¿Zombies?

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La gran puerta se abrió...la luz del sol me cegó completamente, caí de rodillas mientras tapaba mi cara con mis manos. Luego de unos minutos recupere mi vista. El corazón se me paralizo, lo que una vez fue mi hogar y un estado lleno de vida ahora son solo ruinas. Todo sin color, sin vida y muerto. Los árboles sin hojas, en lugar de grama solo había tierra...todo estaba muerto.

Unas pocas lágrimas salieron de mis ojos. Contemple el lugar por unos segundos hasta idear un plan.

-Okay entonces comida, agua, refugio y no morir...esas serán mis reglas- me dije a mí mismo.

Cruzando el puente se podía ver el súper mercado local, el mismo en el que hacía mis compras antes de que la gran guerra pasara. Ese sería el primer lugar que saquearía.

Baje la pequeña colina que llevaba a el puente, estaba lleno de cadaveres en huesos. Mientras bajaba me dieron algunos escalofríos, y pensar que soy el único ser humano vivo en la superficie.

Cuando llegue al puente tuve una mejor vista, los autos chocados, el agua del lago gris y muchos más cadaveres. Todo eran solo recuerdos de la gran guerra.

Ya me estaba acercando al super mercado justo cuando vi algo moverse en el estacionamiento. Saque la pistola y me escondo detrás de un auto para observar mejor. Era una persona al parecer saqueando un cadaver. Guarde el arma y le intente hablar.

-Hey, ¿como estás? estoy algo perdido ¿podrías ayudarme?- le dije a aquel hombre.

Poco a poco volteo la mirada, es difícil decirlo, pero lo diré...era un zombie. No tenía piel, sus ojos blancos y su mirada perdida. Al verme rugió y corrió donde mi. Rápidamente saque el bate de béisbol y le pegue cuando estaba enfrente mío. Seguía vivo en el suelo así que le di otro golpe, quede exhausto. Hace mucho que no muevo un músculo, tendré que acostumbrarme.

Pero como es posible, según yo los zombies solo eran cuestión de películas y vídeo juegos. Por alguna razón ahora también hay zombies. Esto es de locos, lo más probable fue la radiación.

Mientras recuperaba el aliento escuche más rugidos...una horda de zombies venían corriendo hacia mi. Rápidamente corrí a la entrada del súper mercado el cual tenía un cadaver en la entrada, el mismo tenía una mochila la cual le quite en un segundo y entre al súper mercado. Había una montaña de carritos al lado de la puerta, los derribe para bloquear la entrada.

-Okay saquea todo lo que puedas Ryan- me dije a mí mismo algo nervioso.

Corrí por todas las áreas, en una área encontré dos latas de carne y en otra una botella de agua. Fue lo único que pude saquear. Puse todo en la mochila y busque una salida. Los zombies ya casi derrumbaban la puerta así que no tenía tiempo. Al lado de la caja registradora había una puerta. Al abrirla habían unas escaleras, no sabía a dónde llevaban pero aun así las subí.

Justo cuando abrí la puerta escuche un fuerte sonido. Los zombies habían entrado, no me habían visto así que intente no hacer ruido mientras subía. Pero con mi suerte eso no era posible...me resbalé y caí dos escalones abajo también un pequeño grito se me escapo.

La horda de zombies ya venía corriendo hacia mi. Al final de la escalera había una puerta, la misma llevaba al techo. Cerré la puerta, tenía suerte de que una vez que una puerta de un techo cerrará no se podía volverse a abrir...ahí fue cuando me di cuenta que estaba atrapado en un techo de un supermercado rodeado por zombies.

Mire abajo a ver qué había. No habían zombies, pero tampoco podía bajar ya que estaba muy alto. Tenía que esperar a ver qué pasaba. Intenté idear un plan de escape pero era inútil, no había salida. Aún se podían oír los rugidos de los zombies intentando abrir la puerta suerte que son tontos y no saben abrir una cerradura. Ya oscurecía, tenía hambre y frío así que abrí una lata de carne y me la comí cruda. No estaba tan mal, pero si la calentaba iba a saber mejor. Ya era de noche y aún los zombies estaban ahí. La oscuridad era inmensa, no había electricidad así que todo estaba muy oscuro, la única luz que tenía era la de la luna.

Mire a lo lejos para distraerme pero...había una luz a lo lejos. Soy el único humano en la superficie, como es posible que haiga una luz. No sabía quién o qué estaba haciendo esa luz, podría ser mi salvación o mi perdición pero tenía que arriesgarme a buscarla.

Los zombies se habían ido de la puerta del techo pero al parecer uno no...ya que logró abrir la puerta por alguna razón. No sabía qué hacer, me escondí e intente idear un plan improvisado. Mi plan era simple esquivo al zombie,bajo las escaleras sin que nadie me vea y ya afuera del súper mercado correr hacia la luz.

El zombie camino hacia la izquierda de la puerta, yo estaba en la derecha y antes de que me viera baje las escaleras. Antes de abrir la puerta que me llevaría al súper mercado me acomode bien la mochila y saque la pistola. Respiré hondo y empecé a salir. Ninguno me vio hasta que mi suerte quería ver algo de acción, ya en la salida me di la vuelta para mirar atrás...mi mochila le dio a unas latas vacías las cuales calleron al suelo haciendo un ruido enorme.

Todos se me quedaron mirando por unos cinco segundos, al darse cuenta que no era zombie corrieron súper rápido hacia mi. Salí del súper corriendo mientras miraba la luz, la misma estaba muy lejos. Un zombie se me apareció de unos árboles que estaban al lado de la carretera, le pegue un disparo en la cabeza y seguí corriendo. Cada vez el grupo que me perseguía se hacía más grande, era probable que muriera esa noche.

No me detuve por nada, vi dos zombies a lo lejos le dispare a uno, intente darle en la cabeza pero le di en la pierna porque mi puntería apesta. Saque el bate y estaba listo para pegarle al segundo, cuando estaba lo suficientemente cerca le di un golpe en el costado y callo.

La luz cada vez estaba más cerca, era como un tipo de muralla con antorchas ¿Quién pudo haberlo hecho? Seguí corriendo, mire atrás por un instante, era un enorme grupo de podridos. De pronto un disparo sonó, pero no era de mi pistola ya que estaba guardada. Ese disparo vino de la muralla.

-Entra ¿Qué esperas?- gritó una voz seguida por muchos más disparos provenientes de todos los lados de la muralla.

Habían muchas personas ahí y me estaban ayudando. Ya cuando estaba en la puerta, la misma se abrió sola, dos hombres con armadura y artillería pesada salieron a disparar, en un minuto ya no habían zombies. Entre asustado y súper exhausto. Un silencio que pareció eterno arropó aquella entrada. Los dos hombres se me quedaron mirando por bastante tiempo.

-Bueno amigo...bienvenido a Kilo- me dijo uno de ellos.

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