Casi no conseguimos llegar a mi apartamento, perdidos en un arrebato de pasión desmedida, yo por primera vez no quería pensar en lo que estaba haciendo, ni en las consecuencias, ni en si repercutiría en alguien lo que hiciéramos esta noche. No. Quería que mi mundo se redujera a Diego y a mí. La lluvia cae colándose entre los huecos que a duras penas quedan entre nosotros mientras avanzamos a la puerta de mi casa. Sus manos aprietan firmemente mi cadera y yo no puedo evitar frotarme contra su miembro endurecido en un arrebato de pasión, oigo como Diego gime en mi oído y eso me hace enloquecer todavía más.
―Abre la puta puerta joder no puedo más Alejandra― Me susurra él, entonces lejos de conseguir la calma que necesitaba para abrir la puerta todavía me desconcentraba más haciendo que caigan al suelo― Joder, a la mierda―En ese momento las manos de Diego me dan la vuelta, pega su frente a la mía, ambas respiraciones agitadas se mezclan, los dos estamos mojados debido a la lluvia y nos permitimos tomarnos unos instantes para observarnos, después me besa con desenfreno, totalmente desesperados, nuestras lenguas parecen encajar a la perfección y yo no estoy por la labor de obviar todo el calor que se está acumulando en mi cuerpo en solamente cuestión de instantes. Sin previo aviso sus manos se cuelan por debajo de mi vestido, agarrando mi trasero, yo por instinto sin separarme de él enredo mis piernas en su cintura sintiendo entonces su endurecido miembro contra el centro de mi deseo y yo no puedo evitar exhalar in pequeño gemido ante ese gesto, acto seguido comenzamos a frotarnos como dos adolescentes desesperados buscando aliviarse― Alejandra...― Gimo al escuchar mi nombre de sus labios― Quiero entrar ya...― Capto el doble sentido de la frase y río mientras me bajo de su abrazo y recojo las llaves del suelo.
Con la respiración a mil por hora y la erección de Diego detrás de mí, finalmente conseguimos entrar al apartamento, me quito los altísimos tacones sin perder ni un instante y entonces enciende la luz para verlo todo.
― ¡Joder! ― Me sobresalto al oír una voz al otro lado de la cortina y al ver una cabellera rubia en el sofá.
― ¡¿Pero qué cojones?! ― Gritamos a la vez Diego y yo mientras sale de mi "habitación" Brandon en calzoncillos.
― ¡Joder! ― Exclama él de nuevo cuando nos ve a ambos parados en medio de la puerta, seguramente con los labios hinchados y el pelo enredado― Lo siento mucho Ale yo no sabía que ibais a venir y...― Se pasa la mano por el pelo y se frota los ojos, todavía dormido. Miro hacia el sofá donde Chris nos observa a uno y a otro como si fuera un partido de tenis.
― ¡¿No podías decírmelo en un mensaje que te quedabas a dormir?! ― Saco mi mal genio por el polvo que podía haber sido y entonces Brandon se acerca todavía más hacia nosotros con aire cada vez más enfadado.
― ¡Ah no por ahí sí que no paso! Para empezar, llevo enviándote mensajes desde las 9 de la noche ¿Vale guapica de cara? ¡Tú podrías mirar el móvil antes de decir las cosas! ―
― ¡Yo no he oído nada! ―
― ¡Pues mira tú móvil imbécil! ― Me grita él...así somos Brandon y yo en estado puro gritándonos como dos energúmenos a las 11 de la noche sin ningún reparo.
― Voy a ir al baño...― Anuncia Diego casi con temor mientras avanza hacia el final del pasillo. Yo aprovecho para sacar el móvil y enseñarle a Brandon lo confundido que estaba y que así pueda darse con un canto en los dientes, pero esta vez me lo doy yo, toda mi rabia parece difuminarse en cuestión de segundos, resoplo, ahí están los mensajes y las llamadas perdidas de Brandon.
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Dulce Locura #WSAwards
Chick-LitMe llamo Alejandra, y soy una chica de 24 años normal, como tú, como cualquier otra, con mis mas y mis menos ( O más menos que más) Pero que un buen día tuve la perfecta idea de ir a vivir a Nueva York. Hasta ahí todo bien ¿Verdad? Fantástico, pues...