando volvimos estaba mi amigo haciendo de sus esfuerzos por conseguir hablar inglés y entonces el niño nos respondió "No, si hablo español" ― Brandon y yo rompemos a reír irremediablemente― No os riais, joder yo me quedé blanco―

Dulce Locura #WSAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora