Hermandad

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El primer concierto de navidad de la preparatoria Kitauji había concluido exitosamente, y con él, las actividades de la banda sinfónica por ese año. Una vez organizado y ordenado todo, los alumnos se reunieron con sus familias para pasar la noche buena e iniciar las vacaciones de invierno. Kumiko, Reina, Sapphire y Hazuki llegaron junto a sus respectivos padres y hermanas. Para la tubista fue inevitable abrazar a Yuki tan solo verla. Al haber crecido juntas, eran grandes amigas. Aunque la joven Hirasawa no quitaba la vista de la eufonista, no quería precipitarse y dar una mala impresión. De repente, ambas chicas intercambiaron miradas.

—Kumiko, te presento a Yuki Hirasawa. Yuki, te presento a Kumiko Oumae —dijo Hazuki al notar el cruce de miradas entre ambas chicas.

—Es un gusto conocerte —aseguraron Yuki y Kumiko al mismo tiempo.

—¿Así que... tú eres mi... hermana perdida? —preguntó tímidamente la pequeña Hirasawa.

—Supongo que sí —respondió la joven Oumae con algo de duda.

—¡Genial! Desde que mis madres me contaron su historia, he querido conocerte. Lamenté mucho no haber venido la vez pasada, pero aquí estoy ahora, ante ti, mi bella hermana mayor. —Al decir esto, Yuki abrazó a Kumiko, acto que despertó los celos de Reina.

—A mí también me da gusto conocerte, pero... —se quejó la eufonista, tratando de liberarse de aquel abrazo.

—Discúlpame, me emocioné demasiado —suplicó apenada la joven Hirasawa.

—Tenías que sacar eso de Yui, ¿no Yuki? —intervino Ritsu sonriendo. Las dos mencionadas soltaron una risilla nerviosa.

—Yuki, te he dicho varias veces que no seas tan afectuosa con las personas, especialmente cuando las acabas de conocer —regañó Azusa.

—Lo siento, Azusa oka-san.

—¡Katou! —exclamó Shuuishi, acercándose corriendo al grupo—. Antes de irme, quiero darte un pequeño presente navideño. —Tras decir esto, el trombonista le entregó a Hazuki una pequeña caja.

—Gracias, Tsukamoto-kun —dijo la tubista con un leve rubor en su rostro.

—¡Uy!, aquí huele a romance. Y me lo tenías escondido, Hazuki —señaló Yuki, haciendo sonrojar a Shuuishi y aumentando el rojo en la piel de la joven Katou.

—¿¡QUÉ COSAS DICES, YUKI!? —exclamó Hazuki, antes de soltar una risilla nerviosa—. No le hagas caso, Tsukamoto-kun, es solo una niña.

—Soy solo unos meses menor que tú, Hazuki —objetó la joven Hirasawa haciendo un puchero. Kumiko no pudo resistir más y comenzó a reír, contagiando a los demás, incluyendo a Reina.

Unos minutos después, los Kawashima, las Hirasawa, las Katou, las Kousaka y los Oumae se encontraban en el apartamento de estos últimos, quienes habían invitado a las otras familias a una fiesta de navidad. Mientras Mamiko y Kumiko conocían mejor a Yuki, Kentaro y Akiko ultimaban detalles de la cena que darían. Aunque Ritsu y Mugi insistían en querer ayudar, los esposos Oumae no se lo permitieron, argumentando que ellas eran invitadas. Por su parte, Mio, Yui y Azusa conversaban sobre sus vidas. La exbajista sintió nostalgia al enterarse de los proyectos musicales que sus amigas habían emprendido, al igual que saber que Houkago Tea Time no continuó sin ella.

Más Allá De Una Confesión De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora