Habían pasado varios días desde el fallido intento de Ryotaru por separar a Reina de su madre, días en los que ninguna de las pelinegras había tenido noticias de él. Por esos días, la joven Kousaka y sus compañeros de banda estaban completamente metidas en los ensayos para su presentación en el evento de caridad y para las nacionales. Día a día, dichos ensayos eran más arduos y ocupaban prácticamente todo el tiempo libre de los integrantes de la banda.
Kumiko, a pesar de los regaños de su madre y hermana, practicaba a diario con su bombardino en su casa. El argumento de Akiko era que el sonido del instrumento molestaba a los vecinos, a pesar de que su hija menor usaba una sordina para bajar el volumen del eufonio. Por su parte, Reina corría con mejor suerte, ya que su madre la apoyaba e incluso le ayudaba en lo que podía. La joven Kousaka pensaba que lo único bueno que Ryotaru le dejó fue su pasión por la trompeta, y no planeaba dejar de tocar.
El día del evento había llegado. Esta vez, gracias a que no había límite de integrantes, todos los miembros de la banda de Kitauji actuarían, lo que significaba el debut de Hazuki en público. La joven Katou estaba nerviosa, al punto de afirmar que había olvidado todo lo relacionado con la obra. Kumiko y Sapphire trataban de calmarla, ya que no querían que su amiga perdiera toda su confianza, aunque la joven Oumae tampoco estaba tan tranquila.
El trayecto al lugar del evento, el auditorio de la Universidad de Kyoto, fue tranquilo pero tenso. Shuuishi miraba de una forma extraña a Reina y Kumiko, que iban sentadas juntas conversando cosas triviales para ayudar a la eufonista a relajarse.
—¿Celos, Tsukamoto-kun? —preguntó Hazuki, que estaba sentada al lado del trombonista.
—Sí, Katou-san. Sigo sin creer que ellas dos sean pareja. Gran parte de mi autoestima se fue al piso cuando me enteré. ¿Qué tiene Kousaka-san que no tenga yo? —preguntó retóricamente Shuuishi.
—A Kumiko-chan —respondió la tubista con sarcasmo antes de soltar una pequeña risilla.
—¡No te burles, Katou-san! —exclamó el trombonista, haciendo que sus compañeros voltearan a verlo. En ese momento, él y Kumiko intercambiaron miradas. En los ojos de la joven Oumae había una expresión de complicidad, como si apoyara que él y Hazuki fuesen amigos... O algo más. Él suspiró para tratar de olvidar ese pequeño momento bochornoso—. Solo espero que Kousaka-san no la engañe.
—¿A qué te refieres, Tsukamoto-kun? —preguntó Hazuki.
—A los rumores que dicen que entre Taki-sensei y Kousaka-san hay algo raro. —Al escuchar esto, la tubista recordó el arreglo matrimonial que habían hecho los padres de Reina y Noboru, así como lo que la trompetista había dicho respecto a los planes del profesor para evadir esa situación.
—Dudo que eso pase. Pero creo que tú, en el fondo, quieres que sí suceda —dijo Hazuki.
—¿¡Por qué crees que yo quiera eso, Katou-san!?
—Primero, para quitar a Reina-san del camino. Y segundo, para acercarte a Kumiko-chan como un príncipe capaz de hacerla olvidar esa pena de amor. De ese modo, ella se enamoraría de ti y pasarían a formar una linda pareja.
—¿De dónde sacas que eso pueda suceder?
—Algo parecido pasó entre mis padres.
Hazuki y Shuuishi continuaron hablando el resto del trayecto.
Una vez llegados al lugar del evento, los chicos del grupo comenzaron a bajar del camión de transporte los instrumentos más grandes, mientras que las chicas exploraron un poco el lugar. "A Aoi-chan le habría encantado venir aquí. Si mal no estoy, ella quiere estudiar en esta universidad" pensó Kumiko mientras observaba el campus de la Universidad de Kyoto. Mientras, Hazuki y Sapphire observaban la entrada principal del auditorio, viendo con agrado que sus familiares estaban formados para entrar al recinto. De repente, la joven Kawashima notó algo que no podía creer.
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Más Allá De Una Confesión De Amor
FanfictionDespués de pasar a las competencias nacional de bandas sinfónicas, Reina recibe la desagradable noticia del divorcio de sus padres. ¿Cómo reaccionará a esto? ¿Afectará su desempeño?